RODRICK, SOBRINO DE SILVER
-Entonces la idea es mover a una tribu entera de orkos hasta reunirnos con los horms para que tengan una oportunidad de sobrevivir ¿correcto? – pregunto.
-Correcto sobrino – me mira mi tía con, todavía, algo de tristeza. -Ellos se han sacrificado durante mucho tiempo por mantener el mundo como lo conocemos; ahora nos toca a nosotros intentar devolver toda la ayuda prestada.
-Ahora mismo, como solo estamos los cuatros hechiceros no podremos hacer el hechizo que tengo en mente; pero con los hechiceros de los horms más nosotros podremos hacer una búsqueda de los clanes orkos para que tenga un sitio dónde ir.
-Aunque les encontremos otro clan, o están muy cerca o les acompañaremos para que sigan ocultos.
-¿Te ofreces sobrino?
-Por supuesto tía, pero pienso en madre…
-Ya me he encargado de avisar que estamos bien pero que no digan nada a nadie. Ese hechizo y el de trasladar muebles tenían fuerzas suficientes. Ahora espero poder descansar lo necesario para recuperar todas las fuerzas necesarias.
-Este es un reino enano, será más fácil que Rodrick y yo nos encargemos de comprar los suministros mientras tú te encargas de esconder a la tribu orka de ojos indiscretos. A buen ritmo calculo que en una semana hemos llegado al Bosque Oscuro, frontera natural de los horms.
PRINCIPE ALORIAN
Herob. El compañero que tenía el origen más humilde de la pandilla de aprendizaje. El más tranquilo, más estudioso y que en menos broncas se metía. Por algo siempre dije que llegaría lejos, por su capacidad.
-Alorian. Es el momento de que demuestre que el príncipe heredero tiene más calma que todos estos caballeretes. Ten en cuenta que en tu vida tendrás muchas veces que cuidar tus palabras.
Una de sus mejores frases cuando todo el resto de la pandilla se dedicaba a intentar destrozarme los nervios. Siempre he pensado que detrás de todo eso estaba mi padre que no descuidaba nada de mi educación, ni los nervios, ni las materias.
Ahora me lo encuentro al frente de todos los horms. Ha mandado una invasión a mi reino, pero luego quiere una reunión con el príncipe heredero sin importar que está protegido por el Regimiento que les aguantó el desfiladero de las Rockers.
-Estimado Herob, tengo muchas ganas de poder negociar una paz duradera que sea satisfactoria para ambas partes.
Una sonrisa se le dibuja en la cara:
-¿Dónde está mi educación? Permíteme que te invite a la tienda principal dónde podamos negociar mientras tomamos un refrigerio. Obviamente, solo puede entrar el capitán del Regimiento Pok y el resto puede situarse en los exteriores. No deben temer nada, aunque nadie lo crea los horms son seres muy respetuosos con las embajadas.
Ha dicho tienda central que no mi tienda. Herob siempre ha tenido cuidado de elegir especialmente las palabras; eso quiere decir que la tienda central es de todos los horms y no solo suya.