Simple humana

C A P I T U L O 34.

Por favor les pido leer la nota  de autora al final, es muy importante.📌🔊

 [...]

Todos anhelamos algo de lo que no podemos tener, pero depende de la fuerza de voluntad misma si se cumplen hasta los mayores deseos.

Yo anhelaba poder tener una vida habitual, sin embargo ya no tengo mucha fuerza de voluntad. En el tiempo que viví en la ciudad me lleve la sorpresa que todos quisieran vivir experiencias fuera de su rutina.

Deseaban tener un poco de ese sentimiento llamado adrenalina.

Noah me miraba con atención desde el momento que pusimos un pie en el tétrico jardín lleno de rosas cual rojo se asemejaba a las dulces manzanas, yo adoraba tal fruto pero para los hombres lobo podían llegar a ser mortal. En cambio el olor que me acento al acercarnos era fuerte, casi parecido al olor de las "oiyus" un líquido que utilizan los pertenecientes a la manada para poder hacer funcionar más tiempo el fuego para la chimenea para no utilizar tanta madera. El tomo un bocado de aire y con una expresión decidida poso su mano en su bolsillo del pantalón, de este saco un cuadrado color plateado, su estructura era desgastada pero no notaba indicios de desgaste, me sorprendía ya que si no fuera yo la que presencia ver a Noah tan tranquilo tomando aquel cuadrado pensaría que es plata. No tenía intenciones de ser yo la que hablara, estaba decidida a solo escuchar, no más que eso, pero él no había abierto la boca en ningún momento, me preguntaba si esta solo era una excusa para que Aramis se enojara conmigo y me dejará desprotegida.

Toda alternativa que me propuse como lo fue salir huyendo desconfiada desapareció al escuchar un pequeño sonido proveniente del cuadrado.

Este resulto ser un encendedor que al abrirse la pequeña llama salió, fruncí el ceño ligeramente y mire con atención tal objeto, varias preguntas rondaban en mi cabeza, sin embargo me parecía atrayente verlo a él tan atento a la llama, supongo que mi mirada fue muy obvia que me miro, desconocía que quería demostrarme haciendo aquello, no entendía que se suponía que quería explicarme.

Sus brillantes ojos no me dejaron de mirar un solo segundo, a pesar de sentirme terriblemente incomoda no baje la mirada, la sostuve retando a que me siguiera viendo intimidante, me hacía creer a mí misma que era fuerte y él no era más que yo. Cuyo pensamiento es insensato tomando en cuenta que somos de distintas "especies", y la mía no es precisamente una fuerte.

Noah ladeo una sonrisa y sin detener esa pelea de miradas tiro el encendedor a los rosales, fui yo la que rompió el contacto con sus ojos al ver tal acto que tomo con simpleza, no podía creer lo que veía. Las rosas estaban quemándose con una rapidez impresionante, el plantío no era exactamente pequeño muy bien podían ser 700 rosas las que se estaban quemando. No me controle y una lagrima me traiciono, esas rosas eran de la fallecida luna, ¿Cómo se atrevió a quemarlas? Y más enfrente suyo ¿Qué quería lograr haciendo eso?

— ¿Qué crees que...? — empecé a hablar con un gran nudo en la garganta dificultándome las cosas para permanecer con la frente en alto.

— No podía tener más esos objetos que me impedían seguir adelante — en un intento de tomarme la mano yo retire con brusquedad mi brazo hacia atrás.

— ¿Quemando lo más preciado de tu luna? — el negó con la cabeza y de nuevo intento tomar mi mano pero esta vez logro tomarme, pero fue de la muñeca.

Salimos de ahí con un poco de rapidez donde yo repetía que me soltara mientras me resistía a ir con él. Este me soltó al estar seguro que estábamos lo suficientemente lejos, no me dio la cara y se sentó en el suelo bordado de pasto sano. Paso ambas manos detrás de la nuca haciéndole tener un toque despreocupado, yo seguía ahí parada a su lado aun procesando lo ocurrido ¿Dónde se suponía que quedo el amor que repetía hasta el cansancio por su luna?, solo no lo entendía.

— Sabia que no era mi mate, pero era perfecta de pies a cabeza, su olor me embriagaba tanto que me hice creer que era ella; en ocasiones dudaba de ello porque mi lobo no reaccionaba a ella como escuchaba contar a otros, pero olía tan especial que me repetía que todos reaccionábamos diferentes a nuestras mates; cuando tu llegaste te odie por amargarme la vida con tu solo olor rondando en la manada, que me resultaba interesante puesto tu olor era muy fuerte, demasiado para mi gusto, tu olor a diferencia de otro humanos era mayor y me embriagaba tanto que me enojaba todo el tiempo por cosas insignificantes.

Yo no decía nada y no me moví en ningún momento, quería saber a donde quería llegar, su rostro se mostraba triste, por primera vez en mi vida lo notaba verdaderamente mal.

— Perdimos a mi cachorro — siguió hablando— entonces descubrimos que no volvería a quedar embarazada yo enloquecí y me negaba a verla, no soportaba verla por alguna razón, ese tiempo me seguía sintiendo atraído hasta que después de un desayuno que me pidió compartir con ella todo enojo había desaparecido y de nuevo parecíamos verdaderos mates como líderes de la manada. No me entendía para nada, me pregunte seriamente varias veces que había pasado en ese desayuno que me hiciera en contentarme con ella, sin embargo no hablamos en ese desayuno, solo comimos. Cuando ella falleció y me colocaron el collar me sentí terriblemente, como se sabe un hombre lobo sin mate sin importar su rango... muere.

— Pero no falleciste – afirme.

— No lo hice, pero ¿no te parece extraño?, escuche que eras de las mejores de tu clase, deberías saber que ningún hombre lobo ni con el poder divino puede vivir sin su mate, mucho menos ese hechicero de cuarta podía negar, ni retrasar mi muerte.

— ¿A dónde quieres llegar con todo esto? — ya resignada tome asiento al lado suyo, Noah quito sus manos de su cabeza y las poso detrás suyo dándome una mejor vista de su rostro.

— Cuando mi lobo te reclamo como suya lo tome por loco, yo solo tenía una mate y estaba muerta, Alan me hizo sufrir demasiado porque quería tenerte cerca y yo solo lo ignore, cuando te fuiste a la ciudad de los humanos con ese tipo tuve que someterlo a una sesión de tortura espiritual, porque le plantee la idea de dejarte ahí y no volver a buscarte.




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