Sin Mirarte Ni Tocarte

DARKNAEL

Movilizándome en mi moto ranger negra, por la carretera llenan de árboles me dirijo hacia la ciudad a mi departamento a descansar un poco después de otra búsqueda fallida. Aquel sujeto que me contacto, diciéndome que poseía la corana de la vida de Isabela me mintió no era más que una vil copia a pesar de que era de oro, le faltaba una parte importante para convencerme y era la energía espiritual de mi Padre que está presente en cada corona de la vida, sin esa parte importante y esencial cualquiera que me venga a decir que tiene la corona es un mentiroso. Y lo más importante le miente a un arcángel.

Bueno esa parte ellos no lo saben, lo he ocultado bien esa parte de mi sencillamente no me puedo revelar como un ser de luz, no puedo interferir con el mundo mortal a pesar de que nosotros los arcángeles siempre interferimos en este mundo. Acelero más la moto, debo decir que la humanidad ha avanzado mucho desde la primera vez que llegue a su mundo, han creado cosas increíbles por ejemplo esta moto que me hace sentir mucha adrenalina, sin embargo, esto no se puede comparar con la sensación de volar con mis alas. Con respecto a ellas las he ocultado, a la vista de los hombres y mujeres no las he cortada porque eso sería una terrible transgresión, pues mi Padre me permitió irme con mis alas. A diferencia de mis otros hermanos, que les fueron quitadas las alas, me los he encontrado a lo largo de los años sorprendiéndose al verme con mis alas. Para ocultar mis alas, tengo que canalizar parte de mi energía espiritual en la parte de mis alas, haciéndolas funcionar con un camuflaje en cualquier lugar donde me encuentre.

A lo lejos veo un carro rojo, noto a una chica joven levantando las para que pare. Bajo la velocidad deteniéndome justo a su lado, es una chica realmente bella tiene un top blanco que le cubre los pechos, con una chaqueta amarilla, y un short corto pegados a sus muslos también al igual que sus zapatillas. Hago sonar un poco la moto bajándome, retirando el casco de la cabeza la chica me mira con deseo mordiéndose el labio camina hasta mí.

–Muchas gracias –habla con la voz coqueta –mi auto se quedó sin gasolina. Puedes ayudarme guapo –intenta tocarme, pero la evito.

–Déjame ver –subo a su auto notando que el medidor del combustible está bien lleno.

–No te muevas –escucho a la chica haciendo sonar un arma, regreso mi mirada hacia ella apuntándome con el arma –toca el claxon –ordena y lo hago.

Escucho uno movimientos de las ramas junto al bosque, observo salir un chico alto, ancho claramente se dedica mucho al gimnasio y este también me apunta con un arma. Rodea el carro de frente, hasta colocarse con la chica y la sujeta con de la cintura atrayendo la hacia él –excelente trabajo mi amor –besándola con pasión mientras me apuntan con sus armas. Se separan de su beso –no deberías pararte a ayudar a personas desconocidas –habla el sujeto –bájate –obedezco –es una hermosa moto, me gusta mucho. Serias tan amable de darme las llaves.

Se la están buscando, pero les daré una lección mucho mejor salgo del auto y le arrojo las llaves de la moto –es todo. Déjenme –hablo suave tranquilo, en este momento sería capaz de librarme de ellos, pero les daré otro escarmiento.

–La billetera –pide la chica, meto la mano en mi bolsillo trasero y le entrego. Total, no tengo nada ahí, solo mis documentos personales el cheque con el dinero que iba a pagarle a ese sujeto que me hablo sobre la corona lo tengo conmigo.

La chica se sube al auto mientras su novio va en mi moto, los veo alejarse perdiéndose en la curva reviso detrás de mí que no haya nadie que pueda verme, vuelvo mi vista hacia el frente y en un solo movimiento mis alas salen estirándose después de tanto tiempo contraídas y con un solo batir de ellas me elevo sobre los árboles. En dirección de aquella pareja, que se atrevió a robarme encontrándolos de inmediato o se dan cuenta de mi presencia, aquel sujeto está haciendo unas maniobras algo arriesgadas en mi moto. Al fin deciden parar en una gasolinera, bajan tranquilamente de los vehículos eh ingresan a la tienda de la estación a comprar, aterrizo en un lugar un poco apartado entre los árboles. Volviendo a ocultar mis alas. Salgo del bosque de árboles y camino, como si nada hasta mi moto, antes siempre cargo conmigo una copia de seguridad de la moto. Al acercarme uno de los trabajadores de la estación, me observa con detenimiento dije que me iba a cobrar por robarme. Enciendo la moto.

–Hey… ¿Qué haces? Detente –habla trabajar de la gasolinera.

Lo ignoro por completo, centrándome en el auto doy una fuerte patada a la puerta de piloto, y otra al espejo retrovisor activándose la alarma del auto observo a la pareja que sale apresurada de la tienda. Se quedan observándome sorprendidos, me subo a mi moto colocándome el casco, moviendo mi mano en señal de despedida acelerando la moto partiendo del lugar. Voy a máxima velocidad para evitar encontrarme con ellos, porque no será tan amable esta vez con ellos, con respecto a la billetera se las pueden quedar no había nada de valor ahí.

Después de un largo viaje y de un pequeño inconveniente, finalmente llego hasta mi edificio donde vivo, dejo la moto en el estacionamiento junto a mi auto de color negro. Dejo activando la alarma de la moto, dirigiéndome hasta mi departamento en el cuarto piso, tomando el ascensor llego hasta mi puerta. Saco la llave abriendo la puerta, observando que todo está bien ordenado, nada está fuera de su lugar camino hasta la cocina para servirme un poco de agua voy hasta mi cuarto, recostándome sobre mi cama soltando un gran bostezo de frustración por no conseguir la corona, llevo buscándola por más de tres mil años sin tener éxito.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.