Sin anillo no hay dinero | A-R-M-Y & Chanchan

11

Seis años antes...

Ciudad de Miami

 

— Así que... ¿Cuál es tu sueño? —le preguntó Sebastián a T/N. 

 Ella se quedó pensando un rato, ya llevaban 14 meses de relación y todavía no le había dicho nada a su novio de eso. Realmente ella quería hacer muchas cosas: Viajar, casarse, modelar pero, lo que en serio quería era tener mucho dinero. Sin embargo, su chico no podía darle todo eso. Aún tocaba la guitarra en cualquier parte y conseguía máximo 30$ en 22 horas seguidas.

 T/N lo amaba a pesar de todo porque lo poco que tenía, lo compartía con ella. Sebastián sabía del trabajo de sus padres y no la quería por su dinero. 

Un amor sincero y tierno supieron armar al conocerse. Un colombiano y una T/P-ana ¡Simplemente perfecto! 

 Su familia se había mudado a Miami para cambiar sus vidas. T/N y sus padres nada más iban temporalmente por los negocios...

 Negocios que iban mal. T/N ayudaba en la compañía de vez en cuando solo para transcribir las ganancias que hacían al día; bajaban aproximadamente 10$ semanal y si seguían así, podrían ser 100...110...200... ¡Posiblemente miles! Ella no comentaba nada al respecto porque creía que eran gastos que sus padres hacían para comprarle ropa, zapatos, maquillaje, entre muchas cosas más para hacerla feliz. Tampoco faltaba la comida, los viajes y autos de lujo, por eso hizo caso omiso a sus malos pensamientos.

— Tierra llamando a la luna —dijo éste.

— ¿Luna?

— Sí, porque no estás en la tierra —la abrazó— ¿Ya te dije que te amo? —asintió— ¿Y tú por qué no me dices lo mismo?

— Te amo.

 Se separó de ella para acercar sus labios a ésta lentamente. Se sentía tan bien tenerse cerca, respirar su mismo aire, tener sus manos aferradas al cuerpo del otro. Sensaciones que no querían ser interrumpidas y mucho menos arrebatadas.

— ¿Ya tienes la respuesta?

— Me gustaría... Tener mucho dinero —sonrió un poco y éste también.

— Tienes más oportunidad que yo, tus padres son casi dueños de FOXHALL, por ley heredarás cada centavo.

— Sí —deslizó esa palabra sin ánimo por recordar eso. 

— Bueno, si no quieres, puedes estar conmigo ¡Seré un cantante muy reconocido! Y adorado por las chicas, así que debes de cuidarme —bromeó y ésta le dio un leve empujón—. Ay, amor, era solo una broma —tomó su rostro con ambas manos—, yo te amo a ti.

 Sonrieron y volvieron a un beso profundo que pasó a caricias... Eran ellos dos sin saber del mundo.

 

[...]

 

— ¿Cómo te fue en la escuela, hija? —preguntó mamá.

— Bien, mucha gente me habla solo porque mis padres son famosos en la ciudad y medio mundo —sonrió falsamente.

 Su padre suspiró y bajó su laptop de sus piernas a la mesa.

— Hija, referente a eso —lo miró—, tu mamá y yo te queremos decir algo.

"¿Será por las bajas?" Pensó ella.

— Díganme —se sentó con ellos. 

— Es sobre Sebastián.

 La chica se exaltó y creyó que le había pasado algo pero, sus padres le habían dicho que no. 

— No, hija. Queremos que su relación termine.

— ¡¿Qué, por qué?!

— Sebastián no es un mal muchacho, y lo sabemos pero... No queremos que nuestro apellido se manche por un chico que no tiene ni para invitar a su novia a una cena decente.

— Comer hamburguesas en la calle no es indecente —reprochó— ¡¿No pueden dejarme ser feliz el poco tiempo que me queda con él?! Volveremos en dos meses a T/P para terminar de graduarme de la preparatoria e irnos muy, muy lejos por mi universidad.

— T/N...

— ¡¿Qué?! Ustedes lo aceptaron más que yo ¿Por qué cambian de opinión? El dinero no lo es todo.

— Entonces~ si el dinero no lo es todo, dejaremos de comprar celulares, autos, ropa y productos de belleza.

 La chica se congeló.

— Tienes razón, querida. También dejaremos los viajes y viviremos trabajando en la granja de T/P.

 Sus padres hablaban y hablaban de las cosas que harían sin el dinero. T/N se daba cuenta de lo que pasarían si no tuviera nada. Ella no quería trabajar en una granja, ella no quería volver al pueblo de sus abuelos, ella no quería dejar de lado a sus amigos, sus redes sociales, de viajar... Ella quería tener su vida normal.

— Está bien —dijo—, terminaré con él.




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