Sin Galán, Tim

7. Una velada encantadora

Sia está nerviosa han pasado muchísimos años desde que salió con un hombre, después del abandono del padre de su hija, ella se ha dedicado al cuidado de su pequeña, que se había convertido en una joven inteligente, noble y hermosa.

Se mira en el espejo y no puede creer que el reflejo que ve, el timbre suena y pareciera que su corazón se acelera, no puede creer que se sienta como una adolescente, obviamente Enrique pertenece a una posición privilegiada y no sabe si podrá mantener una postura elegante como la tiene su pareja de esta noche.

- "Tranquila, eres hermosa mamá", dijo Binna, dándole una sonrisa para que se sienta más confiada.

- "Cierra bien todo, y cualquier cosa me llamas", manifestó Sia, mientras bajaba las escaleras.

- "Espera mamá, yo voy a abrir la puerta, según la tía Cristina hay que hacerlos esperar, para captar más interés.

Sia solo sonríe, no quiere quitarle la emoción a su hija, que por ese pequeño momento parece tener más madurez que ella misma.

- "Buenas noches, busco a Sia Jung, soy Enrique Salazar", manifestó Enrique de manera muy formal.

- "Buenas noches, pase tome asiento. Ella pronto estará con nosotros. ¿Tiene antecedentes?", cuestionó Binna.

- "Ah", respondió Enrique confundido.

- "Problemas con la justicia", dijo Binna con mirada seria.

- "No, creo que he sido un buen ciudadano, no he tenido ningún problema con la ley; soy un hombre decente, señorita", afirmó Enrique con formalidad.

- "Mi mamá también es una mujer decente y es maravillosa, si le rompe el corazón, yo encontraré la manera de hacerlo pagar", expresó Binna.

- "Lo tendré en cuenta, pero le aseguro señorita, que lo que menos quisiera hacer, es lastimar el corazón de su madre", manifestó Enrique con una ligera sonrisa.

En eso ingresa Sia, y la queda mirando con ensoñación, tiene una sonrisa encantadora y una mirada tan transparente, que parece casi irreal, ante los ojos de Enrique, es una belleza cálida y cautivante.

- "Buenas noches, Enrique", dijo Sia con una sonrisa.

- "Buenas noches, Sia. Reservé una cita en Le Gros Luxe, espero que te guste", manifestó Enrique sin dejar de mirarla y ofrecerle el brazo.

Sia tomó su brazo, muy emocionada, saliendo del edificio y dirigiéndose al vehículo que los estaba esperando. Binna se despidió con un saludo agitando su mano y regresó a casa, desea de todo corazón que su madre tenga una velada encantadora.

En el vehículo, Enrique queda mirando a la mujer que ha acaparado gran cantidad de sus pensamientos.

- "Tu hija se preocupa mucho por ti, no he logrado esa conexión con mi muchacho, él tiene un temperamento bastante fuerte", comentó Enrique.

- "Binna ha sido un amor desde pequeña, lo cual agradezco porque se me hizo más fácil trabajar, no la hemos tenido tan fácil, pero ella siempre ha sido estudiosa y me da grandes ánimos. Lo bueno de que tu hijo tenga un temperamento fuerte es que, seguro que no es influenciable, los hijos siempre son un desafío, lo realmente importante es enseñarles a no rendirse y que pueden cultivar su felicidad con amor y respeto", expresó Sia con una sonrisa.

Enrique lo único que podía hacer es admirar aún más a la mujer que está a su lado, la conoce hace poco, pero su forma de ser y sus pensamientos lo mantienen completamente complacido, es a todas luces una mujer encantadora.

Cuando llegan al restaurante la ayuda a bajar, y la lleva del brazo dentro, definitivamente el lugar es lujoso, con una atmósfera tranquila, durante toda la velada Sia se sintió una reina, Enrique ha sido un caballero completo y ha prestado atención a cada una de sus palabras; si es sincera consigo misma, nadie la había tratado con tanta cordialidad y hasta admiración, era imposible no sentirse enamorada. No puede creer que a los cuarenta años, esté viviendo una experiencia más parecida a un cuento de hadas.

Después de la cena, ambos caminan por una plazoleta bajo la luz de las lunas y las estrellas; ella siendo joven tuvo que dejar todo en pausa para encargarse de su amada hija, no creyó volver a sentir un afecto especial por algún hombre, pero ahí está perdida en la mirada de uno, que la observa con absoluta admiración.

- "Ha sido una noche muy especial, sé que nos conocemos muy poco, me gustaría seguir visitándote y que nos conozcamos más, en un sentido romántico. No sé cómo se pida ahora, pero me gustaría salir contigo, que seamos novios", afirmó Enrique tomando todo el valor que necesitaba, no había sentido la necesidad de una relación con planes serios a futuro después del complicado divorcio de la madre de su hijo Harry.

Sia lo queda mirando, cuando él toma su mano después de decirle a esas palabras, no sabe ni que palabras expresar sin que sonara a una adolescente que le diga "sí, sí, sí", con emoción.

Ella sonríe nerviosa, sin saber cómo reaccionar salvo con una afirmación con la cabeza que apenas se pudo notar. Él se acerca despacio, ella va cerrando los ojos lentamente, esperando con ansias, aquel primer rose de sus labios, aquel primer beso, que empieza lento, tierno, tímido; hasta volverse intenso, íntimo y ansioso, lleno del amor que está haciendo entre ellos y que ahora se desbordaba sin medida.

Ambos están encantados el uno con el otro, ellos están empezando a vivir su propia historia de amor, sin saber que el destino tiene sus propios planes con los hijos que tanto aman.




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