— No es ninguna mentira, T/N —tomó una de mis manos y me miró con sus ojos cristalizados—. Me di cuenta de que lo que hice estuvo mal, en serio perdóname, no creí que llegarías a tal extremo con tus padres... Todo esto fue por culpa de mis celos, yo... Yo... ¡Yo aún te amo!
Algo pasó dentro de mí, algo que no sé como explicar ¡¿Qué estaba diciendo este hijo de...?!
— Déjate de tonterías, Sebastián —me solté—. Te perdono, solo... Aléjate de mí.
— ¿Alejarme de ti? Eso jamás, T/N. Sé que me necesitas, tanto como yo a ti.
— No, no te necesito.
— ¡No mientas!
— ¡No mientas tú! ¡¿Crees que no conozco tu personalidad bipolar?!
Él iba a decir algo más pero, Hoseok apareció apartándome de la situación.
— ¿Estás bien? —preguntó sin dejar de soltar mi mano.
— S-Sí.
Nos detuvimos en seco y me miró fijamente.
— T/N, sé que me mientes ¿Crees que en este tiempo que he estado contigo no me he dedicado a contemplarte?
Me sentía aliviada con Hoseok, así que lo abracé. Me acurruqué en su pecho y respiraba con tranquilidad, él correspondió y acariciaba mi cabeza con cariño. Sé que ambos sonreíamos por el contacto del otro, Hoseok en serio que era un chico asombro: Sus risas, su atención, aprecio ¡Todo! Recordar la locura que hice por mis padres me hace sentir mal, pudimos habernos conocido en otras circunstancias pero, no fue así.
— ¿En dónde te estás hospedando?
— ¿C-Cómo lo sabes que estoy en un hotel?
Soltó una carcajada.
— No lo sabía pero, ahora sí.
— Estoy quedándome con una amiga que llegó de Argentina, no te preocupes.
— ¿Cómo te sientes? —dijo de la nada.
— Bi-Bien, supongo... Aún tengo muchas cosas que afrontar.
— Tranquila —acarició mi mejilla—, pronto entrarás a la universidad y distraerás tu mente, Lee T/N —guiñó su ojo y reímos.
— No creí que me pondrían "Lee".
— Meh, ninguno de los siete tenemos ese apellido, así que era mejor para no crear un caos.
Reí.
— Tienes razón —comenté— ¿Ya comiste? Conozco un lugar de comida rápida cerca, el dueño es muy amigo mío.
— Claro.
Emprendimos camino hacia el lugar que dije. Al llegar mi amigo nos recibió con mucha emoción y de una vez nos dio un sitio para sentarnos a esperar nuestras ordenes.
— No creí que conocieras a Wooseok —dijo sin despegar la vista de él mientras cocinaba con una sonrisa.
— ¿Sabes quién es?
— Sí, gracias a él sé rapear pero... Al parecer no me reconoce.
— Quizá sí lo hace y se hace el que no para evitar escándalos, recuerda que la gente nos está mirando mucho.
— Sí, será eso —volvió su vista a mí y Wooseok llegó con la comida.
— ¡Tus favoritos, T/N! —sonreía— Espero que disfruten todo para que vuelvas otra vez —me dijo y volvió a su puesto.
— ¿Venías mucho? —bebió un poco de su vaso.
— Sí, al salir de la universidad venía con mis amigos. Por eso nos hicimos muy amigos, de tanto vernos y conversar, es muy sociable y agradable —llevé las papas a mi boca.
— Siempre quise hablar con él, solo lo veía de lejos y cuando lograba conversar con él era en grupo y yo preguntaba algo —sonrió con algo de nostalgia—, fue mi consuelo cuando sucedieron las cosas con Jungkook y Jimin.
— Oh, ya veo... ¿Cómo estás con ellos?
— Igual, Jimin si quiera me dirige algo de palabra pero, es cuando se trata de ti.
— Lo siento.
— No lo hagas, gracias a todo esto los pude ver y estar cerca de ellos otra vez.
— Entonces me alegro.
— Yo también me alegro...
Pasamos todo el rato riéndonos y charlando mientras comíamos, estar con Hoseok era asombroso, olvidaba todas mis preocupaciones y mi vista se aclaraba con intensidad.
Hoseok recibió una llamada de sus colegas de trabajo y se tuvo que ir, dejándome sola porque, sin darnos cuenta, el negocio estaba casi cerrando.
— Es un gran chico —dijo Wooseok sentándose enfrente de mí— ¿Es tu novio?
— No, no lo es.
— Ash, que mal. Alguien como él no lo consigues en todas partes, T/N.
— Lo sé y... ¿Tú cómo estás tan seguro?
— Estábamos en el mismo equipo, en mis tiempos de rap callejero, él se encontraba ahí. Nunca hablamos del todo pero, lo observaba y cuidaba como un hermano. A pensar de que él es mayor que yo, las diferencias de altura me daban poder —carcajeó.
— Si lo conocías por qué no lo saludaste.
— Meh, no quería arruinar tu cita.
— ¿Cuál cita? Es un amigo.
— Sí pero sus ojos decían otra cosas.
— ¿Nunca vas a cambiar?
— No, aunque dejaste de venir por mucho tiempo siempre fui el mismo. Tú, en cambio, te veo mal. Escuché rumores sobre ti y los clientes no paraban de verte.
— Todo lo pasó por tus oídos es cierto.
— Que terribles padres —gruñó— ¿Dónde estás ahora? Mia vino hace unos días y cuando pregunté por ti, simplemente se fue.
— Ella y yo ya no somos amigas.
— ¿Auch? —lo miré mal— No hay "Auch" —reímos y miró su reloj—, me tengo que ir, siéntete libre de irte cuando quieras... Y con eso me refiero a cuando no veas a más nadie. Adiós, linda, cuídate.
— Tú igual.
— La próxima vez que vengas quiero que sea con Jung Hoseok y carguen ambos un anillo de compromiso.
— ¡Basta!
Reía sin parar mientras se alejaba.
— Sé que Hobi es un chico tierno —murmuré para mí y salí.
— ¿Qué haces aquí tan tarde? ¿Acaso ahora duermes en la calle?
— ChimChim —contesté sarcástica dándome la vuelta— ¿Cómo estás?
— Responde mi pregunta, no quiero pensar nada malo.
— Ay, no pasa nada. Iba camino al hotel donde se hospeda una amiga.
— ¿La chica que te recogió?
— Sí.
— ¿Martina Stoessel?
— ¿La conoces? —pregunté un tanto confusa.
— ¿Cómo no hacerlo? —rodó sus ojos— Es la ex de Sebastián, el malnacido de tu ex.
Editado: 05.07.2021