Cuando me despierto y enseguida miro a mi alrededor, me doy cuenta de que estoy en una habitación diferente. Respiro profundamente mientras cierro fuertemente mis ojos y al abrirlos nuevamente, mi malestar ha desaparecido por completo. Decido arreglarme y voy al armario para ver qué ropa me pondré.
Al final, elijo una camisa roja clara y una falda rosa con flores, junto con unos tenis blancos.
que terminé de vestirme, arreglé un poco mi cabello afro y salgo de la habitación y al cruzar el salón veo a mi tío esperándome como siempre, con una sonrisa. Salimos de la casa, nos subimos a su coche y él me indica que me siente en el asiento delantero.
Durante el trayecto, mi tío empieza a decirme unas palabras para que no esté nerviosa.
Es verdad que estoy muy nerviosa y no puedo dejar de morderme las uñas.
Agradezco que el trayecto solo haya durado unos diez minutos.
Al entrar al instituto, nos dirigimos directamente a la secretaría donde una mujer de mediana edad nos atiende.
Ella nos explica las normas del instituto y me entrega unos papeles que debo completar para poder estudiar aquí.
Sin embargo, nos informa que el director quiere hablar con nosotros.
Cuando entramos en el despacho del director, quien está leyendo mi expediente, levanta la cabeza y nos indica que nos sentemos. Comienza a explicarnos que se ha percatado de que hay algo en mi expediente que no cuadra, por lo cual ha llamado a mi otro instituto para averiguar qué ha pasado.
Me quedo mirando al director y a mi tío al mismo tiempo, preguntándome qué habrá en esos folios y por qué mi tío está tan relajado mientras yo estoy rígida como una tabla por los nervios. Cuando creí que el director me había olvidado, me entrega unos folios y me explica de qué tratan.
Al parecer es un test que debo de hacer para saber el nivel que tengo.
De inmediato los hago , en unos minutos término todo
puedo respirar profundamente por haber terminado todo en tiempo récord y los entrego al director, acto seguido los revisa sin embargo, se queda sorprendido pero sigue revisando.
En unos minutos, después me informan de que aparentemente ese instituto ha cometido un error porque yo no debería haber hecho ningún ciclo, sino adelantar un curso más, ya que tengo un nivel que supera al de otros alumnos.
Así que me van a adelantar un curso más, dejándome sorprendida y confundída junto a mi tío.
Por lo tanto, mi tío le pregunta al director.
-¿Nos está diciendo usted que en otro instituto han cometido un error? - Comienza el director sin rodeos.
-Sí, señor, al parecer en su instituto anterior han cometido un error. Mi punto de vista es que su sobrina debía estar en 2° de bachillerato y, sinceramente, por eso le voy a adelantar un curso más.
Después de la conversación y de haber resuelto el asunto de la matrícula, el director se ofrece a mostrarnos las instalaciones del instituto. Mientras camino por los pasillos, alcanzo a ver a un grupo de chicos salir de las aulas.
Aparentemente estaban conversando, supongo que están en su hora libre.
Pero me doy cuenta de que uno de los chicos, que es Gianni, se acerca amablemente hacia mí y me pregunta en lenguaje de signos:
-¿Vas a estudiar aquí? -Él sonríe mientras me mira con esos encantadores ojos azules.
Estoy tan nerviosa que apenas puedo concentrarme para intentar decírselo, pero al final logro decir en lenguaje de signos.
-Hola, sí, voy a estudiar. No esperaba que estudiaras en este instituto y no es necesario que uses lenguaje de signos, puedes hablar conmigo normalmente porque soy muda, no sorda.
-Veo cómo asiente y me mira. Está a punto de decirme algo más. De pronto, aparecen sus amigos diciéndole que el profesor ha regresado, así que se marcha.
Pero antes, comienza a decirme.
-Bienvenida al instituto y si necesitas algo, avísame. Estaré encantado de ayudarte en lo que sea. Se marcha totalmente, dejándome sola con una sonrisa tonta en mi rostro y sigo observando el lugar hasta que una mujer muy amable me entrega mi horario y algunos papeles y me despido de mi tío.
- A continuación, me dirijo al aula que me corresponde en este momento.
Cuando toco la puerta, un profesor sale a recibirme, me hace entrar y aunque me siento algo incómoda, debo hablar sobre mí. Sobre todo, debo usar lenguaje de signos para que me entiendan. Sin embargo, me da vergüenza usarlo, pero el profesor se ofrece a ayudarme a decir lo que digo.
Por lo tanto, en lenguaje de signos empiezo a hacer un pequeño resumen de mi vida y enseguida me doy cuenta de que nadie se está burlando de mí por usar el lenguaje de signos, lo cual me alivia.
A continuación, el profesor me pide que me siente y me dirijo hacia el lugar donde hay un pupitre vacío.
Sigo la clase tomando notas hasta que suena la campana y tenemos que irnos a recreo
Para ser el primer día, no lo estoy llevando tan mal, hasta que de repente veo desde lejos a Gianni.
Por supuesto, cuando me ve clavando sus bonitos ojos en mí, él esboza una sonrisa y me saluda.
Yo le devuelvo el saludo. Con las mejillas sonrojadas, me dirijo hacia un banco para sentarme hasta la hora del recreo.
Aquí, por ahora, es el único lugar donde puedo estar tranquila y sin ruidos.
Me encanta leer porque me permite soñar con algo inalcanzable.
Sin embargo, mi momento es interrumpido cuando el timbre me avisa que el descanso ha terminado y debo regresar a mis clases. Espero unos minutos para evitar encontrarme con alguien y así poder ir más tranquila hacia el aula.
Pero mis intenciones se ven interrumpidas cuando chocó con Gianni.
Él me mira de arriba abajo, bloqueando mi paso , no sé que pasó, y caigo al suelo.
De inmediato, él me ayuda a levantarme, nuestros ojos se cruzan y me pregunta cómo estoy.
Inmediatamente le respondo que estoy bien, que solo fue una tonta caída y que siempre me pasa, así que no se preocupe.