Sin Escape

Capitulo 47-Confesiones.

Caín.

Comparo una y otra vez la foto de mi móvil con el resultado que tengo frente a mi y me siento decepcionado.

-Pero no faltó nada. Digo al plato con Vegetales y pasta que quise preparar.

Confieso que me he vuelto un poco más cuidadoso con lo que como.

 Todo esto gracias a ella.

Elisa.

Al no verlo tan apetitoso lo llevo a la nevera y decido cenar más tarde.

Elisa hace unas semana que está en casa de su familia de Apure. Por un mensaje de su primo supe que ya el niño y su madre están en Estados Unidos. No he querido molestarla por lo cual no la he llamado. Quizás estas dos semanas separados sea el tiempo que ella necesita para aclarar su mente.

Soy consiente de que fuí muy duro, pero necesito  que sé de cuenta que todo es un error. Pensé que la perdía, pensé que moriría en mis brazos y ni siquiera eso pudo hacerla ver que debemos estar juntos.

Hace algunos minutos que Yennifer se fue. Estuvimos hablando y planificando los últimos detalles del viaje a Rusia, la verdad ella está muy emocionada por el intercambio. Para nadie es un secreto el peso que tendría esta preparación en cualquier carrera.

El timbre de mi teléfono me saca de mis pensamientos y veo que es el número de Elisa.

-Hola. Contesto y escucho música en alta voz.

-¿Ya estás solo?. Pregunta y por la forma en como lo hace, se que está tomada.

-¿Estás bien?.

-Te vi con esa mujer hace minutos. Dice en voz alta.

-Estas en Caracas. Digo más como una afirmación.

-Te vas con ella y me dejas a mí que soy tu esposa.

-No sabes lo que dices. Digo odiando que nuevamente estamos discutiendo. 

El collar con GPS dejó de funcionar y ahora no puedo saber su paradero. En este momento me preocupa su estado y no sé si está sola o con alguien más.

-No. Entonces ¿Qué hacía ella en tu casa?.

-Hablando de trabajo. Elisa por favor. Dime ¡¿Dónde diablos estás?!.

-No te lo diré.

-Bien. ¿Por qué me llamas entonces?. Pregunto y al decirlo se que es un error. Solo escucho un "Perdón" y termina la llamada.

No me jodas.

Camino de un lado para el otro con el móvil en la mano. Me miro y estoy con ropa de ejercicios. Pienso en rastrear su teléfono pero, sé que para hacerlo debo ir al comando. No me da tiempo de cambiarme cuando escucho el teléfono nuevamente.

Elisa.

-¿Me dirás dónde estás?. Pregunto y lo que puedo oír es solo música.

-Elisa... Digo y en este momento la escucho cantar. No distingo la letra pero sé que habla de soledad y un bar.

Estoy de pie en medio de la habitación y ella sigue cantando, de repente se me ocurre una idea y termino la llamada. Busco entre mis contactos y marco.

-Hola. 

-Necesito que llames a Elisa.

-¿Le pasó algo?. Pregunta Vanesa.

-Está tomada en algún bar de Caracas.

-¿Cómo lo sabes?.

-Porque me llamó.

-No te entiendo. Dice y sé que tiene razón.

-No me quiere decir dónde está. Es por eso, que te quiero pedir que la llames. Quizás a ti te lo diga. Entonces me llamarás y yo iré por ella.

-Okey. Vale. Lo haré.

-Gracias. Solo necesito saber dónde está para ir por ella.

-Okey, okey. Ya la llamaré.

Es así como termino la llamada y me siento en la cama a esperar.

-No te demores. Le digo en voz baja al aparato en mi mano.

Decido colocarme un par de zapatos y esperar la ubicación.

Elisa no tolera bien el alcohol y odio que esté tomando sola. Aunque en el fondo me gustaría saber qué está con algún familiar suyo.

-Me vas a volver loco. Digo en voz alta.

No sé cuánto tiempo ha transcurrido cuando llega un mensaje. Tomo el teléfono y leo solo 5 palabras de Vanesa.

Estoy con ella.

Todo bien.

Leo una y otra vez y no sé por qué no me ha enviado la dirección. Marco su número para hablar y saber dónde están pero no me contesta, vuelvo a marcar y nada que coge el maldito teléfono.

¿Dónde están?

Escribo ese mensaje y a los segundos recibo una respuesta.

Ya lo verás.

Suelto el aire contenido y pienso que hubiese sido mejor ir al comando y rastrear su ubicación. Llamar a Vanesa no fue la mejor idea.

 Me debato entre llamar a Roberto pero decido no hacerlo, eso sería preocuparlo. Estoy allí en la sala con el teléfono en la mano por si alguna de las dos llama. Me estoy comenzando a preocupar, y en ese momento escucho una voz conocida en la parte externa del edificio.




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