Capítulo 31

RODRICK, SOBRINO SILVER

Tras el día de descanso con los horms, volvemos a marchar. Esta vez podemos hacerlo con la luz del Sol, pues los orkos se van acostumbrando poco a poco después de tanto tiempo en las tinieblas de las Rockers. Además, las ramas de los árboles ayudan a soportar los rayos. Algunas de las ramas, como si tuvieran vida propia, crean sombras para todos. Tengo la sensación que Zelendi tiene algo que ver.

Las noches aprovechamos para descansar con el cuidado de los horms. Es su bosque y se nota que todo lo que pasa en él lo saben. De las mejores noches que he podido dormir desde que empecé esta aventura. La única condición de los horms es que la comida debe ser frutos del bosque que les sobren. Aunque no lo parezcan, son una verdadera maravilla de sabores que sacian lo suficiente.

Al comienzo del cuarto día, el camino que seguíamos deja el bosque dando lugar a grandes prados llenos de multitud de variedades de insectos, flores y animales de las que no me habían hablado nunca. Algunos parecidos a las cabras, pero más grandes y con tres cuernos más; abejas de tamaños de puños que trabajan en colmenas a pie de suelo; flores más grandes que mi cabeza y de multitud de colores…, entre otras muchas más cosas. Mi tía se ríe a mi lado:

-Cierra la boca sobrino, que entrarán los insectos pensando que eres otra flor que polinizar. Zelendi, ¿conoces algo de lo que estamos viendo?

-Solo de la lectura de antiguos libros, y la mayoría de ellos habían perdido casi todas sus páginas. La de los horms es una cultura fascinante y nos tienen en alta estima si nos permiten ver todo esto.

Al terminar el día llegamos a nuestro punto de reunión. Una gran ciudad horm.

PRINCIPE ALORIAN

Un pequeño revuelo se nota en el camino principal de la ciudad de horms que ha creado Herob. Los orkos ya han llegado a la ciudad. Se nota la diferencia por su altura y envergadura respecto a los horms que les rodean con ánimos y saludos. Desde hace mucho tiempo horms y orkos habían sido aliados, hasta que el resto de los reinos masacraron a los orkos. Uno de los que se unió fue mi reino con mi taratarabuelo a la cabeza.

Eso es lo que quería hacer mi abuelo en una expedición que salió horriblemente mal. Casi muere en el intento. Y mis padres tuvieron que recuperar, todo el tiempo que reinaron juntos, a todos los jóvenes que se perdieron en esa expedición para que el reino no entrará en una espiral negativa con pueblos vacíos, pérdidas de comercio y bandoleros.

Por lo que me han dicho mis espías, mi madrastra tiene la misma idea: de lanzar una expedición punitiva contra los horms; pero con una clara diferencia: solo irán soldados de mi reino, para que mueran y pueda controlar mucho mejor el reino sin tener problemas con el ejército. Si consigo que los orkos quieran tomar parte, tendré que negociar con los señores de los territorios, los dos duques y cuatro barones, para que me apoyen. Sin apoyos, el Regimiento Pok no es suficiente. Estaré muerto.

Se acerca mi mago:

-Señor, ya están aquí los orkos, Es mejor salir a recibirlos fuera de la tienda. Mi maestro dice que estarán más a gusto si nos ven sin armas y con las manos tendidas.

Feliz entrada y salida del año. Espero que el año nuevo sea un gran año para todos.