RODRICK, SOBRINO DE SILVER
Zelendi no transmite ni un solo gesto en su cara, la propuesta de los horms era la esperada. Los orkos quieren más, es una raza orgullosa que se sienten capaces de poder tener su propio territorio y así poder buscar nuevas tribus. Los horms son una especie en expansión; con el tratado firmado tendrán comercio exterior, por lo que al final los orkos podrían molestarles, como habían dicho mi tía Silver y Zelendi.
Entonces el príncipe de Ofani toma la palabra:
-Los horms son hermanos de los orkos. Nunca negaremos esa excepción pero tengo el temor que si el resto de reinos conocen de la supervivencia de un nuevo clan orko y, temiendo un nuevo reino orko, atacarían sin dudar a horms y orkos hasta la extinción de ambos…
-Deduzco que el Príncipe tiene una sugerencia al respecto -le mira suspicaz Zelendi.
-Sí, estimado gran maestro Zelendi. Mi sugerencia es que el clan orko tenga sus propias tierras que estén cerca de sus hermanos horms pero que pertenezcan al Reino de Ofandi. No digo que los orkos tengan que ser ofandies obligatoriamente, ellos tendrían un asiento más en la Asamblea de los Nobles de Ofandi, tendría cargo de duque…
-¿A quién le quieres quitar tierras para dárselas a los orkos? – le interrumpe mi tía Silver.
-A nadie, hay unas tierras al norte de mi reino que pertenecieron a un duque y que las llevó a la extinción mi abuelo, en una expedición contra horms. Esas tierras están desiertas, tienen buenos bosques y grandes cordilleras. Son difíciles para el desarrollo agrícola, por eso nadie las ha reclamado hasta ahora. Pero pienso que serán perfectas para un nuevo clan orko. Además, limitan con sus hermanos los horms para que sigan estando en contacto.
PRINCIPE ALORIAN
Mi oferta ya está encima de la mesa. Tanto horms como orkos pueden pensar que me quiero aprovechar de la situación. Solo quiero lo mejor para mi Reino ayudando al resto de vecinos. Otra guerra contra los horms llevaría a mi Reino a la desaparición, y, aunque lo quiera mi madrastra, yo no lo voy a permitir.
-A cambio querrás que luchemos por ti contra tu madrastra – esta vez sí habla el portavoz de los orkos, en vez del mago o la enana.
-Al contrario, mi madrastra es asunto mío. Simplemente pediría a Herob, en nombre de los horms, que os mantenga ocultos hasta que solucione los problemas en mi reino, entre ellos con mi madrastra. Después, con el reino en paz, mantendré mis promesas.
-Es decir, nos prometes tierras y seguridad a cambio de…. ¿Nada?.
-Nada, nada, no. Estabilidad, un ducado recuperado, tropas orkas cuando se puedan permitir, pues ahora no os podéis permitir prescindir de nadie. Además de tener buenas relaciones con los horms que serán nuevos socios comerciales. Intento reflotar mi reino a partir de acuerdos sin necesidad de otros humanos. Esas tierras, al estar ocupadas por vosotros, me ahorrará tener que preocuparme de que existan bandoleros o forajidos.
-Tendremos que estudiar las dos propuestas con toda la tribu y con nuestros consejeros antes de poder decidir nada – indica el portavoz orko.
-Es lo justo. Doy por finalizada esta reunión – como anfitrión, Herob, es el único que puede disolver la reunión. Espero que mi plan se acepte, aunque no servirá de nada si no recupero el trono de Ofandi.
¿Qué os parece el relato? ¿Esperabáis esa oferta del príncipe? Os leo en comentarios y podéis apoyar todo los relatos del blog en Patreon:
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