Sin Escape

Capitulo 49- Reconciliación.

Después de comer estamos nuevamente en la habitación. Ella está a mi lado y la rodeo con mis brazos.

-Yo no lo sabía. Esos días fueron de mucho estrés. 

-También lo fue para mí.

-¿Por qué?. Pregunta mirándome a los ojos.

-Lo reconozco. Te mentí.

-Y el que hayas desaparecido esa noche de nuestra boda me tenía desesperado. 

-...Mi error fue mentirte y siempre fui consciente de ello. Pero  todo comenzó esa noche en tu casa y tú dichoso "odio a los policías". No sé por qué en ese momento me importaba tanto lo que pensaras de mi.

-Es verdad.

-Luego una cosa llevó a la otra y todo se me salió de las manos.

-Siento mucho por lo que te hice pasar.

-También yo lo siento. Susurra.

-...En esos días luego del funeral de mi abuela me metí de lleno en el doctorado, introduje la solicitud para presentarlo y me dediqué día y noche a prepararlo. Por eso fue que no me percaté del retraso que tenía hasta que...

-Pasó. Respondo.

-Nunca te he deseado algo malo Caín. Dice mientras se incorpora.

-...El que te haya ocurrido eso fue muy doloroso para mí. Verte allí en mis brazos... Sangrando y despidiéndote fue... Fue horrible. Lloriquea.

-Pero no pasó nada. Digo mientras la atraigo hacia mí.

-No conforme con ello, pierdo a nuestro hijo. Sé que solo una vez hablamos de eso y fue antes de la boda... Pero.

-...Cuando vanesa me dijo que estaba... Sufriendo un aborto. Mi mundo se derrumbó y tu yacías entre la vida y la muerte.

-...Desee que estuvieras conmigo.

-...Fue muy horrible. Confiesa.

-Sé que cometí muchos errores y te mentí pero entiéndeme.

-...Yo te arrollé y es algo que nunca me perdonaré, después de eso resulta que eres la maestra de Rodrigo, y no conforme quería saber de ti. Sin darme cuenta me enamoré de ti, al tiempo supe que estabas ligada a un caso de años anteriores y desde ahí tuve mucho miedo de perderte.

-Es verdad. Susurra.

-Pero no pude hacer nada. Ya para ese tiempo me había enamorado de ti y tenía miedo de que te alejaras. 

-Luego pasó lo de nuestra boda. Y ahora te vas. Agrega 

-Pídeme que me quede y lo haré. Digo sosteniendo su mentón para mirarla a los ojos.

-No lo haré. Sé que esto es importante para ti. Por más que quisiera no lo haré. 

-... Además es solo un año. ¿Cierto?.

-Si. Confía en mí. Digo y ella se acurruca en mi pecho.

En esa posición siento el olor de mi champú en su cabello. La escucho balbucear algo, pero no entiendo lo que dice.

-No te entiendo.

-Haces unos huevos muy deliciosos. Al oír lo que dice suelto una carcajada.

-Los hice con mucho cariño para ti. ¿Ya te sientes mejor?.

-Un poco. Pero me siento mal cuando recuerdo que te vas con esa mujer.

-Yenifer no significa nada para mí. Se que es ilógico lo que diré, pero necesito que confíes en mí. Es solo un año. Repito.

-En ti confío pero en ella no. Estoy segura que tiene sentimientos hacia ti.

-No es cierto. Respondo 

-Sería maravilloso que estuvieses conmigo. Le pido mientras me acerco a su rostro y así tenerla mas cerca.

Cuando habla nuestros labios se rozan.

-Ya no puedo posponer la tesis. Sin decir nada más la beso y ella me me corresponde.

Mientras nos besamos pienso en la razón de este viaje a Moscú, y es que al suspender mi función y posteriormente en "compensación" por ser uno de los más preparados tuve esta oferta de preparación. La rechacé pero, luego hubo otro problema con ello. Al final y  sin siquiera consúltarlo con Elisa, lo acepté. Ese día pensé que quizás ese era el tiempo que necesitaba para aclarar sus sentimientos hacia mí. Y resulta que ya está. La tengo aquí conmigo tan cálida y siendo ella.

Esto es una mierda.

-Te amo. Le digo mientras deboro sus labios.

-También te amo. Susurra ella y no puedo más.

-Te haré el amor en este mismo momento. 

-Ya era hora. Dice divertida.

-Te he echado mucho de menos.

-Y yo a ti. Musita mientras nos besamos.

Sostengo su rostro entre mis manos y mientras estamos allí trato de absorber todo de ella. Su olor, su piel. Todo.

-No me estoy cuidando. Interrumpe nuestro momento pero no se aleja, siento como muerde suavemente mi labio inferior y pierdo cualquier pensamiento racional.

-Yo me encargo. Digo y la sujeto por las caderas para colocarla sobre mi.

En esta posición, meto mis mano por su camisa y siento sus caderas, subo por su costado y  enseguida está como la quiero.




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