Simplemente Tu

3. RIENDAS SUELTAS

nota: escena explicita 

 

 

 

 

 

— Mel, te necesito— la miro con sus hermosos ojos azules vidriosos , trago saliva, el estomago le dio un brinco al escucharlo, se sintió extasiada, pero solo fue por un momento — necesitó a mi mejor amiga, Mel, Luis se fue.— sollozo en su hombro mientras ella lo  abrazaba.
Había sido una mala idea ir a un bar, y más con un Daniel triste.

Si, Luis se había ido, pero no de irse definitivamente, solo se había ido por estudios.

— Daniel, no seas exagerado, estas borracho y triste, además se podrán chatear y ver por Skype— este sollozo más y alzo la mirada, sus mejillas estaban humedas por el centenar de lágrimas que había estado derramando — deja de llorar y mejor vamos a acostarnos ¿si? Mañana hablamos y te desahogas todo lo que quieras ¿que dices?—  lo miro a través de sus lentes y empezó a sentirse nerviosa cuando Daniel  la miraba, sus ojos azules estaban menos vidriosos y eran de un azul más intenso.
 

Tembló cuando su amigo acerco su cara y rozo su nariz con la suya, tenía los ojos abiertos y la boca entreabierta 
— Tienes unos ojos bonitos Mel, casi y se parecen a los de Luis — murmuro casi contra su boca, si era cierto pero los de ella eran mas claros. Él acaricio su cara y recorrió con sus dedo él marco de sus lentes.
 

Tenia que alejarlo, aunque le gustaba tenerlo cerca, aunque sus labios estén tan cerca y sus ojos la hipnoticen.

 

— Daniel yo...— la callo, puso un dedo sobre sus labios y negó cerrando los ojos — Mel, te necesito — Daniel susurro sobre sus labios.
 

Tomos sus manos y las puso en su cabello — tocame — dijo, Mel soltó un jadeo y se alejo.

No, no no, esto no. 

Esta borracho, si, es eso. Esta borracho y no sabe lo que dice.

 

Intento salir de la cama pero Daniel la atrajo hacía él y la hizo sentar en su regazo. Alzo la mirada y se encontró con los ojos del chico al que amaba, suplicantes.— Mel, tocame, por favor. — la apretó a su cuerpo, ella no podía pensar, no podía respirar, esto era ilógico, irreal y a la vez lo más cerca que ha estado en ese aspecto con él.
 

Sentía que se iba a arrepentir, sabía que le iba a doler después, lo sabia. Pero un así, asintió.
 

Llevo sus manos al cabello oscuro de Daniel y lo acaricio. 
 

Lo sintió  temblar, quiso mirar sus ojos pero él los tenia cerrados. 
Se acercó a él y empezó a besar cada facción de su cara. Lo hizo despacio y con todo el amor que tenia hacia él.

 

Él era guapo incluso más que Luis,  sus ojos azules le dan ese aire atractivo, su mandíbula cuadrada lo hacia lucir duro, pero su sonrisa blanca lo convertía en un ángel perfecto.

 

El aire le falto cuando llego a su boca, primero solo fue un roce, paso su lengua perezosa por su labio inferior, lo mordió, su amigo gimió, sonrió y dejo un pequeño beso , repitió lo mismo con el superior. 
 

Empezó a desabotonar la camisa de Daniel y la abrió dejando un abdomen repleto de valles y senderos, como una tableta de chocolate. Se le seco la boca, volvió a mirarlo y él seguía con los ojos cerrados, esta vez su boca estaba entre abierta, sus labios estaban hinchados y se le provocaba otra vez atacarlos como se debe pero lo dejaría para después.
 

Beso su cuello dejando un sendero de besos y mordidas mientras bajaba por todo su pecho y abdomen, podía escuchar a Daniel suspirar y jadear, eso le gustaba.
 

Llego a sus pantalones, saco el  cinturón y luego desabrochó, bajo el pantalón descubriendo la gran erección  de Daniel,  trago saliva, jamas había hecho algo así.
 

Lo acaricio por encima de la ropa interior, despacio.

 Daniel gimió alto y gruño algo que no entendió, sus manos ahora apretaban las sabanas a cada lado de su cuerpo, siguió sus caricias y aprovechó para besar los labios de su amigo.

 

No profundizo solo junto sus labios y luego los separó, tomo el elástico de la ropa interior de Daniel y lo fue bajando lentamente, miles de emociones le recorrían, felicidad, esperanza ,excitación todas.

¿Podrías tener una oportunidad?

Se sentía dichosa, estaba tocando al chico que amaba y él lo estaba disfrutando. 
 

Tomo delicadamente el miembro erecto de su amigo  en su mano, Daniel gruño alto y alzo las caderas queriendo más, su pecho salto de felicidad, bajo la mano y la volvió a subir.
 

  La habitación cada vez se llenaba de esa melodiosa canción que a Mel le encantaba, los jadeos y gemidos de Daniel. Aceleró sus movimientos y con su otra mano masajeo la tierna piel , Daniel se arqueo y siseo algo.
 

Mel se lo llevo a la  boca, lamió la punta y saboreo su sabor,  le gusto. Empezo a chupar y mover sus labios en círculos. Daniel cada vez se arqueaba más y gemía, Mel agilizó sus movimientos, escucho un gemido alto y supo que él estaba por  correrse.
 

Y así lo hizo, y en ese instante la sonrisa que tenia en su rostro se esfumo cuando escuchó a su amigo.

— Luis...— gimió fuerte, lo sintió temblar mientras ella sentía como se derramaba en su boca.




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