Lucy
-¿Qué se siente llevar ya dos semanas sola en Nueva York? -Nico pregunta con sus ojos algo adormilados.
-Nada que no haya vivido antes. -bostezo y lo observo a través de la pantalla. -Te extraño.
-También me extrañaría a mí mismo si fuera tú. -dice, por lo cual termino rodando los ojos. -Bromeo, también te extraño mucho. No paro de contar los días que faltan para verte.
-Espero podamos vernos para nuestro aniversario.
-Dos años juntos. Parece que no ha pasado nada.
-Sí, el tiempo se ha ido volando. -sonrío.
-Si no nos vemos para ese día, seguramente lo haremos en la boda de papá y Char. -sonríe ligeramente. -Quieren hacer el evento en las primeras semanas del verano.
-Será un deleite verte de saco y corbata.
-Y para mí suena increíble la idea de verte con un vestido ajustado.
-Ya no sé ni cómo tomarme tus comentarios. -suelto una risa y cierro los ojos unos segundos. -Muero de sueño.
-Sí, ya debemos dormir. Estamos a mitad de semana, no deberíamos desvelarnos.
-Sí, papá. -bromeo y abro los ojos. -Antes de que te vayas, había olvidado por completo decirte que efectivamente papá te ama.
-¿Tu papá dijo que me ama?
-Indirectamente, sí... dijo que te pondría en el muro familiar allá en casa. Más precisamente pondrá la foto que mamá nos tomó en el día del baile.
-¿En serio? -pregunta abriendo un poco los ojos, los cuales están adormilados.
-Sí, el mismo me enseñó la foto con el cuadro. La próxima semana irán para allá, así que se llevó la foto para colocarla.
-Ya quiero ir a tu casa y verlo por mí mismo.
-Me hubiera encantado estar en casa y ver la reacción de mis hermanos. Apuesto que se les caerá la mandíbula.
-Claro que se les caerá, es Demian Roberts haciendo algo significativo por su yerno.
-Sí, eso tiene mucho sentido...
-Siento, que me dormiré en cualquier momento. -comenta y bosteza sonoramente. -Es realmente tarde.
-Entonces, buenas noches, ojos zafiro.
-Buenas noches diamond. -es lo último que dice antes de lanzarme un beso y cortar la llamada.
Una vez suelto el teléfono. Caigo en un sueño profundo hasta la mañana siguiente.
***
El día fue realmente tranquilo, en la clase de Jeremiah, mi profesor de literatura, no ocurrió nada raro esta vez, solo me saludó cuando la clase terminó y eso fue todo. Me salvé del ajetreo que es cambiar de profesor a mitad de semestre.
Una vez en el trabajo, lo primero que veo es a Stella hablando con una mujer en el mostrador, ella está de espaldas hacia mí y su cabello se me hace familiar. Me acerco sutilmente y saludo a la pelinegra de mechas rojas quien me devuelve el saludo de inmediato, por lo cual la mujer también se gira a verme.
-¡Sobrina! -exclama con una gran sonrisa. Es la tía Louisa, hermana menor de mamá.
-Tía Louisa, ¿qué haces por acá? -sonrío devolviéndole el abrazo fuerte que me está proporcionando.
-Estoy buscando nuevos maquillistas para una sesión de fotos de la tienda. Tengo nueva mercancía y necesito hacerle promoción lo más pronto posible. Conozco al dueño de aquí y sé que hay muchas profesionales.
-No sabes las ganas que tengo de ir a tu tienda un día.
-Sabes que puedes llegar el día que sea. Eso sí, salgo muy frecuentemente, así que avísame y yo misma te atenderé... y te daré un pequeño descuento familiar. -me guiña un ojo por lo cual me río ligeramente. -Ahora te pregunto a ti, ¿qué haces aquí?
-Aquí trabajo.
-¿Aquí es? -abre los ojos con algo de sorpresa mientras esbozaba una sonrisa.
-Sí, desde hace ya un tiempo.
-Cuando tu mamá me dijo que habías comenzado a trabajar, me sentí algo mal, yo quería que trabajaras conmigo en la tienda, así pasábamos más tiempo juntas. -hace un ligero puchero que me causa gracia.
-Sí, mamá me lo comentó pero... quería empezar yo sola y encontrar un trabajo sin ayuda.
Ella sonríe dulcemente.
-Me recuerdas tanto a mí a tu edad. Cada vez me siento más anciana. -suelta aire y hace una mueca. Un carraspeo de garganta llama nuestra atención nuevamente.
-Acabo de llamar a Edward, dijo que hablará con usted personalmente en cuanto regrese de su viaje mañana luego de medio día si le es posible. -Stella le informa una vez ha apartado su móvil.
-Muchas gracias, linda ¿Te importa si acaparo un rato más a tu empleada? Prometo que no será mucho tiempo. -le dice colocando su mano en mi brazo. Stella nos da una mirada.
-Antes que nada... ¿No estará usted buscando más modelos de ropa? -pronuncia y coloca los codos sobre el mostrador con una pequeña sonrisa cómplice.