Al día siguiente, mi mamá no estaba en casa. Tuvo que ir a la ciudad por asuntos que no me quiso revelar, simplemente dejó una carta asegurando que regresaría en un mes. Me sentí abandonada, ¿cómo podía dejarme sola en esta casa aislada en medio del bosque? No tengo la edad suficiente para estar aquí sin compañía.
La carta no mencionaba si había comida o si necesitaba abastecerme. Desperté y me encontré con su ausencia, solo había una carta sobre la mesa.
Ahora parecía que tenía que valerme por mí misma. Aunque había algo de comida en casa, no era suficiente. Tenía que pensar en qué hacer cuando se agotara.
Decidí buscar dinero y, mientras lo hacía, escuché ruidos provenientes del sótano. Con cautela, giré la manija y esta vez no estaba cerrado con candado. Bajé lentamente hasta que los ruidos desaparecieron por completo. No podía ver nada, así que encendí la luz de mi teléfono móvil. En ese momento, algo se rompió y subí corriendo sin siquiera echar un vistazo al sótano.
Regresé directamente a la cocina, el ruido parecía venir de allí, pero no encontré nada. Espera... una maceta se había caído. Probablemente no estaba bien colocada y simplemente se cayó. Limpié el desorden y decidí darme una ducha, ya que estaba cubierta de tierra. Al salir, recordé que no había llamado a Lilly y no quería perder más tiempo. Agarré mi teléfono.
"Maldición, no hay señal", murmuré frustrada.
Decidí salir de la casa para buscar señal en algún lugar cercano. Caminé y caminé adentrándome en el bosque sin darme cuenta de cuánto me alejé.
Finalmente, encontré señal y marqué el número de Lilly.
Pero algo extraño sucedió. Escuché a alguien correr cerca de mí.
Seguí marcando el número mientras me preguntaba qué estaba pasando.
"Dios mío, mejor me alejo de aquí. ¿Por dónde vine?", pensé aterrada.
Decidí correr sin rumbo fijo, sintiendo los pasos cada vez más cerca, como si me persiguieran.
Continué marcando el número de Lilly mientras corría y vi la silueta de alguien persiguiéndome.
"¿Qué quieres?" grité, llena de miedo.
Tropiezo..
Marcando*
Sin respuesta*
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"Ay, mi cabeza. ¿Dónde estoy?
Debí haberme desmayado. No sé dónde estoy y no veo nada. Está algo oscuro y, al parecer, desperté en el suelo. Está frío e incómodo.. lo tocó con la palma de mi mano, hormigón...
- ¿Hola? - se oye alguien con voz quebrada al otro lado.
- ¡Dios mío! ¿Quién eres? ¿Sabes por qué estoy aquí? ¿En qué parte estás? - habló en tono duro.
- Soy Demian. Llevo una semana aquí, creo... Estoy en lo que parece ser un cuarto. Supongo que tú estás en el de al lado, escuché como ellos metían a alguien ahí, que bien que despertaste
-Ellos? Quienes? Y cuánto llevo dormida?
-Creo que un día.
-No me respondiste mi otra pregunta, quiénes son ellos"?
-No lo sé, yo estoy igual que tú- Dice aquel hombre que parece estar en otra otra habitación.
-Cuanto llevas aquí?
-Una semana, creo, es lo que he contado.
-Con rayitas en la pared?- le digo
Secuestrada, no hay luz, no sé qué me van a hacer. Hay un chico que lleva una semana o más encerrado aquí. No sé en dónde carajos estoy y lo último que recuerdo es haber estado huyendo de alguien. Luego todo se tornó borroso y desperté aquí con una intensa migraña.
Mi... mi celular, Lilly... Empiezo a buscar desesperadamente en mis bolsillos y en el piso. Se me debió caer... Mierda, cuando tropecé, ya recordé, debí haberme desmayado cuando caí y...
De repente, escucho muchos pasos en el techo. ¡Hay personas arriba! ¡Hay personas arriba! Un momento...
- Eh, Demian, ¿sabes qué hora es?
- Eh, sí, son las 5:05 p.m.
5:05 p.m...
- ¡La casa!
- ¿Ah? - dice Demian con voz confundida.
- En la casa donde me estaba quedando con mi mamá, la mostraban al público a las 5 p.m. porque la estaban vendiendo.
- ¿La estaban vendiendo? ¿Quiénes? ¿Y por qué te quedabas en una casa donde entraba y salía gente? - dice Demian.
- Me mudé aquí hace poco por problemas. Esa casa es de una tía que nos ayudó, pero la única condición era esa... Bueno, no importa. El caso es que puede que estemos encerrados en esa casa, solo que hay que encontrar la forma de salir.
- Entiendo... ¿entonces qué haremos?
- La verdad, no tengo idea - digo frustrada-
Espera... cómo supo la hora?, eso es raro..., aunque de pronto con su sistema de palitos también halló el modo de contar las horas, eso no le quita lo sospechoso, no debo confiar en él.
-Y dime, Demian, ¿qué has estado haciendo estos días aquí? ¿Cómo llegaste?
-Yo... yo vine al pueblo sin nadie. Quería descansar unos días en una casa que dejó mi padre... él falleció hace unos años Quería sentirme cerca de él y lo último que recuerdo es haberme quedado dormido en el sofá. No recuerdo nada más. Desperté con migraña aquí y todos los días me pasan poca comida por una compuerta. He intentado de todo para salir.
- ¿Y no te han hecho o dicho algo? - pregunté.
- No, supongo que solo desean el dinero de mi familia para pagar el rescate, pero me quedaré aquí de por vida. No tengo a nadie más, solo éramos mi padre y yo
De repente abren una compuerta en el suelo y entra un pedazo de cartón con lo que parece ser pan y un pedazo de carne.
- ¡ESPEREN! ¡ESPEREN! - grito mientras trato de sostener la compuerta para que no se cierre, pero es inútil.
- POR FAVOR, ¡MIERDA! - empiezo a golpear con desesperación.
- No sigas, es inútil todo lo que hagas. Yo ya lo he hecho, sé por qué te lo digo - suspira.
-5:20-
-que?- pregunto
-son las 5:20, cálculo las horas en que vienen a dar comida, solo son dos veces, una a las 11:20 a.m y otra a las 5:20. Así tengo en cuenta que hora es.
-Y como supiste las horas en primer estancia?