Silver

Capítulo 26

RODRICK, SOBRINO DE SILVER

-Rodrick, te presentó a Salina, una de las mejores alumnas que he tenido.

-Me halagas, Silver, siempre has sido una gran profesora.

Lo dicen ambas enanas después de darse un largo abrazo. Salina ha procedido a cerrar toda su herrería, apagando los fuegos, ya que no tenía ningún hierro trabajando. Después de limpiarse un poco en la parte de detrás de su herrería, nos ha abierto su casa

Ahora nos encontramos ante la mesa de su cocina. Por eso sonreía mi tía tanto al acercarnos al pueblo, tenía claro que podíamos apoyarnos en su antigua alumna.

-Salina, tengo que pedirte un favor. Mi sobrino y yo estamos haciendo un viaje para que conozca todos los reinos enanos. Necesitamos provisiones para seguir con nuestro viaje…

-No se diga más, el único mercader de conservas me debe bastantes cosas que le he arreglado así que me las cobraré en dos enormes bolsas de comida en conserva para vosotros.

-¡Salina! Podemos pagarlas.

-¡Ni lo sueñes maestra! Es lo mínimo que puedo hacer por ti después de enseñarme todo para ser herrera. Y preparé para cenar mi famoso cordero con habas del que todo el pueblo habla.

Mi tía cede a las pretensiones de Salina. Tiene una casa como la de mi tía. Lo justo y necesario para vivir sin mucho más. Un pequeño dormitorio con un todavía más pequeño armario para llevar ropa en caso de fiesta en el pueblo. La cocina, básica para calentar o hacer algún puchero además de una mesa para cuatro comensales. Un baño y una habitación de invitados completan la casa.

PRINCIPE ALORIAN

-¿Es lo único que queréis?

-No te voy a mentir; pueden querer más, pero, por ahora, con cumplir este tratado será suficiente.

-Intentaré con toda mi voluntad que este tratado se cumpla, pero no sé qué me encontraré a la vuelta.

-Lo sé Alorian, tengo mis propios espías en tu Reino. Tu madrastra está a punto de hacer un nuevo movimiento para usurpar el trono a tu padre así que te llevaremos de vuelta a tu Reino rápidamente.

Este Herob es muy bueno, no solo me ayuda a lograr un tratado beneficioso para las dos partes sino que también? oculta una amenaza en su ayuda. Tengo mis propios espías, sé lo que pasará con ese tratado. Además, ahora tengo otras preocupaciones.

-Alorian, en menos de un día estaréis de vuelta a vuestro campamento. Pero no os aconsejo que vayáis directamente de vuelta. Espera a tus espías, que los tendrás con tu Regimiento Pok.

-¿Sabes algo Herob?

-No amigo mío. Sólo son intuiciones. Los movimientos de tu madrastra son muy básicos, nada comparados con tus estrategias. Sé que mantienes tu palabra, sé lo buen estratega que eres. Por eso te quiero del lado de los horms. No son esas bestias sin cerebro que siempre nos han pintado.

Le miro a los ojos. No sabe mentir, ese era su mayor problema. Nunca supo mentir. Me levantó dándole la mano.

-Firmamos el acuerdo y nos vamos; tengo que plantearme mi siguiente movimiento.

-En el territorio de los horms estarás a salvo, puedes plantearte qué hacer para que nuestro tratado se mantenga en pie.

Además de tener este relato y El Cuerpo Expedicionario en Booknet podéis leerme en mi blog tierradeficcion.com que todos los jueves subo relato nuevo. Además, si me queréis apoyar podéis hacerlo mediante el Patreon. Espero que os guste.




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