... - Samantha... Que bueno que despertaste cariño-escuché una voz femenina irreconocible para mi.
-¿Quién eres tu, qué hago yo aquí?-dije insegura sin saber en donde estaba.
Que hacía yo aquí, quienes eran esas personas, no reconocía a nadie, que era este lugar, tenía muchas dudas.
-Quiero ver a Zarah, ¿dónde está?-pregunté.
-La hora de la visita terminó-dijo una mujer vestida de blanco, que parecía ser una enfermera.
¿Una enfermera?, eso significa que estaba en un hospital, pero ¿Por qué, qué hacía yo en un hospital?
La voz de aquella mujer me sacó de mis pensamientos:
-Adiós cariño me tengo que ir-dijo la mujer y besó mi frente.
En cuanto se fue la otra mujer entró Zarah, por fin alguien que conocía, un rostro familiar, me alegré al verla.
-¿Cómo te sientes?-preguntó algo agobiada.
-¿Por qué la pregunta?-respondí sin más.
Por un momento hubo un silencio puro.
-Sam... tuviste un accidente.
-Eso es imposible-dije un poco exaltada.
-Sam... Ibas camino a casa de tus padres, cuando le avisaron que tuviste un fuerte accidente y que te tuvieron que llevar de urgencias al hospital, y estuviste en coma durante una semana-dijo algo triste.
-Me podrías dejar unos minutos a solas por favor, quiero descansar y analizar lo que me acabas de decir.
-Esta bien, yo también creo que debes descansar.
¿Había tenido un accidente?, eso era imposible, hace tan solo unos minutos estaba consciente.
Estaba dormida hasta que unos murmuros me despertaron:
-Señora lamento mucho tener que decirle esto, pero Samantha ha perdido la memoria-dijo un hombre con bata blanca qué al parecer era un doctor.
-¿Cómo es esto posible?-dijo la señora entre sollozos.
-Entonces, ¿cómo es que me recuerda?-dijo Zarah algo confusa.
-No lo sé, tal vez una especie de milagro o algo así-dijo el doctor.
Unos minutos después entró Zarah a la habitación y se dirigió hacia mi:
-Sam... Se que es difícil de entender, pero el doctor dice que has perdido la memoria-dijo con lagrimas en las mejillas mientras sollozaba.
-Entonces ¿cómo se quién eres y cómo te llamas?-dije confundida y con desesperación a la vez.
-No se sabe, el doctor dice que es una especie de milagro o algo así-dijo Zarah sin más.
Zarah se fue junto con la otra señora y no supe más de ellas hasta la mañana siguiente que entró Zarah con buenas noticias:
-¿Lista para ir a casa Sam?-preguntó Zarah muy entusiasmada.
-Más o menos, todavía tengo muchas dudas, pues como ya sabrás no recuerdo ni un mínimo detalle de nada.
-Esta bien te diré todo lo que tengas que saber y responderé todas tus dudas y preguntas.
-Okay empezaré, ¿con quiénes y dónde vivo?
-Te acabas de mudar no hace mucho y vives con tus padres.
-¿Te quedarás conmigo?-pregunté muy entusiasmada.
-Por supuesto que sí, además necesitarás de alguien que te ayude a recordar cada mínimo detalle de tu vida.
-Agradesco mucho tenerte en mi vida Zarah.
-Yo también agradesco que estés en mi vida Sam, te quiero mucho.
-Yo también te quiero mucho Zarah.