Sin Mirarte Ni Tocarte

ISABELA

Hoy comienzo a realizar mis prácticas, junto a Eli en el hospital de la Esperanza gracias a la intervención de su madre, nosotras ya comenzamos mientras otros de nuestros compañeros de carrera recién el día de ayer se les designaron, los lugares donde realizar sus prácticas. Salgo de la ducha bañada envuelta en una toalla, dirigiéndome hacia mi habitación donde me espera, mi uniforme de enfermera sobre la cama listo para ponérmelo e irme a trabajar. Es una pena que no sea remunerado, esta labor de prácticas, pero adquirimos la experiencia necesaria para desenvolvernos en nuestra vida profesional futura.

Puesto el uniforme blanco, al igual que mis zapatillas me miro al espejo peinando mi cabello llevándolo todo hacia atrás, atándolo en una bola grande tras mi nuca. Tomo mi mochila y salgo de mi cuarto dejándolo cerrado con llave, salgo a la calle a esperar por Eli para irnos juntos al hospital. Espero unos minutos hasta que por fin veo el auto de Eli, llegando estacionándose junto a mi abriendo la puerta ingreso al auto.

–Hola Eli –saludo dándole un beso en la mejilla.

–Dudabas que llegaría ¿cierto? –me dice interrogándome.

–Tal vez –contesto –sé muy bien, que madrugar no se te da bien.

Me mira un poco –solo de vez en cuando –dice y arranca en dirección al hospital.

Vamos con al de prisa a pesar de ser temprano, para que llegue nuestra hora de entrada el hospital se encuentra por la parte norte de la ciudad. Vamos con tranquilidad hasta que por fin llegamos, Eli ingresa hasta el estacionamiento aparcando su auto salimos en lo que ella activa la alarma del auto, caminamos hasta la recepción para presentarnos con la persona encargada de nosotras.

–Ufff… estoy algo nerviosa –dice Eli.

–Yo también –respondo.

Mi cuerpo está muy tenso, siento una presión en mi pecho como si me dificultara respirar, esto siempre sucede en cualquier persona al pisar un terreno diferente y poco a poco se irá desapareciendo. Cuando ya nos adaptemos, a este terreno desconocido para nosotras.

–Vamos podemos hacerlo –habla con ánimo Eli.

–Tienes razón –contesto.

Nos tomamos de las manos mirándonos a los ojos asentimos con la cabeza, caminamos con mucha decisión hasta la entrada, donde las puertas corredizas se abren dándonos paso para ingresar. Miro que hay pocas personas aquí, bueno personas que trabajan aquí. Han pasado toda la noche haciendo, su guardia atendiendo cualquier emergencia que se pueda presentar, caminamos hasta la recepción donde se encuentran dos enfermeras que se notan que no han dormido nada.

–Buenos días –saludo con amabilidad, las dos enfermeras se nos quedan mirando con detenimiento –somos las estudiantes designadas, para realizar las practicas aquí en el hospital.

La enfermera se me queda viendo, y la otra recuesta su cabeza sobre el teclado de la computadora –tienen los documentos –habla la enfermera.

–Si –contesto.

Sacamos los papeles que nos entregaron, al momento de presentarnos aquí en el hospital, se lo entregamos solo el mostrador a lo que ella los toma revisándolos detenidamente –muy bien señoritas, todo está en orden. Síganme por favor. Elena te quedas a cargo –se dirige a su compañera de trabajo, que responde soltando un gruñido en confirmación. Sale de la recepción colocándose, frente a nosotras –síganme.

La seguimos por el pasillo sin decir, palabra alguna solo caminamos –mis nervios volvieron –me dice Eli en un susurro.

–Ya somos dos –respondo.

Mis nervios también volvieron por lo tanto trato de relajarme, al respirar correctamente disminuyendo en gran medida la tensión que tengo en todo mi cuerpo. Llegamos hasta una puerta, donde la enfermera toca escuchando una voz femenina del otro lado.

–Adelante.

La enfermera abre la puerta, ingresando y nosotras la seguimos tras de ella –buenos días doctora –saluda a una señora que parece que ya tiene unos cuarenta años creo –le traigo a las señoritas, para realizar sus prácticas pre profesionales.

La doctora se nos queda observando –gracias Sofía, puedes retirarte –la enfermera que nos trajo se retira –bien señoritas –se levanta de su asiento tras el escritorio –mi nombre es Martha de la Torre. Y yo estaré a cargo de ustedes, durante todo el tiempo que van a realizar sus prácticas en este centro médico. Tomen asiento.

Tomamos asiento frente a su escritorio –permiso –decimos ambas juntas, sentándonos en las sillas. 

–Tú debes ser Elizabeth –se dirige a Eli que asiente confirmando –y tu Isabela –asiento –Fernanda me conto sobre ustedes y aspiro que, ustedes cumplan con todas las palabras que la doctora Fernanda me hablo sobre ustedes.

¿Por qué siento que la señora Fernanda se pasó adulándonos?

–No se preocupe, somos muy responsables –digo con la voz algo tenue.

–Lo noto –junta sus manos, mirándonos atenta escaneándonos completamente –en fin, pasemos a lo nuestro. Con respecto a su horario de ingreso, ustedes deben estar aquí a las siete de la mañana.

–¿Cómo registramos nuestra llegada? –cuestiona Eli.

–Ustedes no lo harán como lo hacemos, el personal laboral de este hospital en la máquina de la huella digital. Yo les voy hacer, un cuaderno de registro en el que, ustedes pondrán su hora de llegada y hora de partida con su firma. Ese cuaderno siempre estará aquí, en esta oficina y ustedes lo llenaran. Entendido –asentimos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.