Sin huir

¿Qué es esto?

Normalmente no hablo conmigo misma, pienso que es algo que los locos suelen hacer, y definitivamente loca no estoy, pero hoy surgió esta necesidad de una manera tan particular, tan cómica, que ¿Cómo negar esta intromisión? Así que me permito saludar a esta voz en mi cabeza que decidió hacer su entrada en un día como hoy.

Quien diga que hacer mi trabajo es fácil claramente no está sano mentalmente, pues cuidar de niños tan malcriados como lo permiten los cerdos de sus padres no es tarea fácil, pero ¿Quién soy yo para negar sus $80 dólares la hora? paga mis cuentas y mis excesos también, es lo que me permite estar aquí, sentada en el club más exclusivo de la zona bebiendo curiosas bebidas invitadas por extraños que creen tener siquiera una oportunidad conmigo.  En la pared resalta un número indicándome que son las 12, me levanto de la silla que mantenía inmóvil mi trasero para festejar con el en la pista de baile.

El escenario de luces neón, cuerpos sudorosos, y música es sustituido tan rápidamente que creo haberme mareado, pronto la melodía va descendiendo, la oscuridad yéndose, y lo que antes era un club ahora se convierte en una calle. Reconozco el camino a mi casa, es gracioso no recuerdo haber salido del club, mi muñeca y el reloj en ella me indica que son las 2am.

No me suele gustar volver a casa sola, mucho menos en las noches, específicamente en noches solas, y menos cuando voy sola, pero hoy podría ser una excepción, pues la noche no está sola y no voy sola. A mi lado me sonríe una chica, supongo es del bar, no quiero preguntarle su nombre ya que probablemente me lo haya dicho, pero de lo drogada o borracha que estaba no lo recuerdo, eso definitivamente dañaría la diversión, así que le sonrío de vuelta y la dirijo a mi edificio.

No conozco a los hombres que nos sonríen en la puerta, pero mi coqueta sonrisa no necesita hacerlo para corresponderles, sonrisa que se va borrando cuando siento otras tres personas a mi espalda y que los del frente no me permitan pasar.

  • ¿Los puedo ayudar en algo?-habla mi voz con un atisbo de inseguridad, no me responden y la chica del bar sigue sonriéndome.- Entonces permiso - intento abrirme paso entre ellos, pero no lo permiten, intento sonreír confiada, pero ellos ahora mantienen su rostro inexpresivo - Llamaré a la policía si no me abren paso! - Digo más brusco de lo que pretendía, sin embargo, parece ser no muy buena idea pues súbitamente un paño conoce mi cara mientras mis ojos se van cerrando hasta que todo es negro.

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Despierto con una horrible alarma de seguridad, mantengo mis ojos cerrados esperando que se apague ¿otra vez con ese maldito simulacro? Intento levantarme pero no puedo. Intento abrir los ojos y una intensa luz blanca me ciega al instante, mis ojos se acomodan a la luz, pero aun así cuando los abro el brillo que desprenden las paredes blancas sigue siendo demasiado intenso. Todo es borroso, nada es claro.

¿Dónde estoy?  Siento lagrimas descender por mis lastimados ojos.
¿Qué es eso?  Mis muñecas duelen como si llevaran atadas mucho tiempo.
¿Qué me están haciendo?  La energía de mi cuerpo se está opacando.
AYUDA
¿Ayuda?
Nadie me escucha, ¿por qué no estoy gritando? No puedo moverme, mi cuerpo duele pero no soy lo suficiente capaz para determinar en dónde.
¿En qué me metí? A mi lado hay una maquina extraña, desprendiendo ese maldito sonido. Abren la puerta, pero no tengo la fuerza para alzar la cabeza, o para abrir los ojos, estoy muy cansada y el sueño es lo único a lo que le veo futuro.

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Otra vez suena una alarma, pero esta es mil veces más ruidosa que la anterior, mis ojos ya no se ven cegados por la luz blanca, ahora es roja y triplica su intensidad cada que parpadea. Las paredes blancas parecen ser manchadas por el rojo de la luz, la alarma sigue estallando mis oídos, pero no tengo fuerzas para levantarme, aun así lo intento, intento levantar mi cuello, intento alzar mi cabeza; mis manos están libres ¿Por qué lo acabo de notar? Ya no me acompaña la máquina de antes, solo soy yo con los pies atados a una camilla en una enorme habitación roja que solía ser blanca. La luz la hace ver roja. La luz parpadea y parpadea, me hace entrar en pánico y… Estoy despierta.

Me incorporo en la camilla, no tengo ataduras en los pies, paso una mano por mi cabeza y noto una venda en ella, así mismo no tengo pelo, no lo siento, nada, ni siquiera el atisbo de que crecerá, mi cráneo se siente totalmente liso, pero eso no es importante, mis pies sostenidos por dos aros de metal, lo son,  ni siquiera se ve una cerradura, es un liso metal gris que se ve rojo por la intensidad de las luces, intento buscar una puerta rodando los ojos por la habitación y la encuentro.

Hay una puerta.

Esto es feo, esto es muy feo.

No hay puerta, hay un hueco en la pared, pero definitivamente no es una puerta, a través de él se ve otra pared. Pero esta ya no es roja por la luz, esta es roja por la sangre que se encuentra salpicada en ella, al igual el piso que hasta el momento notaba era gris, pero no, ahí bajo la pared salpicada había un gran charco de sangre, junto a un cuerpo que estoy segura no puede llamarse humano, eso no es humano, me niego a creerlo, es un gran pedazo de carne sin piel, pero si no es humano ¿Por qué hay un brazo junto a él? Y una pierna, o al menos la mitad de una se alcanza a ver.

La escena es perturbarte y lo que sea que tenga en el estómago tiene ganas de devolverse, las náuseas y el vómito llegan, mientras descargo todo en mí y en la porción de piso que aún sigue siendo gris. El sonido de mis arcadas llama la atención de alguien, pues escucho pasos acercándose apresurados, casi corriendo con nerviosismo, pero no viene del hueco de la pared, vienen de la pared de al lado, de lo que sí es una puerta en donde aparece una mujer con bata sangrienta, resentimiento y una gran culpa sobre ella, sus llaves es el único sonido que se escucha ahora, me mira, pero no me ve, o al menos no parece, definitivamente sí ve las esposas que sostienen mis pies y empieza una búsqueda en la inmensidad de llaves que trae, alza una con éxito, pero cuando va a dar un paso para entrar se oye un horrible gruñido sacado del mismo infierno, pues lo que sea que lo haya hecho no tiene lugar en esta tierra. La mujer me lanza la mirada más aterrada que he visto en mi vida ¿pero es que no se da cuenta? Yo soy la que está atrapada, la que en caso de que esa atrocidad se aparezca se quedará sin huir, yo soy la que no tiene opciones; pero el miedo la tiene atrapada a ella y presa del pánico no se mueve.

  • Pásame la llave - susurro lo suficientemente fuerte para que me escuche y salga de su estado



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En el texto hay: monstruos, experimentos humanos, atrapada

Editado: 23.05.2022

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