Chris
Salgo del hospital, prácticamente muerto. Estuve ayudando en una operación de casi 6 horas, fue una prueba práctica y fue divertido haber podido suturar al paciente cuando todo acabó. Supongo que mi nota estará bien porque la operación fue exitosa. Además el doctor que me tocó ayudar, es muy simpático. Tuvo música durante casi todo el procedimiento, aunque no por ello estoy menos cansado. Tuve que hacer guardia otro par de horas luego de eso. Ahora solo quiero mi cama y abrazar la almohada.
Conduzco hasta mi apartamento y subo casi arrastrando los pies. La gata de mi vecina, nuevamente está en mi ventana. Se ha encariñado conmigo y no sé si eso es bueno o no. Le doy un poco de atún que tenía guardado por ahí y procedo a desvestirme completamente, a excepción de mi ropa interior y me lanzo sobre mi mullida cama. En un instante me duermo y al despertar, es casi media noche.
Mi estómago ruge y por más sueño que tenga, voy a buscar algo a la cocina. Tomo un ramen de queso y procedo a prepararlo. Una vez el agua está hirviendo, lo coloco en la taza y lo dejo actuar. Busco mi celular mientras espero. La batería murió antes de que saliera del hospital, desde entonces no lo he visto, pero lo dejé cargando cuando me fui a dormir.
Tengo varios mensajes. Respondo un par y otros decido hacerlo hasta por la mañana así que procedo a ver los estados de WhatsApp. De esos sí que tengo muchos.
Mi ramen está listo, procedo a comerlo mientras sigo viendo los estados. Hasta que de repente el rostro de Hailey aparece en pantalla, una foto de ella, nada anormal. La siguiente es la que me deja un poco sorprendido. Es ella con un chico que desconozco. Ni siquiera puedo ver su cara, ya que se encuentra en el cuello de la chica dejándole un beso. Eso me causa una pequeña punzada en el pecho.
No hemos vuelto a vernos o hablar desde la graduación de Rubén. De hecho, nadie lo sabe, pero durante la celebración, el alcohol me llevó a terminar la noche besándonos. No pasó a más, aunque pudo hacerlo si no fuera porque huí a tiempo.
Aunque, la verdad, no quiero verla a la cara, no volver a caer en sus encantos, porque ahí sí será mi perdición. No debo involucrarme con ella por más que me gustaría repetir una y mil veces aquella primera tarde. Creí que ese día había saciado mi capricho, que estaría en paz luego de bajar mi calentura, sin embargo no fue así.
Sigo queriendo hacerle mil cosas cada vez que la veo y por eso la necesito lejos. Porque a ese paso... no quiero pensar en las consecuencias.
Pero esa foto, me causa muchas ganas de mandar mi necesidad de distancia a la mierda e ir directo a preguntarle por el tipo. ¿Por qué? No tengo ni idea.
Paso de la foto y me voy a Instagram a ver otras cosas. Pero el destino me da una mala jugada, ya que la primera publicación que me aparece es otra foto de Hailey con el mismo chico, en una feria aparentemente. Entro a su perfil de manera accidental cuando intento quitar la foto, lo primero que mis ojos capturan es que tiene unas historias destacadas con una inicial y un corazón. Mis dedos actúan por sí solos y abren las historias.
Todas del chico y en ninguna hay una etiqueta, ni se ve su rostro por completo. Son tres y la punzada en el pecho vuelve a aparecer.
-¿Qué diablos te pasa Chris? ¿Por qué te sientes así? Cálmate. -me hablo a mí mismo mientras aparto mi celular y salgo de la cocina para comer en el salón.
Como sin dejar de pensar en quién diablos es ese sujeto y por qué lo está presumiendo. No a cualquiera le haces una lista de historias destacadas o la subes a todas tus redes. Además ¿desde cuándo estarán saliendo? Nuestra última interacción fue hace ya casi un mes. ¿Sería desde antes o después?
No, no me voy a matar la cabeza en esto, no debería. Tengo cosas más importantes que mantener en mente.
***
-¡Chris! -gritan tras mi espalda mientras me rodean el cuello. Por poco salgo volando de mi silla.
-Casi me das un paro, Ayleen. -suspiro con una mano en mi pecho.
-Lo siento, me exalté, pero adivina qué. -suelta sus brazos de mi cuello y se coloca frente a mí.
-¿Qué? -apago la pantalla de mi celular, el cual gracias al susto, casi se me cae y miro a mi compañera de hospital.
-Canalice a una señora sin dificultad. -Dice y me suelta.
-Bueno, algún día te tenía que salir.
-Lo dices como si fueses el gran experto en ello. -me fulmina con la mirada.
-No soy experto, pero sé hacerlo.
-Ay ajá.
-Claro que sí. Claudia me enseñó varias veces.
-¿La enfermera que se retiró?
-Sí, estuve de guardia con ella presente varias veces y no desaproveché su experiencia para aprender un par de cosas prácticas.
-¿Y lo haz hecho alguna vez? -se cruza de brazos.
-Un par de veces. Debería haberme hecho enfermero.
Ella rueda los ojos.
-Como sea, ¿Quién era la tipa de las fotos que mirabas?
-¿Qué...?
-Sí, no creas que no te vi.
-Ah, no es nadie, solo alguien que sigo en redes. -disimulo con tranquilidad.
-No sé de qué hablan, pero me interesa. -Patrick, otro compañero residente, se acerca. Deja su estetoscopio sobre la mesa que tengo enfrente y se lanza en la silla que hay a un lado.
-Pues de que finalmente me salió una canalización sin problema. -Ayleen responde.
-Felicidades futura enfermera.
-Gracias, eres mucho más amable que Chris. -me da una mala mirada, pero la ignoro.
-Déjalo, sabes que tiene el ego más alto que el Everest.
-Como sea, Patrick, ¿sabes por qué Chris se la pasa viendo una chica en su celular, todos los días?
-¿Una chica de pelo corto? -Me tenso completamente ante su respuesta.
-Sí, esa misma.
-¿Cómo... ? -intento preguntar.
-Es fácil espiarte cuando te quedas viendo fijamente el celular. -Patrick suelta una risa.
-¿Es tu novia o algo así? -Ayleen me mira..
-"Novia" no entra en el vocabulario de Chris. -Patrick aclara mientras revisa unos papeles sobre la mesa. -Si no me equivoco, el otro día te vi saliendo de los baños con el enfermero pelirrojo. -me mira de reojo.