Sin anillo no hay dinero | A-R-M-Y & Chanchan

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— ¿Estás bien? —preguntó él,sus ojos se abrieron enormemente. Traté de ponerme en mi postura, pero sentía una comezón en la nariz, esta seguía sangrando, así que alcé la cabeza y él me tendió un pañuelo— ¿Podrás quedarte adentro? Si no te sientes bien podemos suspenderlo...

 Sonreí, la verdad prefería dejarlo en ridículo ante todos pero, también sentía curiosidad por como reaccionaría la madre de con la que Jimin debía casarse.

— Estoy bien, vamos a entra.

— ¿Segura?

 Asentí y guardé el pañuelo, mi nariz dejó de sangrar, volvió a su antigua postura y subimos las escaleras para entrar a la gran mansión. El hombre “Kang” de hace unos momentos tomó la palabra y nos dió la bienvenida a todos, las parejas y personas ahí presentes comenzaron a tomar asiento. Jimin me ofreció puesto, yo sonreí por eso y me senté, él hizo lo mismo a mi lado, los platos comenzaron a llegar.

— ¿Cómo van las cosas en la empresa, Park? Hace mucho no veo a tu padre —comentó uno de los hombres.

— Todo está bien señor, Gyeon, no hay ninguna novedad —parecía haber sarcasmo en sus palabras.

— ¿Así que finalmente sentaste cabeza? —dijo la esposa de el señor Kang refiriéndose a mí.

— Simplemente encontré a la mujer perfecta, ahora que lo mencionan, no he visto a su hija...—sonreí por eso— ¿Vendrá?

— No lo creo, aunque, eso es algo que tu prometida debería saber...

 Jimin fingió no saber de qué hablaba y alzó las cejas mientras sus ojos se abrían, tomó mi mano y me miró con “dulzura”.

— Cariño, ¿Tú lo sabes? —sabía perfectamente que al igual que yo el moría de risa por dentro.

— Vendrá —dije calmada, él asintió y prosiguió con la plática. 

 Unos tacones acercándose se escucharon, una chica con vestido rojo se acercó a la mesa acompañada de dos guardias.

— Lamento la tardanza, los paparazzi's —sonrió y uno de los hombres le ofreció asiento a el lado izquierdo de su madre. La chica hizo a un lado su cabello y sonrió, su mirada viajó por toda la mesa hasta chocar con la mía, nos miramos por unos segundos, parecía que la gran amistad había desaparecido entre nosotras.

— Cariño, ¿Algún chico te ha invitado? —susurró su madre, obviamente la escuché.

— El hijo de el CEO Choi quería venir, pero surgió un imprevisto —dejó de verme.

 Dejé los cubiertos de una manera ruidosa llamando la atención de todos en la mesa, Jimin me miró y vió de reojo a Mia.

 Sonreí y le guiñé un ojo a Park.

— ¿Pasa algo? —preguntó.

— Creo que es la emoción del compromiso —acomodé mi pelo.

— ¿Así que te casarás? —mi ex mejor amiga alzó una ceja.

— Lo haré, estás invitada a la boda —sonreí de manera irónica.

— Es una lástima que no pueda ir, amiga.

 Todos los presentes la observaban por lo último que dijo, su padre Kang trataba de contenerla tomándola de el brazo.

— ¿Por qué? ¿Hay algo más importante que la boda de tu amiga? —preguntó Park inocentemente fingiendo no saber de la pelea que habíamos iniciado.

— Sí, tengo mejores cosas en las que perder mi tiempo...

— Pero, Mia —su madre trató de frenarla.

— No, ¡Pero nada de peros, mamá! —alzó la voz—, eres una...

— ¡Mia! —esta vez su padre se puso de pie.

 Park y yo fingimos estar igual de impresionados con la actitud de la chica. Ésta tomó sus cosas y salió del lugar, abrí mi boca como si me sorprediera.

— ¿Qué le pasó?, No creí que le molestara tanto mi compromiso.

— Tranquilízate —Jimin me mostró su sonrisa y seguimos con la comida. El ego me subió, ella trató de ridiculizarme, pero resultó al revés.

 

[...]

 

 

 Los días pasaron rápidamente, nada novedoso sucedió con los chicos: Me reunía con Hoseok en la nueva academia, esta vez las cosas ya habían avanzado entre nosotros. Con SeokJin, nuestra relación se mantenía en secreto. Por su parte, Jungkook se había tomado unos días para él, me dolía verlo así, desde la noche en la que me contó sus problemas revivió sentimientos que había enterrado. Con Namjoon, las cosas comenzaron a mejorar, le dí mi confianza nuevamente y eso debido a que mis padres me aseguraron que solía hacer eso en sus arranques de ira, oh my god, jamás creí que él sufriera eso. Con Taehyung, las cosas eran perfección, puesto que él era demasiado sumiso y con mis pucheros lograba tenerlo a mis pies. Con Min, las cosas volvieron a el principio, a excepción de sus sentimientos, pues yo sabía de ante mano que luchaba contra ellos para tratarme como solía hacerlo a el principio, de manera fría.

 

[...]

 

 

 Me encontraba en el instituto, Mia me había declarado la guerra, la verdad ya no me importaba en lo más mínimo. Era la hora de la clase de música, YoonGi venía una vez a la semana, este era ese día. Cuando me vió solamente parpadeó y volvió su vista a el piano, recuerdo que era lo único que hacía antes, creo que dí un mal paso al ir con Jimin a esa cena, pues ahora debía reiniciar con Min.

 Al finalizar la clase, me quedé un rato afuera de el salón el maestro salió, más sin embargo, YoonGi no salió junto a él. Un sonido me sacó de mis pensamientos, era el piano, asomé mi rostro por la ventana, era YoonGi, estaba tocando el piano con tanta brusquedad que podría romperlo y destrozarlo, la melodía era la misma que solía tocar siempre. Sentí una mano sobre mi hombro, así que volteé de inmediato, el rostro que ví casi me voy de espaldas.

— ¿Qué haces aquí? —susurré para que Min no me escuchara.

— Te vine a invitar a un lugar, daré una pequeña presentación en un parque...

— Se supone que eres rico ¿Por qué dar una pequeña presentación en un parque cuando puedes hacerlo en un estadio decente?

Y ahí estaba la TN que él conoció cuando rompimos.

— No es porque no pueda darlo, es solo para recaudar fondos, me gustaría que fueras.




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