Simple cliché

Capitulo 1

Esperaba que chocara contra ella y tumbara sus libros, entonces le ayudaría a recogerlos se mirarían a los ojos y, entre un par de risas nerviosas y disculpas, encontraría por fin ese príncipe que los libros y las películas cliché sabían describir a la perfección. Soñaba con ese capitán del equipo de fútbol, popular y codiciado que de pronto pudiera ver algo especial en ella que no tuviera otra chica, aunque el pudiera tener a cualquiera rendida a sus pies se fijaría en la rara come libros e inadaptada, se perdería en su mirada y todo el resto dejaría de existir. Sí claro como si eso fuera a pasarle.

Primer día de escuela ¡que emoción! Lástima que esa emoción se perdió en ella hace mucho tiempo. Este primer día en particular representaba un gran cambio para ella, nueva escuela, nuevos compañeros y, lo más importante, se escribía una nueva etapa de su vida. La etapa que todos los adultos describían como la más interesante, la preparatoria. Se alistó como de costumbre, sin arreglarse tanto, a decir verdad absolutamente nada. Su padre se ofreció a llevarla a la escuela, lo cual era raro. Una vez en la escuela se dedicó a buscar su salón, esa escuela era un laberinto enorme y antiguo. Al encontrar su salón en el primer intento y sin perderse entró en él, sintió que el estómago se le hacía pequeño, eligió un lugar perfecto no tan adelante y no tan al fondo. Tomó asiento cuidadosamente, sus movimientos eran tímidos y ligeros como si le cobraran por moverse. Se sentó tratando de ocupar el menor espacio posible en aquella silla fría. A su alrededor todos entablaban conversaciones, muchos ya se conocían y otros estaban conociéndose, maldita gente extrovertida que se le da bien hablar. Seguramente nada iba a cambiar para ella, todo seguiría siendo lo mismo de siempre, había pasado tanto tiempo desde que la vida le había sonreído. Había llegado considerablemente temprano por ser el primer día de clases y para prevenir el demorar un poco buscando su salón. Faltaban varios minutos para que la primera clase comenzara, tenía que quedarse ahí, casi conteniendo el aire, ignorada y en silencio.

De pronto un chico alto, de cabello rizado y alborotado entró, irradiaba confianza y seguridad en sí mismo. El chico tomó asiento delante de ella y comenzó una conversación bastante energética, era demasiado energético. Nuestra protagonista no sabía cómo reaccionar, las cosas para ella tenían que surgir más lentamente. El despeinado chico se presentó como Sergio, fue extraño que no iniciara la conversación presentándose, todo en él era original y eso agradó mucho a nuestra protagonista. Tal vez también sea extraño que no haya iniciado esta historia presentándola, su nombre era Samantha. El rato pasó fugazmente tras la llegada de Sergio y más rápido de lo que esperaba empezó la primera clase.

En un pestañeo Sergio se rodeó de amigos, lo cual era normal por ser el primer día. Un nudo en el estómago de Sam se formó después de escuchar el timbre que indicaba la salida al descanso pero al mismo tiempo sintió alivio, no soportaba estar rodeada de desconocidos por tanto tiempo. Esperaba ir a desayunar tranquilamente a algún lugar en completa soledad en donde pudiera tener paz. Su plan fue saboteado por completo cuando una manada de trogloditas comandada por Sergio la rodeó. Samantha se intimidó e incluso se sonrojó un poco, no acostumbraba estar rodeada de tantos hombres, no era una chica que pudiera resultar muy atractiva por lo cual su interacción con ellos era casi nula. Tampoco le agradaban mucho las mujeres, siempre tan superficiales y huecas, nunca tenían nada bueno que decir, en fin, Sam no se llevaba muy bien con la mayor parte del mundo.

Al final terminó aceptando la invitación de Sergio y pasó todo el descanso con ellos, eran personas agradables que fueron apagando su timidez poco a poco con su manera tan espontánea de ser. Al menos en este lugar no era ignorada, pensaba, tal vez el cambio no era tan malo después de todo. Durante las primeras semanas realmente solo pasaba el tiempo con Sergio y aunque salieran en grupo ella solo quería estar con él, la hacía sentir segura y era la única persona que estaba considerando un amigo. Se sentía muy cómoda estando a su lado, él siempre sabía cómo hacerla sonreír.



#40381 en Novela romántica

En el texto hay: autoestima, primer amor

Editado: 05.04.2019

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