Al entrar veo la habitación blanca y al frente se encuentra el hombre con quién me casé hace algunos meses atrás. Camino lentamente y una vez a su lado, veo que yace inmóvil y muy pálido.
Un tubo sale de su boca, mientras unas maquinas hacen ruido a medida que su pecho sube y baja. Sostengo una de sus manos y con mucho cuidado me la llevo a los labios, y al depositar un suave beso en ella, me doy cuenta que estoy llorando.
Lo veo allí tan frágil y de solo pensar que estuvo a punto de morir, hace que quisiera desaparecer con el, a un lugar donde nadie nos conozca. Aún no se por qué entraron a mi casa, mucho menos quien fué, no sé si iban por mí y al no verme allí en la sala, le dispararon a Caín.
Por mi culpa está al borde de la muerte.
Aquí recuerdo la primera vez que estuvo en la finca y después que quise hacerle una broma, el enojado dijo sobre morir baleado en mis pies. Ese día vino a mi mente la noche en que mataron a mi hermano y de solo imaginar que pasaría de nuevo pero con el me puso muy nerviosa.
Detallo sus facciones y me permito pensar en que hasta hace unas horas llevaba el fruto de nuestro amor en mi vientre. En todo el tiempo que estuvimos juntos, solo una vez hablamos de hijos, y en esa ocasión me dió a entender que no estaba preparado, pero sé que sería un gran padre, de esto me di cuenta por la forma en como trata a los hijos de Roberto y Vanesa.
-Hola. Susurro y no sé si pueda oírme.
-...Tienes que ponerte bien.
-Estaré aquí contigo hasta que abras los ojos.
Sostengo su mano y recuerdo cientos de películas donde el paciente muestra un reflejo al hablarle, quisiera que este fuera uno de esos casos, pero no sucede nada.
-El que hizo esto lo va a pagar. Te lo juro. Digo mientras lloro en silencio.
Juro que si alguno de mis primos tiene algo que ver con qué el se encuentre aquí, me las pagará, de eso estoy segura.
No se cuentos minutos llevo allí a su lado llorando cuando de repente siento que la puerta se abre y Vanesa esta a mi lado.
-En este momento está en un coma inducido por medicamentos,aún no sabemos el daño producido por el shock Hipovolémico
-Eso que quiere decir. Digo sin apartar la mirada de mi esposo.
-Perdió mucha sangre... y quizá esto pudo afectar alguno de sus órganos. Por lo que debemos dejar que se recupere y después de unos días se le quitaran los sedantes y el despertará.
Después de unos días.
Lo miro allí tan indefenso y caigo en cuenta de todo lo que Vanesa me explica.
-¿Y si no despierta?.
-Lo hará.Caín es un hombre muy fuerte.
-Lo sé. Digo y en el fondo ruego a Dios que así sea. El no me puede dejar, así nuestro matrimonio sea un completo desastre.
-Es hora de que vuelvas a tu habitación.
-No quiero dejarlo solo. Confieso.
-Tienes que recuperarte. Si despierta y sabe que no te cuidé bien me meteré en problemas. Al ver que no me muevo de su lado. Viene y me pasa los brazos por el hombro.
-Vendré a verlo cada hora y te diré su evolución.
-Caín no puede saber que... Que perdí a nuestro hijo. Digo sin siquiera mirarla.
-¿Estás segura?. Quizás el querría saberlo.
-Estoy segura.
-Si ese es tu deseo así será.
-Gracias. Digo mirándola esta vez a la cara y veo que debajo de sus ojos se marcan ojeras por el cansancio.
-También deberías de descansar. Digo y poso una mano en su mejilla.
-Cuando tú estés descansando yo lo haré también. Despídete y te espero afuera. Esta vez es ella quien posa su mano en mi mejilla y luego de una sonrisa tranquilizadora me deja allí para que pueda despedirme de Caín.
Una vez sola, me acerco y beso su mejilla un poco fría al tacto de mis labios, pero recuerdo las palabras de Vanesa y se que saldrá de esta. Me acerco a su oido y susurro, teniendo esperanza de que sí me esté oyendo.
-Tienes que recuperarte. Tenemos muchas cosas que solucionar y para eso necesito que estés bien.
-... Te amo.
Con esta última palabra salgo de la habitación y Vanesa está afuera esperándome. En esta ocasión, y sin decir nada nos dirigimos a mi habitación. Cuento mentalmente las horas y se que para mañana estaré de alta. Necesito salir de aquí para saber quien le disparó a mi esposo.
Necesito hablar con Lorenzo quizás el vió algo que me interese, aquí recuerdo que mi celular esta en casa y necesito buscarlo para hablar con Hugo. Si ellos tuvieron algo que ver en esto me las van a pagar.
En este momento estoy sola y al abrirse la puerta veo a un Lorenzo con su uniforme de médico, al verme allí sonríe y viene a mi lado.
-Me acabo de enterar de lo que pasó. ¿Estás bien?.
-Yo si. Caín no tanto.
-Me enteré al llegar aquí y luego me pidieron declaraciones...
-Yo dije que estuviste en mi casa anoche, disculpa por hacerte pasar un mal rato.