Traidor
Es la persona que falta a la lealtad o la fidelidad debidas Los traidores serán juzgados con todo el rigor de la ley marcial.
¿Por qué era una traidora si no había hecho nada grave?
Llevaba más de quizás 6 horas en una gran rueda de piedra; todas mis extremidades estaban atadas con cadenas y me estaba empezando a lastimar de manera rigurosa.
Toda mi ropa estaba destrozada, estaba completamente expuesta y eso me tenía alerta, tenía miedo de morir, pero tenía más miedo de que me agredan sexualmente. Eso acabaría haciendo mi vida más miserable de lo que ya es. Juro que intente defenderme cuando me trajeron a la fuerza a este lugar que es mil veces peor que los calabozos de Noah, pero solo gane varios golpes hasta que quede inconsciente.
Mire a todos lados tratando de buscar la forma de salir de aquí, había visto este tipo de ruedas en libros que utilizaban los Alphas de más alto rango, eran de origen del reino de los vampiros. Se usan principalmente para seres muy poderosos y que además si tiene aliados he intentan sacar a la persona de esta piedra muere electrocutado, según se, donde estoy, la única persona que me puede sacar es la persona que me coloco aquí.
¿Por qué me pusieron aquí si soy una humana?
Quiero creer que fue porque saben de la existencia de Aramis.
Mis músculos me pedían clemencia, todo me dolía, entre más me movía sentía que las cadenas me apretaban más, no sentía el cuerpo, me sentía impotente y estaba a punto de llorar. Soy muy llorona, lo sé; Pero cualquiera en mi situación estaría incluso peor, esta es de la peor de las torturas para cualquier ser viviente, incluso para los hombres lobo que sus heridas se regeneran al instante y el dolor en ellos es como cosquillas.
— Veo que ya estas despierta, pequeña zorra. — llego un señor regordete, con una barba llena de sangre. Mis ganas de llorar se fueron a la mierda y fueron remplazadas por unas grandes ganas de vomitar.
Olía horrible, como a muerto. No puede ser…
Era un vampiro.
Empezó a rodear la rueda, quería que se fuera, taparme, hacer algo. Mi corazón palpitaba rápido, sentía que me iba a desmayar, mire a la persona responsable de mi sufrimiento. El vampiro regordete me estaba ahorcando, su mirada solo me mostraba diversión, le divertía verme sufriendo.
— Los del reino celestial estarán felices al saber que encontré a la hija traidora de Selene — ¿Selene? ¿La diosa luna?
— Yo… no…s-soy — cada palabra me quitaba más oxígeno y estaba perdiéndome en la oscuridad, vi pequeños destellos a mi alrededor y solo esperaba lo peor, antes de que perdiera por completo las fuerzas de buscar oxígeno, me soltó, empecé a toser con fuerza y inhale con desesperación tratando de llenar mis pulmones.
— Tranquila, yo solo me divertiré contigo, en el reino de mataran, y me darán un premio por llevarte, y dime pequeña zorra ¿Te divertiste con el chucho ese? —¿Chucho? Así les dicen de forma ofensiva a los hombres lobo — escuche que escapaste del reino en busca del lobito que te cautivo e hiciste un trato con Atenea, escuche también que traicionaste la palabra con ella y ahora todo el reino te busca para matarte, y te he encontrado yo, no has cambiado nada zorra.
Yo no sabía que decir, ¿de que hablaba? Me estaba confundiendo con alguien más, paseo sus ojos por mi cuerpo y las lágrimas empezaron a salir sin mi consentimiento.
— N…o — apenas logre pronunciar y el hizo caso omiso y siguió mirándome, yo sentía asco, repulsión y mucha rabia. Entonces toco mis pechos, empecé a moverme desesperada pero las cadenas me ataban amas haciendo que soltara un quejido de dolor. Me rasgo la ropa rompiendo por completo al tela que me cubría, me dejo totalmente desnuda.
Grite, llore y me moví desesperada en la roca.
Me toco todo el cuerpo, no sabía que hacer, nadie vendría en mi ayuda y si lo hacían daría totalmente igual, solo la persona que me coloco aquí puede sacarme. Pasó su mano en mi vagina, ya no sabía cómo suplicarle que lo hiciera, pero el solo se reía de mí. Entonces metido un dedo en mi interior. Prefería morir, me miro a la cara y me beso me abrió la boca a la fuerza y metió su lengua yo mordí con todas mis fuerzas su lengua escupí en la cara y saco el dedo de mi interior para golpearme.
— ¡Maldita zorra! — me miro con odio total, el sin pensarlo dos veces saco su miembro, quería morir, que alguien me ayudara, pero nadie vendría ¿quizás vendría Aramis? Pero estoy segura que por el mejor si se desasee de mí, espere lo peor y cuando sentí su miembro rozarme un hombre lleno de sangre entro alarmado diciendo que estaban en guerra, el hombre me miro una última vez y se metió su miembro a su pantalón y salió, yo estaba impotente es imposible decir con exactitud cómo me sentía.
Solo sé que me sentía sucia.
Grite con desesperación mis cuerdas vocales ardían por la presión que ejercían cuando gritaba, solo quería que me mataran, desaparecer.
— ¡SAMANTHA! — escuche a lo lejos, deje de gritar para escuchar mejor
Era Aramis, reconocí su voz al instante. Le grite para que supiera encontrarme, luego recordé que sería inútil aunque me encontrara, no podría sacarme.
Cuando llego me sentí estúpida al recordar que estaba expuesta a él, me miro con tristeza y con el enojo reluciendo a su alrededor
— Sam… — de sus ojos empezaron a salir lágrimas, se acercó poco a poco a mí con miedo al como reaccionaria, le agradezco que el solo me miraba a la cara tratando de no mirar mi cuerpo — esto es mi culpa no debí dejarte sola, esto es mi maldita culpa, ¡¿qué clase de guardia soy?!
El como yo, se encontraba impotente, enojado y muy triste, intento acercarse a mí pero recordé que si tocada la piedra o a mí se electrocutaría.
— No te acerques más te lo pido, la pierda… —el hizo caso omiso y se acercó más hasta llegar con migo
— ¿Que mierda te hizo? — Pregunto con la voz quebrada — si tan solo te hubiera esperado para regresar a casa, nada de lo que paso habría pasado.
#30744 en Novela romántica
#14378 en Fantasía
#5502 en Personajes sobrenaturales
Editado: 29.08.2021