Sin Galán, Tim

8. Harry Salazar

El lunes amaneció con el aroma inconfundible del café recién hecho y el murmullo suave de Sia dando vueltas por la cocina. Binna se despertó temprano, aunque no había dormido del todo. El primer día en la universidad le provocaba una mezcla de emoción, miedo y nervios. Había planchado su ropa la noche anterior: jeans oscuros, una blusa celeste y su mochila con los tres libros que pudo comprar, lista.

- “¿Estás bien, hija?”, preguntó Sia, mientras le servía un poco de jugo.

Binna asintió, pero le temblaban un poco las manos.

- “Sí... solo quiero que todo salga bien”, respondió Binna.

Sia sonrió y la abrazó con fuerza.

- “Eres brillante. Brillarás incluso entre los que creen que ya lo han hecho todo”, expreso Sia con una sonrisa cálida.

Binna salió de casa con el corazón en la garganta. Llegó a la universidad treinta minutos antes de la hora indicada. Ella camina por los pasillos de la universidad, es una de las más prestigiosas del país, aunque es privada, ella ha logrado una beca integral por sus magníficos logros académicos; sin embargo, es evidente que no encaja muy bien el lugar, la mayoría de estudiantes provienen de las más importante familias del país, no solo su vestimenta es exclusiva, sus equipos tecnológicos, vienen en sus propios autos y su personalidad engreída se nota incluso en su forma de caminar.

Binna toma asiento, se percata que en la misma aula están las dos chicas que se burlaron de ella, ahora sabe que se llaman Katherine y Franchesca Milano; quienes parecen actuar como si fueran las abejas reinas del lugar, las chicas las siguen sin dudar y los hombres parecen querer llamar su atención.

Aunque las hermanas Milano resultan populares, no son muy brillantes que digamos, lo que quedó evidenciado cuando no pudieron dar las respuestas adecuadas a los profesores de ese día, mientras que Binna recibió felicitaciones por sus brillantes resoluciones a los casos planteados.

Cuando Binna estaba en uno de los jardines, dos de sus compañeras se le acercaron, habían pedido hacer grupos de trabajo, y creían que podían hacer un buen trabajo juntas.

- "Hola, soy Janice Meléndez, fue increíble como explicaste la conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer, normalmente no logro discernir la expansión de Taylor en la operación, pero lo hiciste ver tan fácil", expresó Janice con emoción.

- "Gracias, soy Binna Jung", dijo Binna.

- "Al fin encontré alguien que realmente se preparó para la carrera, gusto en conocerte soy Miranda Dubey, ¿les parece si hacemos grupo las tres?", inquirió Miranda con serenidad y aplomo.

Janice Melendez y Miranda Dubey

Binna las queda mirando y sonríe, pensó que no podría entablar ningún tipo de relación con alguien en esa universidad que parece medir a las personas por la cantidad de dinero en sus cuentas, pero no todos eran superficiales y engreídos, eso le agradaba.

- "Parece que las feas se juntan con la pobretona, hacen un excelente equipo, extremadamente patéticas", manifestó Katherine acercándose.

- "Cualquiera es linda con algunas operaciones, que pena que no acomoden el cerebro", expresó Miranda.

- "Tarada. Tú puedes darte el lujo de ser altanera, las acciones de tu familia en el conglomerado del combustible te pueden respaldar, pero la boba de Janice con su madre que se acostó con la mitad de la industria del cine y la pobretona que nadie conoce y viste ropa de supermercado, será mejor que se mantenga alejada", dijo Franchesca.

- "Deberías dejar de calumniar a las personas, mi madre no tiene la culpa de ser bonita e inalcanzable para que inventen historias; o es la envidia que tienes de que, aunque te doble la edad, es más bonita que tú", comentó Janice, ya estaba harta de los comentarios maliciosos.

Binna está sorprendida, parece que en ese lugar todos parecen querer sacarse los ojos; miró su ropa, era nueva y linda, pero parecía decirles a todos de dónde provenía, porque la trataban de esa manera, si ni siquiera había hecho o dicho nada para ofenderlas.

- "Mira esto es tan corriente que se rompe", expresó Katherine tomando la manga de la blusa de Binna y arrancándole, no soporta que una chica tan simple sea la más inteligente de la clase.

- "Estúpida", gritó Miranda y empujó a Katherine, "vámonos arreglemos esto, no le hagas caso, son unas tontas", agregó.

- "Esto es una agresión y debería ser reportada, tú no tienes derecho a tratarme así", afirmó Binna.

- "Tontita, tú haces problemas y haremos un infierno, tu existencia en este lugar. No sabes con quién te estás metiendo y el daño que podríamos causarle a tu familia", afirmó Franchesca con mirada absoluta de soberbia.

Binna notó las miradas de la mancha de personas que acompañaban a las hermanas Milano, no quería que su madre tuviera problemas, y le daba rabia tener que morderse la lengua, se dio media vuelta, se estaba yendo con Janice y Miranda, cuando se escuchó el grito de Franchesca.

Binna voltea y se percata que el chico de las iniciales HS tenía un vaso descartable de café, y que Franchesca estaba sacudiendo su blusa que se había terminado manchando con el líquido que le cayó encima.

- "Lo siento, no te vi", dijo Harry con una sonrisa, era evidente que lo había hecho a propósito, pero su actitud de dueño del local era evidente, todos retrocedieron.

- "Derramaste eso a propósito sobre mi hermana", aseveró Katherine.

- "¿Puedes probarlo?", inquirió Harry con la misma mirada soberbia que antes tenían las hermanas Milano.

- "Todos lo vieron", dijo Franchesca.

- "¿Quién lo vio?", preguntó Harry mirando al resto, las personas empezaron a alejarse del lugar.

Las hermanas retrocedieron ante la dura mirada de Harry y se alejaron, para luego él darle una especie de saludo con la mano a Binna para luego alejarse.

- "¿Eres amiga de Harry Salazar?", preguntó Janice.

- "¿Harry Salazar?", cuestionó Binna, hasta ese momento no sabía el nombre del muchacho.




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