Sin Mis Chicos (sc Libro#2)

28. Gisele

Gisele

Luego de haber estado alrededor de 2 meses preparándome, finalmente ha llegado el día especial. Es el cumpleaños número 15 de mis gemelos favoritos, de hecho los únicos que conozco, pero mis mejores amigos después de todo. Estoy contenta de los regalos que tengo en mis manos, me levanté realmente temprano para poder ir a su casa antes del colegio y ser la primera aparte de su familia en felicitarlos y darles mi regalo.

Papá parece más lento de lo normal, me está estresando, pero debo mantener mi ansiedad guardada, debo ser paciente.

-¿Listo? -pregunto por cuarta vez mientras abrazo ambas cajas perfectamente envueltas, con impaciencia.

-Ya casi...

-Estás muy lento... -me quejo alargando la última palabra.

-No estoy muy lento, tú estás muy acelerada.

Hago puchero.

-Me voy a poner modo Frey.

-¿Qué? -pregunta confundido.

-¿Recuerdas que te hablé de aquel libro en donde te imaginaba como uno de los personajes porque también tiene heterocromía?

-Sí, lo recuerdo.

-Bueno, ese personaje tiene un hijo que no sabe mucho de autocontrol y la verdad es que estoy a un paso de llegar a eso.

-Tranquila, muñeca. No te entusiasmes demasiado, estoy listo. -él suelta una risa y besa mi frente. Sacude las llaves en su mano y se dirige a la puerta. Lo sigo aliviada.

-Perdón, solo estoy emocionada.

-Lo sé, te emocionas más por su cumpleaños que por el tuyo desde que son amigos.

-Tampoco es tan así.

-Claro que sí, ¿no le crees a tu viejo?

-No me gusta que te refieras a ti mismo como viejo. -hago puchero mientras él me abre la puerta del auto.

-Solo es un decir, cariño, no te lo tomes tan mal.

-Ya sé, pero no me gusta, todavía te falta mucho por vivir. -digo y lo observo a los ojos.

-Sí, todavía me tengo que casar y terminar de criar a la niña más hermosa y gentil que puede haber en la faz de la tierra -dice pellizcando mi nariz.

Sacudo la cabeza con una sonrisa en el rostro.

Entro al auto con prisa y acomodo los regalos en mi regazo con cuidado de no dañarlos. En cuanto aparcamos frente a la casa de los Roberts, sonrío ampliamente, bajo como puedo del auto y prácticamente corro a la entrada de la casa. Papá me sigue detrás y se encarga de tocar el timbre, ya que mis manos siguen ocupadas.

Julissa es quien abre, se ve tan contenta como siempre, aunque parece que le brillan los ojos más de lo normal. Para ser tan temprano y ella seguir en pijama, sé que es por el hecho de que sus hijos menores son un año mayores. Me encanta el amor que tiene ella por sus hijos, a diferencia de su esposo, parece no tener favoritismo por nadie, a veces pueden creer que tiene por Lucy, sin embargo a comparación de cómo trata al resto, es igual.

Se los dice una fuente confiable: yo.

Después de saludarla brevemente, me indica dónde están los chicos y corro hacia la cocina. Escucho a papá reír.

En cuanto veo a los gemelos, les sonrío y esta vez, me acerco con calma para dejar los regalos sobre la mesa, muy callada. Ellos parecen muy confundidos ante mi actitud tomando en cuenta cómo soy. Luego, una vez los regalos están seguros, los tomo desprevenidos aventándome sobre ellos para abrazarlos.

-¡Feliz cumpleaños, par de tontos! -chillo eufórica. Ambos me sostienen con fuerza porque casi los derribo hace un momento. Sueltan una risa y me devuelven el abrazo.

-Gracias, Gis. -dicen al unísono.

-Basta de abrazos, ¡Es hora de regalos! -chillo soltándolos para girarme hacia la isla de la cocina y volver a tomar las cajas.

-¿Qué será esta vez? -Dan pregunta ansioso.

-No te diré, entérate tú mismo. -pronuncio y les doy su regalo a cada uno. Los toman y de inmediato rompen la envoltura con prisa.

Me duele ver cómo mi esfuerzo porque quedaran bien envueltos, cae al suelo. Tomo aire y los veo a cada uno destapar su propia caja. Aprieto los labios aguantando la risa al ver sus rostros confundidos.

-¿Estás bromeando? -hablan al mismo tiempo. Esta vez no me aguanto y río un poco.

-¿Les gustan?

-No puedo creer que nos hicieras camisetas con tu cara. -Dylan habla.

-Hay que admitir que no se ve tan mal, pero... usar esto en público... -Dan le sigue con una mueca.

-¿Se avergüenzan de su mejor amiga? -hago puchero y pestañeo repetidas veces.

-No, Gis, es solo que... No lo puedo creer. -Dylan se aprieta el puente de la nariz.

-Deberían estar agradecidos que al menos les di algo. -me cruzo de brazos y les doy la espalda.

-No, Gis, nos encantan, no nos malinterpretes. -Dan dice con rapidez, siento que se me acerca, pero con una mirada hacia atrás, hago que retrocedan. -¿La cagamos, verdad? -lo escucho susurrar.




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