Sin Mis Chicos (sc Libro#2)

34. Fosforito

Nicolás

-Ya, suelta al chico, es hora de irnos. -la tía de Lucy habla. La susodicha me da un último apretón en su abrazo y se separa de mí.

-No me extrañes demasiado. -tomo su rostro entre mis manos y la beso suavemente.

-Tú tampoco. -sonríe y toma mi muñeca, encaja nuestros anillos sonriendo y luego de otra breve despedida, se va.

Se siente tan duro dejarla ir, fue un fin de semana maravilloso. Creí que para esta fecha me la pasaría solo, sin embargo el destino a veces trae sus maravillas.

Ethan y Peyton, quienes se han alejado unos metros para darnos privacidad, se vuelven a colocar a mi lado para despedirse con la mano hasta que vemos a mi novia desaparecer por un pasillo a punto de abordar su avión.

Una vez su vuelo despega, suelto un suspiro, vaya lunes, lo peor es que dentro de un rato tengo clases y pues claramente debo asistir.

Ethan coloca una mano en mi hombro y le da un apretón sutil indicando que nos vayamos. Mi mejor amiga está bostezando cada tanto, de milagro madrugó hoy, solo por Lucy lo hizo y en parte por mí.

Subimos a su camioneta y nos vamos del aeropuerto directo a mi universidad. Me despido de ambos y me dirijo a la residencia. Tengo que ir por mis libros.

Entro con mi llave y lo primero que veo es a Will a medio vestir, peinándose frente al espejo. Éste me da una mirada mientras yo cierro la puerta nuevamente.

-Regresó, el perdido. -comenta soltando una risa.

-Fin de semana ocupado. -me encojo de hombros y me acerco a mi cama.

-El lugar se siente tan vacío sin ti. -replica dramático antes de acercarse a su cama y colocarse los zapatos.

-Mi novia anduvo por Londres este fin, recién vengo del aeropuerto.

-Mira qué lindo, vino para San Valentín.

-Fue mera coincidencia, pero no me quejo.

-Hubo una fiesta masiva ayer en una de las facultades. Debiste traerla, se habrían divertido hasta los huesos.

-No gracias, fue mucho mejor salir con ella y mis amigos a un lugar tranquilo.

-Qué aburrido eres a veces.

-Ah, sí, Peyton te manda saludos. -miento llamando su atención inmediatamente. Río al verlo disimular su desinterés.

-Ah, que bueno.

-Bueno, de hecho no te mencionó en ningún momento, pero es gracioso ver tu rostro.

-Estúpido.

-De igual manera quería hablarte de ella. -él arquea las cejas. -Te mintió la otra vez. Ulises es su hermano de hecho, no su hijo, así que puedes estar tranquilo, no serás padrastro. -me cuelgo la mochila en la espalda y le doy una palmada en el hombro antes de retirarme.

Río una vez afuera de la habitación, ya que lo dejé bastante sorprendido. Sé que no lo vio venir y ese era mi objetivo. De igual manera en algún momento se enteraría, sé que por Peyton nunca lo haría, así que tuvo que ser por mí.

 

***

 

Me inclino y apoyo mis manos sobre mis rodillas tratando de recuperar el aliento. Me siento deshidratado pero el partido de práctica está a nada de acabar. Con toda mi fuerza de voluntad, sigo corriendo tras la pelota hasta que finalmente el cronómetro del entrenador suena. Mi equipo ganó 4-2. Choco las palmas con mis compañeros y me acerco a las bancas, sumamente cansado.

El equipo universitario de básquet tiene un entrenamiento muy estricto y largo. Sin embargo, me gusta pertenecer a él. Me da bastantes créditos extras para mi carrera. He hecho varios amigos y la mayoría pertenecen a fraternidades. Todos me hablan maravillas de cada una, pero ya no estoy seguro si deseo unirme a una.

Al principio de año sí que me lo tenía planteado, pero ahora que lo pienso, es totalmente innecesario. Además estoy bien ubicado en la residencia y con buena compañía. Aunque no descarto la idea quizá para el próximo semestre.

Tomo agua y no puedo evitar vaciarme la mitad de la botella en la cabeza para refrescarme. Se siente tan bien que no me importa mojar el resto de la ropa. Aunque de todas maneras ya está empapada con mi sudor.

Me retiro la camiseta porque ya no la soporto y tomo mi toalla para secarme un poco. Tengo que ir a ducharme.

-Andrade ¿Qué te pasó en la espalda? -George, un compañero de equipo, me pregunta.

Frunzo el ceño e intento inútilmente verme a mí mismo.

-¡Ja! No lo puedo creer, ese fue un gran fin de semana. -Duncan, un moreno de acento alemán, suelta una risa.

Cierro los ojos una vez comprendo a lo que se refiere.

Fue Lucy.

Seguramente me ha dejado marcas de uñas en la espalda, unas que no dolieron, ni duelen. Ni siquiera me enteraba que las tenía.

-¿Sónde me consigo una de esas? -Fredy, otro jugador bromea. Ruedo los ojos y me río. Utilizo la toalla para cubrirme.

-Sé atento, cariñoso, gracioso, algo molesto y conquistarás a cualquier chica. -le guiño un ojo y tomo mis cosas para luego retirarme de ahí.




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