Sin Mis Chicos (sc Libro#2)

6. Dagas de Tensión

Lucy

-No puedo creer que me hayas convencido de venir. -comento molesta.

-Ay vamos, sé que te divertirás. -Nicolás suelta una risa y continua jalándome por el enorme patio delantero de la casa en donde se realiza la fiesta de año nuevo. La cual es la misma que hace dos años cuando se me declaró.

-Sí, Lucy, no seas aguafiestas. -Dany habla a mis espaldas.

-Pero no quería venir, hay miles de lugares para pasársela esta noche. -Me vuelvo a quejar.

-Sí, pero papá no me iba a permitir venir sola, así que Nico sí o sí debía venir y él no vendría si tú no. -Gisele habla, así que suspiro.

-Más les vale a los tres mantenerse cerca, no quiero tener que andarlos buscando y encontrarlos metidos en problemas. -Les advierto. -debieron esperar al menos un año más para asistir a este tipo de fiestas.

-Ay por favor, Alex vino a su primera fiesta a los quince. -Dany se queja.

-Lo sé, pero eso es diferente, Alex... es Alex.

-Tus argumentos no tienen sentido. -Dylan comenta, así que ruedo los ojos. La música comienza a sonar realmente fuerte.

-Solo, no vayan a tomar nada que no se sirvan ustedes mismos, manténgase cerca los tres y cero alcohol o sustancias ilegales. -Les advierto y mi novio finalmente me apoya con aquello.

-No se amontonen con la gente y si lo hacen, no se suelten entre sí ¿ok? -Les añade y los tres asienten de acuerdo. Al primer lugar que nos dirigimos es a la barra de bebidas. Pido sodas para los cinco y nos incluimos en la fiesta.

Regresar aquí me trae demasiados recuerdos. El año pasado, no salimos a ninguna parte en esta fecha, recuerdo haber estado en casa con mis padres, mi mejor amiga y Nicolás. Mis hermanos mayores (menos Tomás) fueron los únicos que salieron y regresaron hasta en la mañana con mucha resaca. Yo fui la encargada de hacerles un café para que se les bajara. Incluso Chris estaba con ellos y parecía que iba a morir en cualquier momento. No fue nada bonito escuchar cómo vomitaba una y otra vez en el baño.

Miro a mis hermanos a lo lejos bailando con mi cuñada muy entretenidos. Probablemente es su primera fiesta de muchas a las que asistirán ahora que están en secundaria. Espero que sean más responsables que nuestros hermanos mayores quienes a veces no tienen autocontrol cuando se trata de alcohol.

-¡Déjalos tranquilos, pareces una madre! -Nicolás me grita entre el bullicio de la música.

-¡Solo quiero evitar que algo malo les pase!

-¡Estarán bien! -dice y toma mi cintura para apegarme a él mientras seguimos bailando. Una canción desconocida en español suena tan fuerte que siento cómo mi pecho retumba con el ritmo. Varias chicas se suben a la barra de bebidas y comienzan a gritar. Ellas ya están muy borrachas.

-¡Llegó el rey de la fiesta! -Una voz familiar grita cerca de nosotros. Abro los ojos como platos al ver a Tomás caminando de la mano con Tere en nuestra dirección.

-¡¿Qué hacen aquí?! ¡¿Con quién dejaron a Amber?! -les grito por sobre la música. Tere se inclina hacia mí.

-¡Tú no te preocupes! ¡Quedó dormida y mi madre prometió vigilarla! -me responde despreocupada mientras menea las caderas al ritmo de la música. La canción cambia en ese instante y una con una melodía menos escandalosa comienza.

-Regresamos al lugar de los hechos. -habla mi hermano rodeando la cintura de Tere con un brazo.

-Ni se les ocurra darme otro sobrino, ahí no dudaré en matarlos a los dos. -les advierto.

-Prometí no beber... al menos no tanto como esa noche y además, ahora casi somos adultos y responsables, tomo pastillas así que no te preocupes si nos perdemos por ahí. -dice ella, así que hago una mueca. Imaginar a mi mejor amiga y mi hermano en pleno acto salvaje no es una imagen para nada agradable.

-Concuerdo con mi chica, además ya tenemos demasiada responsabilidad con Amber, por suerte Derek siempre está dispuesto a hacerle de niñera. -Tomás se encoge de hombros y se menea con la música. Tere le sigue el ritmo con una sonrisa.

-¿Nos harían un favor? -Nicolás habla y la pareja lo observa.

-Depende. -Tomás lo señala.

-Solo queremos que vigilen a los gemelos y a Gisele, pero no ahora mismo, sino después del conteo de medianoche. -le dice, así que lo miro.

-¿Eso por qué? -Tomás inquiere.

-Quiero llevar a Lucy a un lugar a esa hora.

-¿Irán a la playa? -Tere preguntó emocionada. Mi novio sonríe y asiente.

-Sí, quiero desbloquear recuerdos esta noche. -dice y se acerca a besar mi sien derecho. Inevitablemente alzo las comisuras de mis labios.

-No olviden la protección, no creo que les vaya a ir igual que a nosotros si nos salen con mini Lunis. -La rubia dice y yo frunzo el ceño.

-¿Mini qué? -le pregunto.

-Luni. -alzo una ceja. -Es su nombre de pareja, créanme me costó decidirlo, sus nombres no combinan. Igual ya saben a lo que me refiero, nada de noches locas sin el globito de látex.

-Claro que no... No soy tú. -agrego y ella me da una mala mirada.

-Mejor vamos a bailar. -mi hermano sugiere y Tere asintió frenéticamente jalándolo a la pista de baile. Río y también jalo a Nicolás para poder bailar.

 

***

 

-TRES... DOS... UNO... ¡FELIZ AÑO NUEVO! -Todo ser en la casa grita. Sonrío y tomo a Nicolás del cuello de su camisa para darle el beso de medianoche que tanto llevaba esperando. Él suelta una risa desde lo profundo de su garganta sin romper el contacto y me atrae a él. Rodeo su cuello con mis brazos y sonrío.

Es un beso muy romántico y dulce, como todo él. Su boca sabe dulce por la soda que ha estado bebiendo toda la noche y sus manos se aferran a mi cintura dándome ligeros masajes con sus pulgares en esa zona. No había prisa por separarnos, pero necesitábamos oxígeno al ser humanos, así que creamos nuevamente espacio entre nosotros para tomar el aire necesario. La música vuelve a sonar y esta es nuestra señal para irnos. Nos perderemos un rato y regresaremos por nuestros hermanos en aproximadamente una hora.




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