Sin Mirarte Ni Tocarte

DARKNAEL

Estoy preocupado, muy preocupado el tiempo se está terminando lo inevitable pronto va a suceder y no podré hacer nada para evitarlo, nada de lo que he hecho durante todos estos años ha funcionado por más que intento escapar alejarme ella no puedo hacer. Es imposible escapar de nuestro destino, muy pronto tendré que encontrarme con Isabela y no podré hacer nada para evitar que ella perezca de nuevo como siempre lo ha hecho. La única opción que tengo es encontrar su corona y volver al cielo, para evitar esta tragedia no quiero causar nuevamente su muerte, ya tengo suficiente con este castigo que me impuso mi Padre.

Apoyado sobre el pasamanos, mirando a la distancia los primeros haces de anaranjados del sol levantarse de una forma, tan natural y hermosa sintiendo la suave brisa fría del amanecer contra mi cuerpo. El sol sigue levantándose hasta, que un rayo de sol me golpe sintiendo la suave calidez de ese amanecer. Separándome el pasamano retrocedo, bajando hacia mi departamento de solo llegar ahí noto un extraño ambiente, abro la puerta de para encontrar con Lucas sentado en el mueble sujetando un vaso con vodka. En la mesita, también noto la botella de nuevo le fue mal en su cita, camino hasta el sentándome frente a él.

–Si no vas a tomar conmigo, será mejor que te vayas –me dice en tono serio.

Lucas no es de tomar, de hecho, se le da falta beber alcohol además de que le tengo prohibido llegar borracho a casa. Aunque eso no le impide, que venga a tomar aquí. Sin embargo, él sabe bien mis reglas y las respeta.

–Otra decepción ¿cierto? –me levanto del mueble caminando hasta la cocina, tomo la tetera llenándola con agua, colocándola a hervir.

–Es tan difícil, encontrar a la mujer indicada. No lo puedo creer –toma la botella de vodka sirviéndose otro vaso bebiéndolo.

–Te habrás lanzado como siempre –se lo digo en broma

–Claro que no. No soy así y lo sabes.

–¿Entonces?

–Me uso para darle celos a su ex novio. Puedes creerlo –se levanta furioso, reteniendo el deseo de impactar el vaso contra el piso.

–Solo espero…

–Lo golpee –me interrumpe. Lo quedo viendo de manera sarcástica –Hey… quítame esa cara, fue ese tipo quien inicio. Yo estaba de lo mejor bailando con esa chica, hasta que ese idiota llego arruinarme la fiesta. Yo solo respondí a su agresión, para darme cuenta que esa chica le estaba pidiendo perdón, por causar la situación al querer darle celos.

–Entonces fuiste el mediador entre ellos, los ayudaste a reconciliarse –la tetara pita, apago el fuego preparando un poco de café.

–A cambio de que yo quera como él malo –se sirve otro vaso de vodka y camina hasta a mí tomando una taza de café –¿soy tan ingenuo? –pregunta bebiendo un poco de café.

–Creo que si –digo en broma.

–Tu que sabrás, sino tienes el valor para ir hablar con esa chica que dices estar enamorado –bebe otro sorbo de café depositándolo en el mesón.

Dejo la taza de café después de haber bebido un poco –voy a salir de viaje, quedas a cargo camino dirigiéndome hacia mi habitación.

–Siempre huyendo del tema. –tiene razón estoy huyendo –Vas a China por lo de la corona.

–Compórtate en mi ausencia –digo cortante.

Ingreso a mi habitación, donde apretó los puños y mandíbula huir es la única opción que tengo para salvarla, es lo único que me queda después de tantos fracasos al intentar salvar de su inevitable destino. Tomo unas cosas y las guardo en una mochila pequeña, saliendo de mi habitación cuando escucho el sonido de una notificación llegar a mi teléfono.

–Te acabo de enviar la información que necesitas –me dice arrimado desde el mesón, bebiendo su café.

–Ya regreso, quedas a cargo –salgo del departamento.

Saliendo a la calle camino, tratando de distraerme un poco olvidarme de las palabras de Lucas que tiene toda la razón. Hago parar un taxi y lo hago conducir hasta más arriba de la salida de la ciudad. Le pago y este se retira, fijándome bien que no hay nadie a mi alrededor extiendo mis alas y de un solo batir de ellas, me encuentro a una gran altitud sobre las nubes volando en dirección a China. Para que viajar en avión, si bien puedo sacar mis alas y volar libremente por el cielo, sintiendo como las nubes chocan sobre mí. En poco tiempo me encuentro sobre el pacifico, llegare en poco tiempo cuando la noche cae sobre mí al fin llego, a mi destino gracias a mis alas puedo volar más rápido que un avión, súper sónico del ejército. Sobrevolando sobre las nubes noto las luces de las ciudades, pero son de Japón agito más mis alas dejando de largo este país para llegar a mi verdadero destino. Al fin llego, me aparto a un área apartada para descender mirando que no haya nadie aterrizo ocultando mis alas camino hacia la ciudad, todavía es de noche reviso mi celular y son las diez de la noche. Detengo un taxi dirigiéndome a un hotel para descansar un poco, ingreso dentro del hotel y es bien lujoso me dirijo a la recepción donde la chica que atiende se me queda mirando muy atenta.

–Una habitación –hablo suave.

–Eh… si –la chica se entrecorta al hablar, entregándome la tarjeta de mi habitación. –Si necesita algo, por favor llame a recepción.

Toman la tarjeta de mi habitación, dándole una sonrisa a la chica, aunque no es propio de mi coquetear con las mujeres, simplemente lo hago por cortesía y es por mi apariencia que se me quedan mirando y es algo que para mí no tiene importancia. Tomando el ascensor llego al piso de mi habitación entrando, no enciendo las luces me dirijo hacia mi habitación para dormir, aunque hace poco me acabo de despertar. Para los ángeles, el sueño como otras costumbres de los humanos no influye nada, no nos afecta en nada. Me quedo dormido un poco despertándome después de cinco horas de sueño.




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