Sin Escape

Capitulo 9- Charla.

Son Aproximadamente las 10 de la mañana. La plaza esta poco concurrida por ser día de semana y solo algunos abuelos se encuentran sentados charlando unos con otros.

-Nunca fué mi intención mentirte.

-No te creo.

-Escúchame.

-Ese día que fui a tu casa no sabía que eras la misma del hospital. Te confieso que nunca pensé en volverte a ver y me equivoqué al llegar a tu casa y encontrarte allí. Aunque el que me abrieras la puerta así por así, me dejo anonadado.

Mientras el habla recuerdo que ciertamente ese día lo vi por la pequeña cámara de seguridad y al saber que era el mismo hombre del hospital, sin dudar lo dejé entrar.

-Esa noche me sentí incomodo por tu presencia y solo quería marcharme pronto, pero tu fuiste muy amable y me ofreciste algo que habías horneado temprano, así que no pude negarme. Para colmo se fue la luz y tu planta eléctrica se quedó sin combustible.

-... Esa misma noche me dijiste que odiabas a los policías y al oírlo, en el fondo no quería decepcionarte. Se que apenas nos estábamos conociendo pero como la curiosa que eres... o mejor dicho después de un tiempo entendí, que cuando estas nerviosa o incómoda haces preguntas, y esa misma noche preguntaste a que me dedicaba.

Es cierto. 

Esa noche el estaba en mi sala y en medio de la oscuridad sugirió que al irse y en caso de alguna situación yo podía llamar a la policía. También recuerdo que le hice saber que los odiaba.

-Después nos conocimos más, fui a tu casa con tu familia y fue allí donde me dí cuenta que sentía algo por ti.

-Allí pudiste decirlo. Susurro.

-Lo se amor. Pero había tantas otras cosas, mi trabajo y... y dejé para decirte a lo ultimo. Pero no contaba que mi trabajo y tu tenían mucho que ver.

-Yo era la pieza clave para que resolvieras el caso.

-¿¡Que!? No eso no es verdad. Dice sobresaltado mientras se pasa las manos por el rostro.

-Te confieso que al no decirme nada, con respecto a quien te perseguía, la desaparición de Ruper... te... te mandé a investigar.

-No se por qué esto no me sorprende. Digo amargamente.

-Pero nunca vi ese informe sino hasta después de que te interrogaron.

-Ese día fue que supe tu relación con los Lievanov y el por qué de su regreso.

-Me hubieses preguntado y te ahorrabas el tiempo perdido conmigo.

-Nunca te vi como una pieza para resolver un caso. Además nunca quisiste decirme por qué te perseguían y que buscan.

-Aún no lo sé. Repito como esa vez de mi interrogación.

-El caso no es ese. El caso es que dejé que transcurriera mucho tiempo y en vista de todo lo que estaba pasando. Decidí decirte todo después de la boda.

-Para que no me alejara de ti. Confirmo.

-En el fondo así fue... No concibo una vida sin ti. Me niego a mirarlo porque se lo que veré en los ojos del hombre a quien amo.

-Tenemos que irnos. Digo mientras desato la cuerda de Angus y me pongo de pie.

-Piensa en lo que te dije. Todo lo que siento por ti es verdadero. Tú eres lo más importante de mi vida. Sujeto bien la correa de Angus en mi mano y al ver que terminó con sus helados miro a Caín por primera vez a los ojos y me despido.

-Adiós Caín. Digo mientras me alejo pensando en todo lo que me acaba decir.

En el fondo todo lo que me dijo puede que tenga relación, pero me mintió una vez y la verdad es que no sé si esta sea una mas de sus mentiras. Camino de prisa y sé que a solo unas cuadras me encontraré en casa, así que olvido al hombre dejado a mis espaldas y avanzo en medio de la ciudad con mi perro. 

Un perro que llegó a mi vida en un momento de tristeza, regalo del hombre quien me ha hecho lo peor que me pudo suceder.
Mentirme.




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