Sin Mis Chicos (sc Libro#2)

30. Persa

Lucy

La felicidad de mamá al ver al tío Carter, me hace sentir melancolía. Extraño a mis hermanos. Me da algo de temor que acabemos tan distanciados como mi madre y mis tíos. Trato de no pensar en eso, estoy segura que aunque todos viviéramos en países diferentes, mantendríamos la comunicación porque por mi experiencia viviendo en Nueva York, ellos siempre pasan al pendiente de mi vida y yo de las suyas. A veces es difícil organizar mi agenda, pero siempre dejo un espacio para ellos.

Río cuando veo que tanto como las hijas del tío Charles, como los del tío Carter, pelean por cargar a Amber, quién parece aturdida estando rodeada de tanta gente desconocida.

-Oigan, es mi nieta, no una muñeca. -mamá se acerca a ellas y la carga. Amber se abraza a ella algo asustada, todos mis primos sueltan un "aww" de lamento ante aquello.

-Dame a mi bis nieta, yo la cuidaré mejor. -la abuela aparece en el salón y le quita a la niña. Eso no calma a mi sobrina, sin embargo, la mini dona que le daz sí. Es de chocolate, así que imaginen el brillo en los ojos de Amber cuando la tiene entre sus manitas.

-¡Eso no es justo! ¡Hiciste trampa mamá! Sobornas a la niña con dulces, yo me la tuve que ganar de verdad. -la tía Louisa la acusa. La abuela simplemente sacude su mano en un gesto desinteresado.

-Tu hija es un encanto. -el tío Charles le sonríe a Tere.

-Gracias.

-Imagino que ha de ser difícil cuidarla y seguir con tu vida.

-Un poco, dejar de hacer algunas cosas por ella lo valen. Tom y yo hacemos lo mejor que podemos por darle una buena vida.

-Solo te aconsejo que no la consientan demasiado, ya vez cómo salieron las mías. -dice y sorbe de su vaso. Tere y yo reímos.

-¿No trajiste a Alissa, Charles? -mamá se acerca.

-Llegará dentro de un rato, estaba bastante ocupada.

-Espero sí sea por trabajo. -El tío Carter dice recostado en el sillón.

-Carter... -mamá lo reprende.

-¿Qué? No quiero que Charles pase por lo mismo que yo.

-Y no le va a pasar, deja de lamentarte, ya pasaron dos años.

-Lo sé... solo es difícil olvidar.

Aquí comienza un sermón por parte de mamá acerca del amor, relaciones y el seguir adelante.

Desafortunadamente el tío Carter también tiene una pésima suerte en el amor, probablemente se lo heredó a Rubén... Él ya pasó por dos divorcios, el primero porque al parecer, una vez casados, la relación decayó, así que a los dos años, se separaron. El segundo lo dejó con dos hijos mellizos Kai y Eli quienes son un año menores de Dan y Dyl. Fue un matrimonio de 5 años que se rompió por una infidelidad, recuerdo ver a mamá angustiada por él cuando sucedió. Al final, él se quedó con la custodia completa de sus hijos sin derechos a visitas de la mujer, por razones que desconozco.

-La soltería no es tan mala, hermanote. -la tía Louisa se acerca animadamente y se sienta en el reposa brazos del sillón donde se encuentra el tío Carter.

-En tu caso es diferente Lou. Todavía eres joven y no tienes hijos.

-Bueno, sí, pero, ¿acaso no sientes la libertad de no estar apegado a nadie?

-No, tengo dos hijos.

-Hablo en el ámbito amoroso de pareja, no paternal.

-¡Ya está la cena! -papá exclama saliendo de la cocina con un delantal puesto y una bandeja con un pollo horneado en sus manos cubiertas por guantes. El abuelo sale tras él con dos tazones que parecen puré de papa y ensalada.

-El que se levante por último, pone la mesa. -el abuelo anuncia, mis primos y yo coremos a la mesa de inmediato, tristemente yo soy la que está más lejos, así que me toca poner los platos.

-No sean desconsiderados, todos la van a poner. -la abuela se queja, mis primos hacen muecas y yo sonrío satisfecha.

-¡Nami! ñom, ñom. -Amber, exclama desde los brazos de la abuela mientras señala a la mesa.

-¿No se comió toda la dona verdad? -Tere pregunta poniéndose de pie.

-No, querida, solo le permití tres bocados, si no, no va a cenar. -Tere le sonríe y carga a su hija.

 

***


-Sí, sigo trabajando con él ocasionalmente, Edward tiene muy buenas estilistas para mis modelos, pero no, no creo que vayamos a regresar. -dice la tía Louisa.

-Ay hija, ya tienes casi 30 y no has tenido pareja en mucho tiempo.

-Mamá, estoy bien sola, no necesito un hombre para ser feliz y si algún día quiero un hijo, puedo adoptar y asunto resuelto.

La abuela suspira.

-No te estreses, deja a Louisa vivir a su ritmo. -el abuelo le da una mirada.

-Mamá lo que quiere es tener más nietos de los que ya tiene, ¿no te basta con la estampida de Juli y Demian? -tío Carter bromea.

-No es una estampida, cartera mal hecha. -mamá lo mira mal.

-Habíamos quedado que ese apodo se iba a quedar en la basura luego de haberte ayudado con tu esposo cuando eran novios. -la señala acusadoramente.




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