C A P I T U L O 3 0.

— Busca al niño por allá — me ordeno Aramis señalando hacía las cabañas que estaban en construcción — yo iré a buscar por allá — ahora señaló hacía los juegos que tienen los niños de la manada.

— Te veo aquí en media hora señalé uno de los relojes que hay en todos lados de la manada— él acepto y salió corriendo hacia dónde quedó en ir, yo fui hacia las cabañas y todo estaba solo y algo sucio.

Primero revise al exterior de las cabañas y no había nada y no sentía ninguna presencia, decidí entrar a una de las cabañas y subí por las escaleras buscando, lo que menos quería es que el niño escapara si sabe que estoy aquí; seguí caminando con cuidado, sea como sea, este lugar va a ser derribado y si hago un paso en falso puedo lastimarme.

— ¿Qué haces aquí? — dijo una voz detrás de mí haciendo que me asustará y diera una vuelva para verlo, era Noah, él estaba ahí en las escaleras con las manos dentro de sus bolsillos.

— Yo... — piensa Sam, ¡piensa!

— No eres buena con las mentiras, así que dime la verdad, tal vez pueda ayudarte— ¿El alpha ayudarme?, si... Eso no está en su vocabulario.

— Vine a buscar a un niño del orfanato, estamos jugando a las escondidas— me aplaudo a mi misma por pensar en algo rápido, al final no mentí del todo, estoy buscando al pequeño.

— Pues ese niño no debe ser lo bastante listo por meterse a las casas que están restringidas por qué se teme que se caigan ¿No lo crees? — buen punto, ahora que lo pienso no lo creo capaz de meterse aquí. 
Di una última revisada con la mirada y asentí para luego hacer una pequeña reverencia, e intentar irme.

— ¿A dónde vas?, No he terminado de hablar. — habló Noah detrás mío, este se sentó en uno de los escalones. Yo al escucharlo lo mire algo confundida y él hizo un ademán con su mano para que me sentará a su lado y después de pensar unos segundos acepte, después de todo Aramis está cerca si siente que estoy en peligro vendrá por mi. — Quisiera decirte muchas cosas pero ahora mismo ya no tengo fuerza para nada, de verdad cada vez me quedo con menos fuerza, solo quiero darte las... — hizo una pequeña mueca pero siguió hablando sin mirarme en ningún momento — gracias, después de todo estás ayudando a mi manada, tuve una pelea con Alan por lo que viniste a hacer aquí, por supuesto él me ha dicho hasta el cansancio que no te obligue a nada por lo que pasó....

— Por favor, no quiero hablar del tema — pedí y él se paró para luego ponerse en frente mío.

— Se que no estás en una buen momento ahora pero te pido que lo hagas por mi manada, es lo único que me importa, no tengo familia, ni a mi mate... — nunca lo había visto así, lo noto algo triste, si no fuera por su fiebre de voz pensaría que me está rogando.— Alan tomara las riendas, él se hará cargo de todo y se que sabrá controlarse, se de sobra que te sentirás más cómoda con él que conmigo.

Agradezco que Alan tome las riendas, después de todo es el que mejor me ha tratado de los dos, se que lo mire raro cuando el mejoro su postura y repitió lo que ya estoy acostumbrada.

— No me mal entiendas, hago todo esto por mi manada, si fuera por mi no lo hago y me muero, así que esto no es algo que los dos querramos de verdad — yo solté un suspiro y me pare en el escalón que dando casi a su altura, quite el polvo de mi ropa y lo encaré.

— Por supuesto majestad, no he malentendido las cosas, se que hago aquí y no tengo muchas opciones, también le agradezco su empatía al pensar un poco sobre lo que pasé, pero eso no es nada a comparación de lo que pasé los últimos años de mi vida, así que no deben preocuparse por mí, solo quiero acabar con esto de una vez — me refería a ambos y lo note tensarse, está enojado de el tono de voz wue utilize, pero ahora mismo me da totalmente igual, estoy cansada.

Sin decir nada más lo esquivé para salir de esa cabaña, esta vez no me habló pero si me jalo de brazo y me abrazo por la espalda
Por la diosa, ¿es que no puedo salir de aquí?. Lo sentí olfatearme el cuello para luego pasar su lengua. Este acto hizo que me diera un escalofrío y el miedo se instalo en mis manos haciendo que temblaran.

— Amo tu olor, es tan dulce... — halago mientras tomaba mi cabello recogiéndolo para seguir olfateando hasta llegar a mí mandíbula y luego a mi oreja mordiendo está suavemente, sentí sus manos posarse en mi cintura y poner un poco de fuerza en esa zona sin ser muy brusco. — mi luna...

— Noah... perdón, majestad,¿Qué - se supone que hace?— no contesto con palabras a mi pregunta pero si hizo que de un movimiento lo mirará a la cara, ya no era Noah... Era Alan. — Alan...

— Ya te extrañaba mi luna ... No te imaginas cuento te extrañe — quitó una de sus manos de mi cintura para quitar los mechones de cabello que caían en mi rostro.

— Alan... Este no es el lugar, ni el momento — este dejo de mirarme para mirar a su alrededor para luego volver a mí.

— No había notado dónde estábamos, creí que estaríamos en... — el pareció pensarlo dos veces y solo sonrió — olvídalo, es un gusto volver a hablar contigo mi luna.

— El gusto es mío Alan — contesté y con disimulo quite su otra mano de mi cintura para hacerme para atrás hasta chocar con la puerta.

Él caminó un poco tocando la escalera para pasar su dedo por los bordes y checa do que tenía polvo, estornudó. Ese acto hizo que no me aguantará y me solté a reír, su estornudo había sido muy tierno como si de un niño se tratará. Me sonrió y note un pequeño sonrojo en sus mejillas que muy bien pueden ser confundidos con que está sofocado por el calor que hace aquí adentro.

— ¿Qué hacían ambos aquí? — pregunto y yo me puse algo sería sin quitar mi deje de diversión.

— Pensé que lo sabrías, después de todo puedes ver lo que hace Noah — le contesté y al notar mi confusión el decidió explicarme.

— Puedo, pero desde hace un par de horas Noah me ha estado controlando para que no saliera por lo tanto yo no podía ver lo que hacía en ese lapso de tiempo — abrí un poco la boca dandome una cachetada mental por no recordar algo tan básico como eso.