El tiempo pasaba.
Los segundos.
Los minutos.
Las horas.
Las manecillas del reloj que había en la pared parecían estáticas, como si no tuvieran pilas.
- Cálmate ya, solo vas a conseguir que te quites años de vida con tantos nervios – dijo Seungmin a modo de broma.
- Es que.... ¿por qué tardan tanto? Han pasado casi dos horas... ¿tan grave estaba? – empezaba a desesperarme.
- Tal vez no eran las heridas superficiales el problema, sino las interiores. Songi, él ha recibido más golpes que tú. A ti te han hecho la prueba para comprobar que no tuvieras coágulos u otra cosa de esas que no entiendo.
Tenía razón... Minho se había llevado la mayor parte de los golpes, es normal que el problema que pueda atentar contra su salud sea las complicaciones internas.
- Songi, Seungmin – aquella voz hizo que nuestras miradas se fijaran en su dueño.
- ¡Channie! – dije en voz alta, pero no tanto como para molestar a las personas que se encontraban en el hospital.
- ¿Cómo estás Songi? – se apresuró a decir mientras ponía su mano en mi cara para revisarme cada una de las heridas.
- Bien – sonreí – solo es superficial, nada de lo que preocuparse.
- ¿Seguro?
- Seguro.
Lo noté suspirar de alivio mientras me estrechaba entre sus brazos.
- Ya hablaremos de esto....sé que perderé los nervios y este no es el momento ni el lugar – habló Seungmin volviendo su expresión seria tras saludar a Chan.
La verdad... me esperaba algo así por parte de Seungmin, era obvio sabiendo como es y, sobre todo, con nosotros. Aunque el mayor de los tres era Chan, este otro siempre se porta como hermano mayor o, en ocasiones, incluso como padre.
Es muy sobreprotector con nosotros.
Y, en cierto modo, eso me gustaba.
- ¿Y Minho? – preguntó.
- Con los doctores. Se lo llevaron hace un par de horas y no hemos vuelto a tener noticias de él – respondió Seungmin.
Asintió mientras apretaba los labios.
Nos sentamos de vuelta en los mismos asientos, solo que esta vez con Chan a nuestro lado. Este nos estuvo explicando todo lo que sucedió en comisaría. Le habían hecho varias preguntas, luego entró en una sala en la que se encontraban tanto Han como Hyunjin y le hicieron otras preguntas. En ese interrogatorio había vigilancia a través de un espejo y, al parecer, tras este se encontraba un psicólogo que analizaba el comportamiento de los acusados. Hyunjin y Han eran muy obvios.
Pero, claramente, ya había pruebas más que suficientes para saber que ellos fueron los verdaderos agresores.
Minutos después, tal vez media hora, apareció un doctor que se acercó a nosotros.
- Ya podéis pasar – dijo, así sin más.
No sabía si preocuparme o no.
Podíamos verle....eso significa que no corre peligro... ¿verdad? Tampoco ha dicho el típico "lo siento mucho" o "siento decirles esto" o, incluso, "tengo malas noticias". Al menos quería usar eso para pensar que todo iba bien, dentro de las circunstancias, claro.
Lo tenían en la Unidad de Cuidados Intensivos. Pero, por suerte, no estaría mucho aquí.
Por lo que nos contó el doctor, sólo querían asegurarse al 100% de que nada saliera mal, simplemente esperaríamos a que despertara para saber si había posibles daños cerebrales.
Fueron horas lo que pasaron tras entrar a esa habitación.
Fueron horas las que sostuve la mano de Minho entre las mías.
Fueron horas cuando comenzó a abrir los ojos.
La intranquilidad crecía en mi interior a la par que sus párpados se abrían con lentitud.
¡Hasta aquí el capítulo de hoy!
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AUTORA DE: Kaori, la esfera mágica.
EDITORIAL: Ediciones Arcanas.
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