Sin anillo no hay dinero | A-R-M-Y & Chanchan

45

 

 Mi noche con Jimin fue asombrosa. De repente me gustaba como era de dulce, por un instante creí que solo se burlaba de mí pero, no fue así. Después de lo sucedido con mis padres algo lo hizo reaccionar de forma positiva a mí.

— Oye, no es por decirte nada malo pero... Pronto volveré a Argentina ¿Tienes dónde quedarte? Llevas días aquí conmigo y sé que no es por ayudarme a encontrar a mi ex —cruzó sus brazos y me miraba sonriente, señal de que ya entendía mi situación.

— Lo sé, Tini. Y sí, creo que sé donde quedarme ¿Cuándo te vas? Así hablo con alguien.

— Pronto, no sé día o fecha. Solo sé que cuando mi manager llame debo volar de inmediato. 

— Vale, estaré atenta contigo —sonreí— ¿Quieres hacer algo antes de irte? Conozco buenos lugares.

— Jum... Sí, vamos.

 Tomamos nuestras cosas y salimos del lugar para subir a su auto.

— ¿Qué crees que pasaría con Sebastián? —me preguntó de la nada.

— Eh~ no lo sé, ta vez está con otra chica o... O la música lo está ocupando mucho.

 Carcajeó.

— Dices eso como si lo conocieras —me miró velozmente—, en el sentido de amistad.

— ¿Qué? No, claro que no.

— Obvio, tontita. Desde que te conozco no has estado mucho tiempo en el mismo lugar... A parte ¿Cómo concordarían? Él y yo estábamos destinados y duramos un poco. En fin, fue muy bueno tenerlo a mi lado, es muy gracioso, cariñoso y esas cosas. Cuando lo conocí conversamos mucho y me acordé de ti, ustedes hubieran sido amigos.

— ¿Qué tal fue su relación? —pregunté observándola con atención, aún no podía creer que estos dos fueron novios ¡¿Cómo?! 

— Meh, muy romántica los primeros días pero, luego cuando empezamos a hacerla más seria se comportaba de una manera un tanto insoportable: No le gustaba esto, no le gustaba aquello, no quiero ir allá, prefiero aquí —decía mientras lo dramatizaba. 

 Y entre risas y risas, nuestros cuerpos fueron empujados hacia adelante por el freno repentino de Tini.

— ¡POR DIOS, CREO QUE ATROPELLÉ A ALGUIEN! —expresó atónita y desabrochamos los cinturones para bajar. Había un chico tirando en el suelo junto a su moto— ¿A-Are you ok?

 Oh, yeah, yeah, don't wo...—se levantó como si nada y no paralizamos al vernos— rry. ¡Ahg, duele! —tocaba su tobillo desesperado— ¡Un médico, por favor! 

— Jungkook, acabas de decir que no había de qué preocuparnos —musité acercándome a él.

— ¿Está bien? —me preguntó ella en castellano y yo asentí— Pero...

— Nada, aquí son muy dramáticos —pellizqué al chico.

— ¿Qué están diciéndose? —me preguntó el descarado— ¿No piensas atenderme? 

— ¿Por qué deberíamos hacer eso? Dijiste que estabas bien.

— Yo no dije eso.

— Claro que sí.

— Ustedes me atropellaron.

— Solo te dimos un pequeño empujón.

— ¿Entonces por qué estaba en el suelo?

— ¡Ash, ya!

— ¿Se conocen? —interrumpió.

— Sí, es un amigo.

— ¡¿Amigo?! —exclamó indignado.

— ¿Cómo me entendiste?

— Sé algunas cosas —sonrió orgulloso de él mismo mientras se levantaba tranquilo.

— Oh, está bien —dijo aliviada, Tini—. Bueno, si lo conoces deberíamos salir los tres, juntos.

— ¡¿Qué?! No —ordené.

— Vamos, así conozco a tus amigos ¿Chi? —hizo un puchero y yo asentí un poco fastidiada.

— Mira, dramático —éste volteó— ¿Quieres venir con nosotras? Mi amiga se irá pronto y se quiere divertir en grupo.

— ¡Claro! —se dio la vuelta para subir a su moto— ¿A dónde?

— ¿Qué propones tú? —dije mientras lo veía ponerse el casco.

— Follow me.

 Tini y yo regresamos al auto y ésta comenzó a ir detrás de él. Ella se veía más animada, cuando nos conocimos ella tenía un entorno pequeño, solo eramos ella y yo, más su familia. Todo esto, antes de que iniciara con su carrera como actriz, en serio que es fantástica. Creo que Sebastián no escogió a cualquiera. 

 

[...]

 

 

 

— Te extrañaré —dijo mientras me abrazaba fuerte— ¿Cuándo nos volveremos a ver?

— Algún día.

— Me siento contenta de que tengas un buen amigo, me divertí mucho esa tarde con ustedes, a pesar de no entendernos nuestro inglés era muy gracioso —dijo mientras veíamos a Jungkook a lo lejos, nos encontrábamos en el aeropuerto. 

— Sí, lo sé... Me siento tranquila —sonreí tímidamente.

— Vuelo 190 con destino a Buenos Aires, Argentina saliendo en 10 minutos.

— Me tengo que ir —me miró con dulzura—, estas semanas contigo fueron buenas. No creí que terminaríamos juntas —reímos— ¡Si llegas a ver a ese tonto, dale una patada por mí! 

— Vale, vale.

— ¿Cuándo llegará el chico con el que te quedarás? Si no conozco su rostro me iré ansiosa de aquí.

— Él no tiene fama de puntual para mí pero, descuida, Jungkook está conmigo, no me quedaré sola.

— ¿Jungkook lo conoce también?

— Sí, son buenos amigos —sonreí con alegría.

— Entonces bien —sonrió también y me abrazó de nuevo— ¡Nos vemos pronto, T/N!

 Besó mi mejilla y salió corriendo, desapareciendo entre las personas.

— ¿Se fue? —preguntó posándose a un lado de mí.

— Sí.

— No creí que tenías amigas occidentales.

— Aunque no lo creas, sí. 

 Nos quedamos viendo fijamente, no era secreto que Jeon estaba loco por mí pero, dada las circunstancias se ha mantenido a la raya.

— ¿T/N? —dijo una voz a lo lejos, llegando hacia nosotros para interrumpir el momento— Oh, Kook, no creí que estuvieras aquí.

— Yo tampoco, si no fuera porque me atropellaron seguiría en casa.

 El pálido carcajeó.

— ¿Nos vamos?

— Sí, hasta luego, Kookie.

— Hasta luego, conejita.

 Ambos reímos y me fui con Yoongi a la salida.

— ¿Conejita? —cuestionó.




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