Simplemente Nina

Cápitulo 18

-No puedo creer que vaya a decirte esto, pero te felicito Nina –dijo un ojeroso Nico en cuanto pudimos despertarnos. Lo había llevado hasta su casa, pero su situación había empeorado en el camino y decidí que sería mejor que pasara la noche en la mía, la colchoneta y el puf eran válidos para alguien que no sentía nada. Sí su abuela lo veía así, sufriría una ataque. Pobre mujer, no tenía la culpa de tener un nieto como el que le había tocado en suerte.

-No sé de qué hablas –dije extendiéndole un té. Más bien era la hora del almuerzo, pero Nico no estaba para comidas.

-¡No me niegues que lo estuviste cavilando! – exclamó, entrecerrando los ojos y estirando el cuello, como si así yo me decidiera a confesarle un supuesto plan.

-¡Repito, no sé de qué hablás! –vaya dios a saber que historias se estaría inventando.  

-Lo del tipo ese con el que bailaste –dijo, manteniendo aún ese gesto.

-¡Explícate! –exigí. Ya me imaginaba por donde venía la mano.

-Seguro le hiciste ojitos o algo y te sacó a bailar. Solo para darle celos a Tomás y que se apure antes de perderte. Lo confieso, es una jugada inteligente. Cliché, pero inteligente.

-Deliras a pleno –respondí. Otra de sus fantasías.

-No me creo que hayas tenido un golpe de suerte Nina.

-¿Por qué pensás que de suerte? –nunca entendería los caminos que recorrían sus pensamientos.

-¡Porque te vino como anillo al dedo! Tomás puso una cara que ni te cuento en cuanto te vió bailando y a las sonrisas con ese…

-Baltazar –dije mirándolo, y automáticamente su cara adoptó su típico mohín de burla –Se llama Baltazar.

-Bueno, con ese nombre seguro que es un aburrido. ¡Ves que tuviste suerte! ¡Hasta capaz que es el amor de tu vida!

-¡Nico! –Chillé –apenas se quién es. Deja de imaginar cosas.

-De todos modos, haya sido planeado o no fue una buena jugada. En cuanto Tommy te vió pasándole tu número desapareció. Se debe haber ido a llorar al baño.

-Tendrías que ser novelista Nico, seguro te va mejor que como camarero.

-Envidia la tuya que no tenés capacidad de ver por el futuro. Yo puedo anticiparlo todo.

-¡Lástima que no consultaste tú bola de cristal la noche que me dejaste a la vera de Karem en Maroon!

-¡Otro de mis éxitos! –Exclamó –como te vi incapaz de hacerle la zanjadilla a Karem, tuve que tomar cartas en el asunto. Todavía estoy esperando que me des las gracias.

-Quédate sentado esperando, porque parado te vas a cansar.

-¡Que desagradecida! –dijo fingiendo estar ofendido.

-¡Me mentiste cuando dijiste que no sabías cuando se había ido Tommy!

-Naturalmente –respondió saboreando de un modo exagerado el té, que de paso no tenía ni azúcar.

-¿Por qué?

Levantó los hombros y puso cara de no saber nada.

-¡Estaba borracho Nina!

     Obvio no le creí. Era cierto que estaba borracho y yo pude comprobarlo de primera mano. Pero Nico era de los que no dan puntada sin hilo, y ni siquiera en su lecho de muerte dejaría algo al azar. Habría tenido su motivo, ya me lo contaría tarde o temprano. No quería seguir indagándolo. De seguro, su explicación sería otra de sus incontables fantasías, y yo no estaba de ánimos para eso. Aunque no lo dijese, estaba preocupada por Tommy.

¡Gracias por leer!

 ©Todos los derechos reservados a Melina Sol Gual

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