Simple humana

C A P I T U L O 24.

Ellos estaban a nada de declararse enemigos a muerte. Noah estaba mirando de mala manera a Aramis, pero este ni se inmutaba y lo miraba incluso peor, ellos estaban así más de diez minutos , en los cuales, me dedique a regularizar mi respiración y recuperar fuerza de voluntad para no quedar enfrente de ellos más débil de lo que me vi hace unos minutos atrás.

Todo el ambiente estaba tenso, ellos se encontraban sentados uno frente al otro, mientras que más de 15 guardias se encontraban detrás de Noah junto con su beta, esperando el más mínimo movimiento en falso paran atacarnos.

Cuando llego Aramis en el momento justo, Noah intento golpearlo,  pero sabemos que su fuerza está casi por igual, que será algo tardado que uno de los dos se rinda frente a una pelea. Medite un  poco con la taza de té en mis manos, soplando para bajar un poco la temperatura de este.

Y ahí estábamos todos en el gran despacho de majestad tomando de una taza de té, ¿Qué clase de chuscada es este?

— ¿Chuscada? ¿En qué siglo vives preciosa? Ni yo que soy un vejestorio digo esas palabras. — me dijo Aramis en voz alta haciendo que saltara en mi lugar salpicando el suelo con unas cuantas gotas de té.

Se me había olvidado que lees mentes.

— Hay momentos en los que quisiera no hacerlo, porque justo ahora escucho la voz irritante de un Alpha que está ideando mil maneras de deshacerse de mí y no hay ni una sola en esas idea en donde se libre de mi abandonándome en una linda pradera, es realmente un sádico — le sonreí tratando de aguantarme la risa, mientras Noah nos miró con cautela con una sonrisa ladeada bastante tensa como si tratara de aguantarse las ganas de matarlo y no dudo que sea ese el caso,  todos los guardias incluyendo al beta, esperaban la señal de su Rey para atacar.

Después de todo Aramis se había burlado de su Alpha.

— Señor Aramis, que sea un Schutzeele, no significa que tenga el derecho de dirigirse de esa manera al Alpha —dijo por fin el beta con la mirada directamente a los ojos de Aramis sin ningún tipo de temor o nervio.

— ¿En qué momento mencione el nombre de majestad? — yo lo mire seria, aunque supiera que es fuerte, incluso hay un ser al parecer  peligroso  encerrado allá  abajo en los calabozos.

Nadie me garantiza que el futuro del chico a mi lado no será igual.

— Veo que puedes leer la mente intento de guardián de cuarta. — menciono Noah con burla y con un deje de superioridad, todo el en ese momento demostraba que el ego de alguien es muy grande si se lo propone.

Estaba en traje desde la mañana, y yo que pensaba que había ido a dormir. Él se encontraba sentado  en la silla giratoria detrás de su escritorio y puedo decir libremente.

El Alpha me da miedo.

— No tienes por qué hermosa, estoy aquí.

Dijo Aramis mirándome con tanta serenidad que por un momento me olvide que estamos en aprietos.

— Ni a la hija de la diosa luna pudiste salvar a pesar de que ella era poderosa desde su nacimiento. – volvió a hablar Noah sacándome por completo de contexto.

¿Él había cuidado de la hija de la diosa luna?

Voltee a ver a Aramis deseando que haya leído mi pensamiento y sé que lo escucho por que hizo una ligera mueca y volteo a otro lado.

— La persona con la que pelee con tal de cuidar a la hija de mi diosa es lo triple de poderosa que toda tu manada y la de tu novia  junta. — hablo con tanta seriedad que desconocí por un momento al chico que es. — Atenea ¿te suena el nombre?

Noah quito la sonrisa que tenía y la cambio por un ceño fruncido. Se acercó más a su escritorio y coloco ambos codos en ella, poniendo más atención a lo que decía.

— ¿No ella tenía un mate y él fue el que la secuestro? — Aramis se empezó a reír y se empezó a mover en la silla hasta que cayó con ella al suelo.

— No te diré nada cambia forma insignificante, solo te diré que tuve suerte de estar cerca del castillo celestial, de otro modo estaría esperando con ansias tu llegada en la humilde casa de Hades — si no hubiera prestado atención en clase, en estos momentos,  estaría completamente confundida.

— En unos meses seré yo el que te espere guardián de cuarta, te guardare un lugar junto con la mierda allá abajo. —ninguno de los presentes aparte de estos dos hablaba, intercambiamos un par de miradas entre nosotros  tratando de preguntarnos que si alguien sabia como parar esto.

Ellos si seguían hablando acabarían peleándose y haciendo un drama.

— Se me olvidaba, mientras yo pelee con una diosa poderosa y morí en el proceso como un guerrero, tu manada de perros falderos no pudieron salvar a su luna contra unos estúpidos vampiros y un desertor — definitivamente Aramis cruzo la raya, todos los presentes soltaron un gruñido y Noah no se detuvo a pensar y se levantó de lugar para luego golpear en el rostro a mi guardián.

Él no se quedó a procesar el golpe y se lo devolvió, yo mire atemorizada la escena y busque la ayuda de los demás presentes pero ellos se encontraban haciendo apuestas por la pelea.

— ¡Por favor sepárenlos! — les dije y ellos me ignoraron por completo.

Ellos seguían a los golpes. Noah estaba arriba de Aramis dándole golpe tras golpe al pecho de mi guardián, su playera que era blanca unos minutos atrás estaba llena de sangre y destrozada. Aramis le soltó un golpe muy fuerte al pecho de Noah con el pie que lo hizo volar hacia la pared rompiéndola por el impacto y Noah cayo fuera de la casa y Aramis salto para seguir con la pelea. Sus guardias y su beta salieron corriendo del despacho hasta llegar abajo, yo sin pensarlo dos veces también baje, esto debía para ya, uno de los dos iba a morir a este pasó.

Al llegar a la entrada vi que estaba llegando Cristal, la supuesta novia de Noah, ella sonrió al verme y yo le devolví la sonrisa.

— Samantha, que bueno volver a verte ¿Cómo has estado? — pregunto Cristal animada, ella llevaba un vestido floreado que le quedaba sensacional, la hacían ver sensual y al mismo tiempo como una chica tierna.




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