Sin prejuicios

Capítulo 9

Es una pena tener que marcharme de casa de Antonella porque en estos días me he sentido como una más en su familia, he descubierto cosas en Brandon que me han hecho darme cuenta en lo equivocada que estaba al juzgarlo por su apariencia de niño travieso y su manera tan chulita de dirigirse a mí por no hablar de su comportamiento tan rebelde. 
Ahora me parece un chico maravilloso, el cual se preocupa por todas las personas que le importan haciendo lo posible por satisfacer a todo el mundo guardándose para él su amargura. 
Termino de meter mis cosas en la bolsa de viaje cuando veo a Elisa que aparece con carita triste trayendo algo en su mano. 
Me pongo de cuclillas mirándola fijamente a su rostro apenado donde ella con actitud apenada me muestra un papel, me doy cuenta que es un dibujo donde estamos dibujados todos.

-Gracias Elisa , es precioso el dibujo.-Se ríe mostrándome su bonita sonrisa .

-Me alegro que te guste , pero Marlene estoy un poco triste porque te vas. -Su voz ahora suena bajita y melancólica.

-No estés triste Elisa porque... ¿sabes algo? -Ella niega con la cabeza.

-Vendré a visitarlos. Incluso iremos a comer un helado o iremos a parque.

-¿Me prometes que vas a venir a visitarnos? -Le sonrío con ternura .

--Te lo prometo -Levantamos nuestro dedo meñique y lo unimos sellando la promesa, Brandon aparece de la nada y con voz suave me avisa que mi tía me está esperando abajo. Me levanto del suelo y dejo un casto beso en la frente de Elisa. 
Ella se marcha algo más tranquila al parecer he podido convencerla de volver a vernos. 
Brandon se queda parado a pocos metros de mí mirándome fijamente en silencio, apenas se escucha nada salvo mis latidos tengo muchas cosas que decirle y ganas de abrazarlo no me faltan pero me contengo y decido agarrar mi bolsa de viaje y suspirando amargamente por tenerme que despedir de él, Brandon se pone delante contándome el paso y agarrándome mi mano me hace entrega de una caja pequeña envuelta en papel de regalo.
y lo miro curiosa.

-No me mires así, solo es un detalle.-Lista para abrirlo y descubrir lo qué hay dentro, su voz me detiene 
-Cuando llegues a tu casa, ábrelo. -Asiento y le doy un beso en la mejilla.
Después me aparto de él y
nos dirigimos hacia a el salón, donde mi tía está en la puerta parada hablando con Antonella esperándome para irnos.
Al verme agarra mis cosas para llevarla a su coche .

En ese preciso momento Antonella me abraza.
Al apartarse de mi me dice:

-Marlene, mi casa es tu casa, siéntete libre de venir cuando quieras.
Incluso si tienes problemas en tu casa inmediatamente vienes.-Le agredezco por hacerme sentir parte de esta bonita familia.
Miro en dirección donde se encuentra Brandon apoyado al umbral de la puerta con su semblante serio aunque trata de fingir una sonrisa sé que no querrá que me vaya, por supuesto no dejaré de venir a esta casa donde tan bien me he sentido

A continuación, salgo de la casa ,me subo en el coche y me siento en el asiento de atrás.
Durante el trayecto hacia nuestra casa no me di cuenta que habíamos llegado por que estaba en mi mundo.

Al entrar en casa decido irme a mi habitación pero noto que mi tía tiene una mirada de tristeza y apagada, me pregunto que la había pasado por lo ello decido acercarme y preguntarle.

-Tía te noto rara, ¿te ha pasado algo que quieras decirme? -Me mira con esa mirada llena dolor y tristeza una mira que no le había visto antes.
-Exactamente no sé por dónde empezar porque mi viaje no ha sido como yo esperaba.
Me ha pasado de todo y encima Francisco, el hombre con el que llevo tiempo queriendo tener algo más que una amistad he descubierto que me engaña y eso me ha hecho de plantearme que mis días de soltera son todo un hecho. Jamás encontraré el amor y pienso que ya no seguiré perdiendo mi tiempo.

- Tía no me gusta oírte hablar así. Además eres aún joven puedes enamorarte. Como decía mi madre el amor nos llega cuando menos imaginamos.

-Eso es otro tema que quiero contarte. -Frunzo mi ceño comenzando a preocuparme por la manera tan rara con la que se comporta mi tía dándome la sensación que hay algo que quiere decirme y no sabe cómo solo hay que verla como está sentada en el sofá tan rígida con su mirada puesta en el piso y sus manos apoyadas en sus rodillas inhalando repetidas veces hasta que al fin clava sus ojos en mí comenzando a decirme algo que me deja alucinando y furiosa al mismo tiempo.

-Marlene necesito contarte esto, aunque no sabía la manera exacta de confesarte las palabras de tu padre debo hacerlo.

-¿Acaso has visto a mi padre? -Esto totalmente alucinando.

-Sí, cuando he viajado a Miami con Francisco para conocer a su familia pensando que es divorciado y después me enteré que aún sigue casado coincidí en un restaurante con tu padre donde al verlo con una mujer y su hijo me enfadé tanto que no tuve pelos en la lengua para acusarle de todo lo que les había hecho.
Pero me equivoqué.

-Tía no entiendo nada. ¿Qué pasó con mi padre?

-Tú padre habló conmigo y me contó algo que me dejó asombrada y donde entiendo las razones que le llevaron a no venir cuando tú madre murió y no ha venido a buscarte.

-No quiero saberlo, él ya tiene su vida y yo la mía. Ya ha pasado bastante tiempo y no sé nada de él ni quiero saber lo que le haya ocurrido.

-Marlene tu padre viajó a los EEUU por motivos de negocios pero al parecer su socio cometió un delito y tú padre fue juzgado donde lo condenaron a quince años de prisión.
Mientras él debía de demostrar su inocencia el tiempo transcurrió y conoció a Annie, su abogada, y donde se fijó en ella acabando por casarse con ella cuando uno de tus tíos le avisó de haber fallecido tu madre cuando él estaba en la cárcel. 
Él te quiere mucho Marlene y de hecho me ha pedido que hable contigo para que vayas a vivir con él.

--No quiero irme a vivir con él. - Grito nerviosa y frustrada por lo que me ha contado mi tía. Aunque quiera a mi padre no puedo olvidar su abandono cuando más lo he necesitado.




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