Una vez llegamos a su departamento, bajamos de el auto y subimos por el elevador, No tenía intensiones de hablar, estaba algo dolida por lo que SeokJin había dicho, me dolía el hecho de que era cierto, y que el tenía todo el derecho de reclamarmelo en la cara.
— Pareces muy seria —dijo ella de un momento a otro—, ¿Ya me vas a decir que es lo que te pasa?
— No es nada, todo está bien —traté de reír pero no funcionó.
— Se que algo anda mal... Vamos, sabes que puedes confiar en mí.
— Te prometo que te contaré mañana —sonreí—, por ahora, solo quiero dormir.
— Hay un cuarto por ahí —indicó una de las puertas, así que fui hacía allí.
— Mañana te ayudaré a buscar a tu novio —alcé mi dedo pulgar.
— No creo que Sebastián quiera contestar mis mensajes, así que sí.
Asentí y entré en la habitación, me saqué los tenis y me acosté mirando la pared, ¿Sebastián?, ¿Hablaba de el mismo Sebastián? Ladeé mi cabeza, me recosté y decidí dormir, mañana sería otro día. O, eso espero.
Con Jimin.
— No voy a aceptar tu ayuda, suficientes problemas ya nos has causado —bufó.
— Se trata de TN, no de nosotros ¿Podrías ser algo comprensivo conmigo?
— Dijiste algo que hizo sentir mal a TN, ¿Quieress que confíe en ti así? Eres un idiota Kim, no pienso aceptar tu ayuda.
— Tienes que hacerlo, eso ayudará, podremos tener esos papeles más rápido —comentó Min.
— Está bien, aceptaré tu ayuda —Jin sonrió—, pero solo lo hago por TN, si te atreves a decir o hacer otra estupidez ¡Te golpearé yo mismo!
SeokJin soltó un suspiro y asintió, sacó su teléfono y marcó un número.
— Muy bien, comencemos.
Park asintió.
Con TN.
— ¿Realmente crees que esté en Corea? Digo no sé, es algo raro —la verdad sí era demasiado raro que no le contestara ni le respondiera los mensajes.
— Debe estar molesto, tuvimos una pelea y creo que no me ha perdonado.
— Dios mío —dije en coreano, haciendo que ella me mirara mal—, ¿Qué? , La verdad no quiero venir aquí, mis padres podrían aparecer y secuestrarme.
— No seas exagerada, ellos no te harán nada, no mientras estés conmigo.
— Gracias, Tini —le guiñé un ojo.
— Por cierto ¿Qué fue lo que pasó? Digo, tus padres jamás me agradaron, pero, debió haber algo que te orilló a enfrentarlos.
— Ah —solté un bufido sarcásticamente—, no es nada importante, digamos que... Me querían usar...
Mi teléfono sonó impidiendo que siguiera hablando, lo desbloquee y rodé los ojos al ver quién era.
— ¿Qué quieres? —dije de manera fría—, estoy cumpliendo con lo que dijiste, desaparecí.
— No seas tonta, te estoy llamando por otra cosa, los papeles ya están, así que es mejor que vengas por ellos.
— ¿Si no quiero?, ¿Ahora me quieres ayudar para después humillarme y hacerme sentir mal? —respondí molesta.
— Es tu decisión, yo ya cumplí con el deber de ayudarte, Jimin no podía entregartelos, tuvo que ir a una reunión, ¿Vendrás?
— ¿Tengo otra opción acaso? —hablé con aires de obviedad.
El chico colgó, me despedí de Martina y fui a la dirección que me indicó, sabía que era algo malo, pues me estaba arriesgando a una humillación más grande, por otro lado, esos papeles, eran muy importantes para mí. Cuando llegué, lo vi, estaba recargado en un árbol, no parecía muy feliz, en cuanto me vió guardó su móvil y me extendió la carpeta con los documentos.
— Wow, que simple —dije con sarcasmo—, ¿Eso era todo? Debí suponerlo.
— Lo siento —agachó la cabeza y yo lo miré sorprendido—, perdón por lo que dije, lo que dicen los chicos es algo cierto, estaba resentido, y... Aunque me duela reconocerlo, es la verdad, lo lamento.
— No te niego que me sentí muy mal, pero acepto tus disculpas, tampoco estoy en disposición de juzgarte.
— Gracias, quiero decirte que no desaparezcas de mi vida —rió por sus palabras— no podría vivir sin tí.
— Deja el drama, bueno, tendremos que ponernos cursis en otra ocasión, tengo que ayudar a una amiga.
— ¿La chica de la otra vez?
— Sí, nos vemos.
— De hecho, los chicos propusieron una reunión, ¿Podrías venir?
— Iré en cuanto pueda —sonreí.
— Será un honor, Lee TN —se alejó de ahí. Lo seguí con la vista hasta perderlo, sentí una mano en mi espalda haciendo que me volteara.
— Se fue, ¿Cuál fue su reacción? Déjame adivinar, ¿Se molestó? —mostró su cínica sonrisa.
— ¿Qué quieres, Sebastián? —mi voz era fuerte.
— Solo quería pedir perdón —habló inocentemente.
— ¿Perdón? Martina te está buscando —sus ojos se abrieron enormemente—, ¿Creíste que no me iba a enterar?, ¿Realmente vienes a pedir perdón o es una de tus mentiras?
Editado: 05.07.2021