Capítulo 21

En este momento me siento atónita ante el comportamiento de Brandon, quizás incluso esté dando pena por lo estúpida que soy. 
Junto mis manos analizando donde he actuado mal para tener que acabar de este modo. 
Con mi corazón quebrándose en pedazos y mi autoestima baja por segundos.
Amo a Brandon y jamás ha sido mi intención crear este conflicto. Yo quiero estar con él, para mí es el hombre que me ama, me comprende y sobre todo me hace feliz. O eso imaginé hasta hoy.
Parpadeo repetidas veces ahuyentando las gotas amargas que quieren salir. 
Pero no, no voy a llorar porque soy fuerte y tampoco he hecho nada malo para merecer el trato obtenido por parte de Brandon.
Quiero irme a casa por ello le pido a Liam que me lleve, él asiente con la cabeza y nos marchamos hacia su coche, nada más montamos Liam conduce hasta mi casa.

En veinte minutos Liam aparca delante de casa, su mirada es compasiva, me abraza preguntando cómo me siento.
No digo nada, simplemente le agradezco de traerme y cuando estoy dispuesta de bajar del coche Liam me agarra por el brazo clavando sus ojos en mí, comienza hablando de una manera que hace que mis defensas vayan cayendo como fichas de dominó.

- No me gusta verte así Marlene, estoy seguro que Brandon se arrepiente y te va a buscar para disculparse contigo, de eso estoy seguro. Pero... por favor, no estés triste, alegra esa bonita cara -
Me da un beso en la frente y me bajo del coche, no si antes agradecerle su apoyo y su amistad.
Me despido de Liam alzando mi cabeza fingiendo serenidad cuando por dentro estoy bien jodida.

Cuando entro en casa me encuentro con Berenice, intento fingir que no me pasa nada pero ella rápidamente se da cuenta que estoy mal y me lleva a la cocina donde le cuento cómo me siento, mientras ella me escucha con atención.

- Quiero mucho a mi novio y por nada del mundo quiero que nos separemos porque estoy segura de que Brandon es mi otra mitad -Berenice está apunto de decirme algo cuando de repente aparece mi padre con Annie vestidos elegantemente diciéndome de ir a el restaurante, pero no quiero ir, no tengo demasiadas ganas de asistir y menos con Annie que me cae mal.
Sin embargo, saco la energía para ir aunque esté desanimada y triste.

Berenice se ofrece de ayudarme para verme hermosa. Por lo que enseguida me jala hacia la habitación donde ella misma abre el armario agarra un vestido muy bonito y elegante sin mangas, con unos tacones combinados con el vestido.

Nada más entrar en el baño me doy una ducha rápida, estoy ansiosa por ponerme el vestido y los tacones.
Al terminar de vestirme me miro a el espejo donde quedo mirándome a misma viendo cómo luzco de hermosa. Pero simplemente es apariencia, por dentro hay mar que choca fuerte contra mi corazón y no sé cómo hacer para calmarme.
Después de verme en el espejo salgo a la habitación y veo a Berenice con las cosas para el pelo.
Percibo que se da cuenta de mi tristeza, ella no dice nada, me abraza con cuidado. Para mí ya es más que suficiente con ese gesto, me alivia un poco sentir el cariño de otra persona.

Ella me sonríe, mientras comienza a echar los productos de rizos, me hace unos twist. Cuando termina con el peinado comienza a maquillarme como si fuera una profesional .
Cuando acaba de arreglarme me observa con esa mirada tan parecida a la de mi madre cuando me miraba cuando me peinaba no me di cuenta que estoy llorando de inmediato Berenice me dice:

-No llores porque te vas arruinar el maquillaje mi niña. Anda sécate esas lágrimas de tu bonito rostro y mírate para que veas lo hermosa que eres.

Hago caso a Berenice, seco mis lágrimas. Ya no quiero seguir cargando el peso de la nostalgia en mi corazón. 
Mi madre no está en cuerpo, se fue y debo de asimilar su partida. 
Pero hay algo que me dice que ella no me dejó sola, no la veo pero la siento, hay momentos donde mi piel se eriza al recordarla y eso me llena de energía para continuar adelante en este camino de rosas y espinas.

Bajo hacia al salón donde mi padre me espera impaciente. 
Le sonrío esperando que me diga algo tan simple como: "Que guapa estás hija".
Pero no lo hace. Annie para que abre su boca por obligación o por querer quedar bien. 
Cabizbaja camino detrás de ellos hasta subirme al auto donde aparece Jordan muy sonriente saliendo de la cabaña de madera.
Me pregunto qué hará allí en esa casa tan diminuta a estas horas y arreglándose su ropa. 
Nos sentamos Jordan y yo atrás en el auto hablando lo justo hasta que al fin llegamos al restaurante donde es demasiado lujoso para mi gusto.

- Feliz cumpleaños hijo. -
1. Lo abraza con emoción, así es la mirada de orgullo y satisfacción de mi padre dirigiéndose a Jordan. 
2. Le hace entrega de unas llaves. Esta vez no es de un auto. Es de un apartamento.
Jordan hace su papel de hijastro agradecido mientras yo miro la escena con rabia. 
Respiro hondo varias veces, pensando que mi madre me educó para no hacer escándalos pero esto pienso hablarlo con mi padre. 
O... ¿Para que molestarme en preguntar si ya sé la respuesta? 
La misma sangre fluye por nuestras venas, pero los hechos determinan que mi padre y yo nos hemos distanciando. 
Sigo observando como actúa con tanto orgullo saludando a los invitados mientras yo estoy parada en silencio siendo objeto de miradas a las cuales nadie se dirige a mí llegando a pensar que estoy pintada en un cuadro.
Bajo mi vista al suelo recorriendo por mi mente muchas ideas. Una de ellas, es salir huyendo al no poder soportar más la situación. Me siento cohibida en un espacio reducido donde todos los allí presentes pasan de largo sin ni siquiera saludarme.
Dejo atrás mis pensamientos para caminar junto a mi padre, poniéndome a su lado él continua hablando con otro hombre presentándome como Marlene.
Sin añadir que soy su hija. 
Un escalofrío de decepción me atraviesa. 
Me aparto de su lado para ir al baño y así poder huir de alguna manera de esta situación que recién comienza a axfiarme.