— ¿Nervioso? –preguntó Laura sonrojándose al verme–.
— Hola... –respondí algo agitado–. Un poco. ¿Y tú?
— Para que voy a mentirte... –dijo después de una breve pausa–. Un poco también.
— No te culpo –dije intentando tranquilizarla y tranquilizarme–. Esto no es fácil para ambos...
¿En realidad era yo quien estaba hablando por mi boca, o llevaba un intruso dentro? Pues sí, sorprendentemente era yo. Me llevé una grata sorpresa al saber que, después de todo, no era tan cobarde como pensaba.
— Tampoco pienses que con ello vas a convencerme así de rápido –replicó con una sonrisita irónica, demostrándome que no era vulnerable–. Acabas de admitir que no será nada fácil para nosotros. En especial para ti...
No supe a primeras si eso fue una simple advertencia o una verdadera amenaza. No me quedó tan claro por la manera como supo expresarse (fue una extraña mezcla de consentimiento y rechazo).
Aunque para mí solo significó una cosa: iba a tener que librar una batalla muy despiadada para tratar de conquistarla.
— El baile de integración es el viernes –señaló cambiando de tema espontáneamente–. ¿Has pensado a quién llevarás como pareja?
"Tú". Fue lo primero que se me paseó por la cabeza. “Tú”. Quería gritarlo a los cuatro vientos. Sin embargo, y a expensas de quedarme sin pan ni pedazo como siempre, hube de mantenerlo en secreto.
— No todavía –respondí por fin–. La verdad es que no tengo muchas opciones, así que...
Eso fue suficiente para provocar en ella una relativa calma. Lo pude notar cuando los músculos de su mandíbula y sus ojos se relajaron.
— Ya las tendrás... –resopló muy confiada–. ¡Aún te quedan tres días! Cualquier cosa puede suceder.
— Buen punto. Y, eh... tú... ¿has pensado con quien vas a salir?
— Anthony y Fernando me invitaron ayer. Lo mismo hizo Raúl hace cinco días en clase de inglés. La verdad es que todavía no decido por qué lado decantarme...
¡Maldita sea! Esa es una de las ventajas de ser mujer: en el ámbito de las relaciones sociales siempre tienen la posibilidad de elegir entre una o más opciones. Yo, de mi lado, solo esperaba por ella.