Sin Mis Chicos (sc Libro#2)

32. Londres

Nicolás

Espero pacientemente la llegada del vuelo de Lucy. Anoche me desvelé pensando en su noticia. Me ofendió el que supiese hace más de una semana el hecho de que viene acá y no me haya dicho hasta ayer. Aunque no puedo enojarme, la emoción lo superó.

Le doy vueltas a lo que sostengo en mi mano, es otra rosa de papel, justo como aquella que le di para su cumpleaños 17. No puedo creer que ya han pasado 2 años desde entonces. Parece que fue ayer cuando invertí mi tarde completa haciéndole ese regalo. Gisele fue de gran ayuda ese día, estuvo muy emocionada, ya que claramente ella apoya mucho al ship LuNi.

Recuerdo que le di eso porque en navidad ya le había dado una pulsera, que de hecho nunca la he visto sin ella desde que se la entregué. En esa nueva ocasión quise darle algo un poco más sencillo y significativo, me quemé un par de veces con el pegamento caliente que utilicé y valió la pena porque recibí mi primer muestra afectiva de su parte. Fue un simple beso en la mejilla, pero causó mariposas en mí. Tengo ese recuerdo muy fresco todavía.

Tal vez esta vez, reciba más que un beso.

En esta ocasión pasé toda la mañana haciendola.  Decoré la rosa con papel decorativo rojo y algunos listones. Todo para que se vea más vistosamente bonita. También traje chocolates, pero esos no son para Lucy, si no, para su tía en forma de agradecerle que la trajo hacia mí y de paso darle una buena impresión. Espero le gusten porque de lo contrario, no sabré qué hacer, ya que no la conozco muy bien. Tendré que utilizar mi encanto natural, supongo.

Muerdo mi labio, ansioso y me pongo de pie cuando escucho que ha llegado. Pasan alrededor de 10 largos minutos hasta que finalmente, la veo caminar junto a un grupo de personas, a través del pasillo de pasajeros. Ella parece no haber notado mi presencia, así que me acerco lo suficiente para poder llevar mis manos alrededor de mi boca y hacerle de megáfono como puedo, ya que aún tengo la rosa en la mano.

-¡Diamante, ya llegó tu Zafiro! -exclamo sin importarme que la gente me vea raro. Yo solo tengo ojos para Lucy quien es la única en el aeropuerto que entiende mi juego de palabras, por eso volteó de inmediato.

El corazón se me acelera mientras comienza a correr hacia mí. Hago lo mismo hasta tener nuestro encuentro. Sus labios van directamente a los míos a la vez que me rodea el cuello con los brazos. La sostengo de la cintura y la alzo ligeramente del suelo mientras la beso. Sonrío rompiendo el beso y finalmente poder verla al rostro a la vez que la vuelvo a dejar en el suelo.

Ya había visto fotos de su cambio de imagen, sin embargo en persona es otro asunto, me encanta su cabello castaño, es su esencia, pero rubia se ve fabulosa. Han hecho un gran trabajo. Jamás habría perdonado que le arruinaran el cabello. Creo que ella menos, estoy muy seguro que habría usado una tijera para apuñalar a cualquiera si un error sucedía.

-Te extrañé. -es lo primero que dice antes de esconder su rostro en mi cuello y dejar un casto beso en el área que logra ponerme los pelos de punta.

-Yo también te extrañé. -me abrazo más a su cintura y suelto aire aliviado. Me encanta tenerla entre mis brazos.

-Qué lindo es el amor. -escucho y Lucy suelta una risa.

Alzo la mirada mientras ella me suelta y finalmente veo en persona a la famosa Louisa Kinsely. Luce como una versión ligeramente más joven que mi suegra, mismo cabello, rostro, altura y sonrisa. El parentesco es obvio.

-Tía Lou, te presento a Nicolás, Nico, ella es mi tía Louisa.

-Un gusto. -Le sonrío y ésta se acerca a besarme la mejilla.

-Luces más encantador en persona, ya decía yo cómo es que Demian había dejado a su pequeña estar con algún chico.

-Supongo que me lo gané. -río y alzo la rosa para sacar el pequeño paquete de chocolates que escondí dentro del papel que la envolvía. Son dos nada más, pero conseguí de los mejores.

-¿Son para mí? -pregunta en cuanto se los extiendo.

-Un pequeño agradecimiento por traer a Lucy.

-Aww, eres un amor. -lleva una mano a su pecho. -Creo que vendré más seguido a Londres. -me sonríe tomando los dulces. Esta vez, le extiendo la rosa a mi novia.

-Esta es para ti.

-Yo también te traje un regalo, pero te lo daré hasta después. -besa mis labios nuevamente y toma la rosa. -¿Esta vez la hiciste solo?

-Sí, bueno, con Gis en llamada. Aunque solo me dio instrucciones, ¿eso cuenta como ayuda?

-Un poquito. -sonríe y esta vez, soy yo quien la besa.

-Ay Dios, me dará diabetes. Mejor vayámonos al hotel, necesito dormir. -Louisa anuncia y toma su maleta. El resto del grupito de gente con el que han llegado, se acerca. La mujer se reune con ellos.

-¿Son los demás modelos?

-Sí, al menos los Norteamericanos, faltan como 3 que son europeos, deberían ya estar en Londres. Aunque las tres chicas de rojo, son estilistas de Edward. -Lucy me informa entrelazando nuestras manos. -Ah y el alto fortachón es su guardaespaldas, lo creyó necesario por si las moscas.

-Sigo sin creerme que estás aquí.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.