Loca y desesperada, así se sentía.
Desde los 15, se había propuesto conquistarlo, había utilizado todas sus armas. Era bonita, tenia unos ojos azules intensos, cabello castaño largo e incluso iba a GYM para mantenerse en forma, la seducción era otra de sus estrategias, en ella era innata.
Hizo de todo, acercamientos subidos de tono, declaraciones indirectas y demás cosas.
Pero no servía de nada.
Cada día se animaba e intentaba.
Bueno, lo intentaba, ya no.
Había entendido que no tenia oportunidad, no contra Luís, un chico buenorro que conoció en una discoteca a la que solía ir.
Alto de piel morena exótica, ojos color chocolate y facciones cinceladas por los mismos dioses, y el cuerpo ni se diga.
Él chico le había gustado, casi grita aleluya pero cuando se presento y este solo se enfoco en Daniel se desánimo por completo.
Al parece su suerte no era buena, solo atraía a Gays.
Desde ese día Daniel y él han salido, van a discotecas, se van de viaje y hacen grandiosas fiestas juntos. Y bueno, yo, pues a mi me lo cuenta Daniel.
Al fin y al cabo son novios, yo la mejor amiga, eh quedado fuera.
Me di por vencida cuando por primera vez, desde que Daniel tiene una pareja, le brillaban los ojitos contadome de Luis. Jamas le había visto tan emocionado en algo. Excepto aquella vez que jugamos bolos y gane.
Pero eso no cuenta.
Recuerdo ese día, después de que se fuera, lloré como nunca lo había hecho.
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Editado: 01.10.2019