Previo al inicio de clases en la universidad más prestigiosa de la ciudad era una tormenta de emociones para Binna. A pesar de la beca completa que había ganado con esfuerzo, había gastos que no podía cubrir con facilidad: materiales, transportes, y sobre todo, los libros. Muchos, carísimos, exigidos por profesores que parecían no pensar en quienes no nadaban en billetes.
Binna está viendo la lista de libros que necesita, aunque algunos podrá obtenerlos en la biblioteca hay un par que deben ser de uso personal, son costosos y la beca no los incluye; con el dinero que tiene solo podrá adquirir uno y debe pensar seriamente en cuál escoger.
En ese momento, dos jóvenes mujeres se acercaron al espacio donde estaba ella, la miraron de arriba para abajo, y vieron los libros que tenía en la mano.
Katherine y Franchesca Milano son dos engreídas y coquetas hermanas que creen que el mundo gira a su alrededor, pronto se convertirán en compañeras de estudios de Binna; aunque son dos chicas de gran belleza exterior, su complejo de superioridad las hace personas desagradables.
Katherine toma los dos libros que quiere comprar Binna, y Franchesca hace lo mismo, quitándole el libro que tiene en la mano Binna.
- "Esto es una librería para comprar, si no vas a comprar no estorbes", dijo Franchesca; y siguió avanzando.
- "Pero ese es mío", expresó Binna, las dos mujeres más altas que ella, se le pusieron al frente.
- "¿Ya lo pagaste? No lo creo, igual busca uno de segunda mano, porque es obvio que no tienes dinero para adquirir uno nuevo", manifestó Katherine, alejándose ambas hermanas.
Binna no podía comprar los dos libros, apretó los dientes, sintiendo la sangre hervirle. Eran realmente odiosas, e irse a pelear por el libro que no podía pagar, no era una opción en ese momento; así que volvió a mirar el estante y tomó el libro menos costoso.
- "Cuando me gritaste por empaparte el vestido, parecías tener más carácter", dijo Harry sorprendiéndola.
Binna lo queda mirando, tiene una casaca con las iniciales HS igual que el casco de aquel muchacho de ese día; en esa ocasión no pudo verle el rostro, y vaya que era apuesto, sacudió su cabeza, no era momento para pensar en eso.
- "No puedes pelear todas las batallas, hay que conservar energía para las realmente importantes", afirmó Binna.
- "A mí me pareciste una TIM con las arpías", replicó Harry.
- "¿Tim?, si es una grosería, no te voy a permitir...", expresó Binna molesta.
- "Esa actitud debes tener con quién te molesta, TIM de Tímida, niña simpática", interrumpió Harry, tomando el mismo libro que se habían llevado las hermanas Milano.
Binna miró el libro, quiso decir algo, pero era inútil, igual no podía comprarlo; así que solo abrazó el que si podía. Harry solo la miró, había algo en la expresión en su rostro que la hacía diferente a las demás, no era ofrecida como actuaban algunas, o se quedaba embobada como lo hacían otras.
Las hermanas Milano pagaron los libros y vieron a Harry acercarse, y se pusieron cada una a un lado del muchacho.
- "Hola Harry, ¿vas a ir a la fiesta de bienvenida de los recién ingresados?, vamos a estar ahí", dijo Katherine, tomando el brazo de Harry, quien la mira con desdén y se aparta de ella.
- "Ya me diste una razón para no ir", expresó Harry con gesto adusto, mientras daba el libro a la cajera para pagarlo.
- "No tienes que ser antipático, salir con una de nosotras es un lujo para cualquiera", replicó Franchesca.
- "Pero yo no soy cualquiera, y los verdaderos lujos no necesitan decir que lo son, se notan con solo verlos", manifestó Harry con una sonrisa burlona.
Las hermanas Milano hicieron un gesto molesto y se retiraron, no estaban acostumbradas a ser rechazadas; Harry Salazar, era guapo y era hijo de uno de los hombres más influyentes de la ciudad; pero era rebelde y contestatario, no le gusta ir a clases, pero es tan hábil que puede obtener excelentes notas en las pruebas más importantes. Suele ser arrogante con la mayoría de personas, pero suele ser amable con los marginados, aunque de manera solapada.
Binna había escuchado todo, pagó sus libros, y mientras salía de la librería, con el corazón palpitando entre la indignación y una extraña calidez, no pudo evitar pensar en que el chico de la moto tenía más capas de las que había imaginado.
Cuando Binna llegó a la pastelería de su madre, la cajera le dio un paquete.
- "¿Y esto?", preguntó Binna.
- "Un chico muy guapo te lo dejó", respondió Ginna, la cajera.
- "¿Y si es una bomba?", ironizó Binna.
- "No tenía cara de bombardero, creo que tienes un admirador, que no sabe ni tu nombre, solo dijo la señorita bonita, que saca la basura, en vestido de flores amarillas. No creo que nadie más tenga un vestido de esa naturaleza", respondió Ginna.
Binna abrió el paquete, y se sorprendió de ver que era el libro que no pudo comprar, completamente nuevo, y una nota que decía "Para Tim, no sé aún tu nombre, si nos encontramos una tercera vez, prometo presentarme adecuadamente, espero que tú también. No le hagas caso a las arpías y no dejes que apaguen tu luz, no cometas mi error. HS".
Binna abrazó el libro, aunque no está segura si fuese bueno aceptarlo, aun si quisiera devolverlo, no conoce nada de ese muchacho, espera que no sea un loco acosador, porque sería una gran pena; le acaba de hacer brotar una sonrisa y siente una calidez en su corazón.
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Editado: 30.06.2025