Silver

Capítulo 3

RODRICK (sobrino de Silver):

Los días siguientes al encuentro de mi tía con su amigo los pasamos al final de la columna. Parece ser que ambos les da bastante igual el polvo que levanta la columna y estamos obligados a comer porque conversan tranquilamente. Se ponen al corriente de los descubrimientos de ambos. Mi tía saca alguno de sus nuevos inventos que todavía no había enseñado al resto de la familia mientras el mago demuestra algún juguete mágico con ojos brillantes.

- Si eres tan buen mago, ¿no podrías conjugar algún hechizo para evitar que comiéramos tanto polvo? – le espetó al final ya cansado.

- Necesito todas las fuerzas posibles cuando entremos en las Rockers si queremos salir con vida de allí.

- No entiendo. Por lo que sé sois de las personas más extraordinarias que existe en todo este continente conocido, pero tenéis miedo a lo que hay dentro de las Rockers.

- Porque la última vez se sacrificó una gran amiga para que nosotros pudiéramos vivir y, aun así, casi no salimos de allí. Tranquilo, dentro poco nos tendrás en pleno rendimiento.

Tras las palabras de mi tía surge tras el último recodo del camino la Gran Puerta de las Rockers. Forjada por herrería, magia y artesanía de tres razas diferentes es impresionante. Una única puerta de una altura de más de ocho humanos de altura y otros seis de ancho. Las figuras demuestran las consecuencias en las tres anteriores expediciones al interior de las Rockers como aviso de lo que no entremos. Mis dos acompañantes miran y suspiran con resignación. Este es el primer tramo de nuestra expedición.

REGIMIENTO POK

Hemos aguantado todo lo que hemos podido en el desfiladero de Rocker pero eran demasiados. Demasiados para un solo Regimiento. El cuerno sonó hace más de siete días, pero nadie ha respondido. Siete días de luchas más siete noches de supervisión.

Después de tanto tiempo, de nuestro Regimiento queda menos de un bloque de picas que cubren el desfiladero. Diez soldados de ancho y poco menos de tres soldados de fondo. Mis sargentos han cogido una pica poniéndose en la primera fila, tanto para demostrar a los soldados que no tienen miedo como para cubrir a su capitán, a mí, porque fui el primero en ponerme así.

Los soldados heridos que no han podido coger una pica por mucho que lo han intentado, están en carros de vuelta a la ciudad. Esos carros que llegaron dos días después que nosotros con las provisiones que nos han mantenido durante esta semana, ahora se llevan los que no pueden quedarse para que se sepa que los horms lo invadirán todo.

A medida que se aproxima la décimo sexta tribu de horms a la llanura del desfiladero soplo el cuerno por última vez. Luego me lo cuelgo mientras cojo la pica que me sujetaba mi sargento. Estamos preparados. La última batalla del Regimiento de Pok.

Espero que os esté gustando. Ahora vamos a publicar dos veces por semana, ¿qué os parece? Dejadme en comentarios que días os viene mejor.




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