RODRICK, SOBRINO DE SILVER
El mago empezó a lanzar pequeños hechizos de luz hacia delante.
-No consigo ver nada con ningún truco. Es la oscuridad profunda…. Esperad un momento, me suena haber leído en algún libro sobre esa oscuridad profunda…. Tiene que haber un portal abierto de dónde salga tanta oscuridad.
-Pero… ¿Un portal a qué? -pregunto.
-A un mundo que solo podrían tocar los brujos orkos.
-Pero los orkos fueron exterminados de la faz del mundo.
-Por eso no se me ocurría, leñe, tiene que ser eso. Debemos continuar tenemos que tapar ese portal como sea.
-Pero lo único que perdemos son las Rockers.
-No lo entiendes muchacho, ese portal llevará a que se extienda una magia desconocida y descontrolada por nuestro mundo. Hemos tenido demasiada suerte de que se haya mantenido todo este tiempo controlada en estas montañas.
-Las puertas, amigo mío, las puertas - le recuerda mi tía.
-¡¡ES VERDAD!!- se golpea la cabeza - las puertas de las Rockers lo han controlado…. Y estos imbéciles se las han cargado sacándolas de su sitio. ¡¡RÁPIDO!! Tenemos que darnos prisa, ahora que lo entiendo…. Somos los únicos que podemos evitar el desastre.
-Amigo mío, tiene que haber por lo menos un hechicero orko manteniendo el portal abierto, por eso la voz…
-Silver, eres la mejor, eso es… Buscad en la oscuridad algo que no sea tan oscuro y allí estará el hechicero.
PRINCIPE ALORIAN
El capitán de los mercenarios mira a sus hombres antes de seguir las instrucciones que le dan.
-Capitán Luqewhego, no vamos a hacer ningún daño a sus hombres mientras sean nuestros rehenes.
-Regimiento Pok…. Si lo llego a saber no hubiera firmado el acuerdo con el gilipollas del asesor de la reina.
-Se lo he dicho unas cuantas veces, capitán; que compruebe todo antes de aceptar un contrato.
Se ve que los dos capitanes se conocen. Siempre se ha oído que las compañías mercenarias suelen conocer e, incluso, compartir información.
-Mierda, mi información decía que habíais muerto en el desfiladero de las Rockers y que el heredero tenía una Guardia muy reciente. Parecía pan comido. No vi nada que contradijera esa información. Si pillo a la cabrona de la reina.
-¿Has sido contratado por la reina? -pregunto.
-Sí, le obligué al asesor que fuera ella quien firmará el contrato si quería a todo mi equipo… Para lo que ha servido.
-Hombre, si todavía tienes esos papeles, podemos negociar – le digo.
Me mira con desconfianza. Mi capitán interviene.
-Fíese de mí, capitán; sabe que el Regimiento Pok mantiene su palabra. Nos encargaremos de que no le pase nada a sus hombres y cobrarán lo que necesiten si testifican en contra de la reina.
-Lo tengo que hablar con mi gente.
-Es lo correcto-. Doy por terminada la conversación a la vez que llega el mago.
-Llegan en menos de cinco minutos.