Sin Escape

Las Reglas Del Juego

Philip

- ¿La tienen? - habla la voz del otro lado de la linea.

- Sí, pero...- dijo nervioso, conozco muy bien a Thomas y algo que odia es que las cosas no salgan como el las tiene planeadas.

- ¡¿Pero qué?! - grita, lo que me hace flaquera por un par de segundos.

- Esta herida y...

- ¡¿Y?! - espeta molesto.

- No creo que se el momento,  - escucho el estruendo de un cristal rompiéndose. - no ahora.

- La quiero lista para esta noche. - exige antes de colgar la llamada.

Con cansancio vuelvo mi mirada al monitor, en donde observo detalladamente a la chica de cabello castaño, se ve tan frágil, suspiro ante la imagen que me brinda y suprimiendo todo sentimiento de inquietud, apago el monitor y me pongo de pie.

- Señor - me habla mi secretaria.

- Ahora no Julieta - tomo una de las botellas que se encuentran en mi oficina y tomo asiento en el sofá.

- Es solo que...

- Espero que no pienses tomar todo el contenido tu solo - habla una voz familiar.

- Puedes retírate Julieta - hablo, sin levantar la mirada y escucho como las puertas se cierran. - ¿Qué haces aquí?

- ¿Así es como recibes a todos tus invitados? - menciona tomando asiento a mi lado. - Especialmente a la esposa de tu mejor amigo.

- Si mal no recuerdo se están divorciando. - hablo cortante.

- Como sea, - me arrebata la botella y se sirve un trajo - se que has estado hablando con Thomas.

- Es mi socio, es claro que hablo con el. - tomo un de los vasos de la mesita de centro y me sirvo un trago, dejando la botella a un lado.

- Se que no han estado hablando de negocios - me lanza una mirada fría y sonrió ante su acción - ¿Quién es ella? - pregunta sin bajar la mirada.

- No es de tu interés.

- Sabes muy bien que es de mi interés.

- Te recuerdo que, no tengo por que darte explicaciones, creí que eso había quedado muy claro la noche en que Thomas termino contigo.

- Como olvidarlo, si eres la razón por la que terminamos. - me sonríe con sarcasmo y toma un trago.

- No quieras culparme por lo que paso aquella noche.  - le dijo con calma - No fue a mi a quien encontraron desnudo con otro hombre en la cama de mi esposo.

 Me fulmina con la mirada , tomo un trago y le sonrió con burla.

Flashback

Había sido un largo día de trabajo y Thomas no lo había hecho tan sencillo, se había pasado toda la mañana gritándole al personal y estuvo a punto de despedir a un par de trabajadores, según el "Por ser incompetentes".

Por lo que en esos momento me encontraba frente a su oficina a punto de entrar, me encontraba nervioso, llevaba años sin ver a Thomas con ese humor y era algo de que me inquietaba.

Di dos golpes fuertes a la puerta y escuche un leve "Pase" del otro lado, con una sonrisa en mi cara abrí la puerta y entre a ese oscuro lugar.

- No soy tu novia, para que me sonrías de esa manera. - hablo la persona frente a mi. E inmediatamente me acerque a el, provocando que pusiera los ojos en blanco. - Te ves como un tarado, ¿sabes?.

- No es lo que las chicas piensan. - niega con la cabeza y me invita con la mano a tomar asiento.

- ¿A qué has venido? - me pregunta, mientras su mirada viaja a su computadora.

- No es obvio. - me recargo en mi asiento. - Nos vamos de fiesta.

- No puedo. - me dice sereno y sin levantar la mirada.

- Si es por lo que ocurrió la vez pasada. Te prometo que...

- No, no es eso.

- ¿No?

- No, me divertí mucho viendo como los hombres se te acercaban. -me mira  por un par de segundos, mientras sonreía disimuladamente.

- Pues me alegro de que te hayas divertido. - le dijo intentando borrar aquel incomodo momento de mi mente.

- Vamos admítelo, te encanto cuando te rodearon con sus cuerpos semidesnudos.

- No tengo pruebas , pero tampoco dudas de que tienes algo que ver con lo ocurrido.

- Piensa lo que quieras. -me sonríe con diversión, conforme se recargaba en su asiento, cruzándose de brazos.

- ¿Entonces?

- Se lo que estas intentando, pero no voy a caer, tengo demasiado trabajo y no estoy de humor para salir.

- ¡¿Tu?!, no estar de ánimos, para salir a tomar y romper los corazones de las chicas, si claro y yo ya estoy listo para sentar cabeza.

- Te recuerdo que estoy casado.

- Eso no te detuvo, para tirarte a Amanda de contabilidad.

- Ese no es tu problema.

- ¡¿Qué?!,  me vas a decir que no ocurrió nada en el cuarto de descanso.

- Pidió hablar conmigo en privado y es lo que hicimos.

- Y yo me chupo un dedo. ¡Vamos!

- ¡Philip! - cerro su computador de golpe y se puso de pie. - ¡No esta noche!

- ¿Qué es lo que pasa, llevas toda la mañana de mal humor, por poco y despides a dos personas el día de hoy, por nada, y ahora no quieres salir de fiesta?

- Hoy es mi aniversario con Michel.

- ¡Espera!, ¡¿Qué?! - me levante de golpe, dejando caer la silla.- ¡Ya llevas un tres años con esa bruja!

- Philip, te voy a pedir que no la llames así.

- Sabes muy bien que solo la soporto, por que es tu esposa, si fuera por mi... - me calle de golpe, al notar como cerraba su mano, formando un puño. - Pero dime, que has preparado esta noche para tu bella esposa. - dije lo ultimo intentando no sonar sarcástico.

- He planeado llevarla a cenar, - dijo ignorando mi intento se sonar cortes. -  al lugar donde nos conocimos por primera vez. - un destello se reflejo en su mirada.

- A veces me pregunto si eres la misma persona.

- Déjate de tontearías y vamos, que necesito tu ayuda, con ciertos detalles. - se puso de pie y me tiro su saco en la cara.

 La calle se encontraba a oscuras, pero a lo lejos se veía los pequeños despertares de la vida nocturna, Thomas conducía sin decir palabra alguna. En poco tiempo nos encontrábamos frente a su departamento.




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