Rubén
-¿Qué fue eso, Chris? -pregunto finalmente, después de asegurarme que Rachel está lo suficientemente lejos para no escucharnos.
-Yo... no lo sé, no lo recuerdo. -contesta rascándose la nuca.
-Pensé que ya habías superado esa fase.
-¡No me culpes! Ni siquiera recuerdo la mitad de la noche, estaba borracho hasta las uñas y... no sé qué pasó.
-Admite que de alguna manera sientes algo por ella. Ya, dilo sin vergüenza aunque es más que obvio que es así.
-¡Qué no es así! -objeta, molesto.
-Ay por favor, ha pasado más de un año desde el incidente y aún piensas en ella cuando te acuestas con alguien, apuesto que con la tipa esa no fue la única.
-Vete a la mierda, Rubén. -dice y se gira para terminar de vestirse por completo.
-Eso me indica que es un sí.
-Que te vayas a la mierda. -Recalca cada palabra, observándome.
Suelto una risa ronca en forma de burla mientras él termina de buscar su ropa en el suelo. Aún no sé cómo acabé en la misma cama que él y la tipa, tengo muchísimas dudas, pero no quiero bombardearlo después de lo sucedido.
Es muy claro que Chris de alguna manera está demasiado afectado por Rachel. Aquella ocasión en la que los encontré besándose lo dejó muy marcado por lo visto. Ese asunto ya está en el olvido para mí, pero Christian lo tiene aún en mente y parece atascado en ese recuerdo. Como le dije, creí que había superado esa faceta. Rachel inunda su cabeza todavía.
Él no lo ha aceptado y probablemente nunca lo haga porque enamorarse o querer a una persona románticamente no es lo suyo. No recuerdo la última vez que me dijo que le gustaba alguien, jamás ha sido así. Creo que eso también me hace dudar si en verdad siente algo por mi amiga o solo sigue encaprichado, aunque para ser un capricho, es demasiado.
Me cuesta pensar en ellos en una relación, ya que Rachel obviamente no lo ve igual, ni siquiera parecido. Ambos suelen tener muchos choques de personalidad en ocasiones mientras que otras veces parecen pasarla bien bromeando y burlándose entre sí, como en cualquier amistad. No sé qué pensar al respecto la verdad.
-Necesito un buen café negro y una aspirina. -comenta el pecoso mientras bajábamos las escaleras.
-Yo también, aunque en serio, no debimos beber tanto.
-La vida es solo una, hay que disfrutarla de vez en cuando. No había tomado así desde la fiesta del año pasado.
-Sí, claro.
-¡Te lo juro! Además, ya sabes que últimamente las pasantías en el hospital me tienen colgando de las pelotas, apenas tengo tiempo de respirar.
-Bueno, tú mismo elegiste estudiar medicina.
-Lo sé, aunque a veces siento que me arrepiento, pero... hacer lo que los doctores no pudieron hacer por mis padres, es algo que quiero lograr. -dice y suelta aire. Lo volteo a ver y llevo mi mano a su hombro para darle un ligero apretón.
No me gusta cuando hablaba de sus padres, es realmente devastador verlo decaído al mencionarlos. Él siempre ha sido muy extrovertido, alegre y espontáneo, se vuelve todo lo contrario al tratar de ellos, puesto que fue muy apegado a los dos en su momento. Los perdió de tirón junto con quien iba a ser su hermana, ya que su madre llevaba un bebé de 5 meses del que la familia aún no se enteraba. Solo él, su padre y su madre sabían de su existencia. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de anunciarlo.
Lo atormenta día a día pensar en que estaban vivos cuando los encontraron, pero que no pudieron sobrevivir en el hospital por mera negligencia. Eso fue lo que le hizo tomar la decisión de su vida y bueno, ya casi se encuentra por graduarse de medicina general. Ya solo le hace falta este año de pasantías y está fuera, mientras que yo me encuentro a meses de mi graduación y ya podré trabajar. Él aún va a medio camino para ser cirujano y me siento como un padre orgulloso.
-Vayamos por ese café mientras me explicas por qué acabé contigo y con una chica en una misma cama. -le digo y él aprieta los labios algo nervioso.
-Tú ya estabas cuando llegamos... -murmura sin dirigirme la mirada.
Una vez llegamos al auto, frunzo el ceño.
-O sea que me vieron ahí dormido y ¿aun así tuvieron sexo? Eres un cerdo. -le reprocho.
-¡No había más habitaciones! Además, ni siquiera nos notaste, estabas más tieso que un cadáver. A ella no le molestó porque le dije que eras mi amigo.
-Tienes suerte que la cama era espaciosa. -le señalo acusadoramente.
-Lo siento, no estaba consciente de nada y no iba a perderme de un buen polvo. -se rasca la nuca, nervioso, pero me limito a observar.
-A la próxima no dudaré en darte una paliza, Christian. -le advierto y él suelta una risa. -Pensé que había hecho un trío y no lo recordaba.
-Si hubiésemos hecho un trío te habría recordado cada momento de la velada. -me guiña un ojo y vuelve a reír.
-Mejor mete tu trasero al auto de una vez.
-Sí, señor. -responde tono militar antes de abrir la puerta del copiloto y entrar al auto. Yo hago lo mismo del otro lado y nos largamos de aquel lugar.
Derek
-Llegamos. -Debi me avisa bajándose del auto. Admiro el panorama con impresión.
Después de anoche, todos regresamos alrededor de las tres de la mañana a la casa y fuimos directo a dormir. Comí y bailé como jamás lo había hecho. Claro, no soy muy bueno, pero al menos aprendí a bailar salsa con mi novia. Fue realmente entretenido, desde que soy un adolescente, siempre me la he pasado fuera de casa en año nuevo y a mis padres no les importaba demasiado. En cambio aquí, absolutamente todos estaban en familia haciendo de todo. Incluso una competencia de baile en la cual ni me molesté en participar. Soy malísimo en ello y no me avergüenzo de aceptarlo.
En fin, hoy siguen celebrando, puesto que son las dos de la tarde y la familia se encuentra reunida en el rancho de los abuelos de Debi para poder asar carne. El terreno es enorme. Hay una casa muy rústica y no demasiado grande en el medio del campo. Un corral de vacas colocado a la derecha de la casa el cual por el momento se ve vacío porque seguramente están pastando. Un par de caballos se aprecian en otro corral diferente y una laguna está ubicada a varios metros del lugar. El agua parece muy cristalina, pero no creo que se pueda nadar en ella.