Tras la partida de Brandon no me siento muy triste y rota como si hubiera un gran vacío inexplicable dentro de mi haciendo que sufra bastante por haberlo dejado ir .
Me quedo pensando en que pasaría que si no haber dejarlo por intentar convencerlo para quedarse conmigo aún así es mejor decisión que he decidido pero me duele mucho separarme de él ..
Dos días han pasado y extraño demasiado a Brandon, quiero llamarlo, pero mi orgullo me lo impide, necesito dejarlo ir, yo solo soy una carga para él, quizás no sea la mujer adecuada para él. Él, suspiro pesadamente. Es tan hermoso, tan bello, qué chica no va estar loca por él y al menos él podrá presumir de tener una chica a su altura. Mientras que yo, simplemente soy normal, con discapacidad y algo torpe en ocasiones.
Noto como se desencadena dentro de mí un gran dolor, una magnitud tan alta de verme en esta situación.
El que fue su apartamento, es pequeño, pero sin su compañía siento que estoy encerrada en un laberinto.
Necesito recomponerme, no sé cómo hacerlo por lo que llamo a mis amigos, a mi tía y así ellos me dan ánimos.
Después de la tormenta llega la calma, y ahora me siento con la adrenalina más alta.
Brandon y yo seguimos en contacto, aunque me duele este amor y quiero volar de su lado, no sé cómo despegar.
Lo necesito, pero no quiero abusar de su cariño, quiero hacerle entender que mejor una amistad que nada.
Necesito explicarle con mentiras y excusas que busque a otra chica, dado que yo no soy "normal".
Me pongo a estudiar, a decir verdad todo es muy confuso, y la soledad se va adueñando de mí.
Me cuesta hacer amistades, los demás hacen sus grupos de amigos y yo me siento excluida.
Por lo que la tristeza y la desilusión aparecen poniéndose como una nube gris en mi cabeza, hasta hoy que he podido hablar con un chico gordito con gafas que también está solo.
Me acercado hasta él, tímidamente quería irse, le pedido que se quede y durante la comida hemos hablado.
Y bueno, podría decir que tener al cerebrito de la clase como amigo funciona, al menos puedo entablar una conversación, quedar para estudiar y conocer su vida.
Y aunque no he hecho más amigos, salvo Xabi, me siento mejor, y poco a poco voy aprobando los exámenes con dificultad pero consigo alcanzar la media de nota para poder conseguir mi meta y aunque ahora me queda lo más difícil, debo de ponerme a trabajar y de momento entre Brandon y yo vamos hablando, ha venido a visitarme varias veces y a decir verdad lo amo con demasiada intensidad que me duele.
Creo que Xabi lleva razón, la caída me va doler pero al levantarme me va a costar más debido a que no puedo sujetar a Brandon a mi lado y mucho menos atarme a su amor.
Quiero su felicidad, y se lo hago saber el mismo día que cumple los años.
Acudo a su fiesta de cumpleaños, donde como imaginaba hay mucha gente, él como buen anfitrión es el centro de todas y todos tratándoles muy bien, con simpatía y bromeando.
Por supuesto, yo me he colocado en un lado de la habitación, intento pasar lo más desapercibida posible tanto como para no ser vista por él.
Suspiro pesadamente varias veces mirando al suelo repitiéndome que debo de ser fuerte.
Doy unos pasos y veo como varias chicas lo rodean a él y dos amigos.
Empiezan hacer apuestas, juegos que van llegando a más, tanto que beben cerveza y acaba besándose con otra chica.
Camino hacia él, quiero gritarle, abofetearle, pero no consigo reprimir mi tristeza.
Esto era lo que quería, pues ya he obtenido lo que buscaba.
Cuando termina de besar a la chica yo he pasado se ser invisible a ser visible.
Su rostro muestra sorpresa, me sonríe como si fuera algo natural y viene hacia mi.
-Vaya Marlene, ¿cuando has llegado? - Se nota que ha bebido, eso me da ventaja pero al mismo tiempo me hace una gran herida dentro de mi pecho.
- Llegué hace un buen rato. De hecho, me gusta el ambiente y me gustaría unirme a vuestro juego. - El valor y el sarcasmo son ahora mis aliados.
-Esto... Marlene .... tú no puedes... digo esto que ves son retos y bueno tú no eres como...
- ¿ Cómo soy Brandon? -Le interrumpo siendo testigo de cómo su estado de nerviosismo le impide hablar con claridad y sus ojos no me observan como yo quiero que lo haga.
Más bien me da a entender que está presionado y trata de disimular.
-Eres especial Marlene. -Me quedo callada escuchando mis latidos débiles, ahora soy Marlene hace unos días era su cosita.
- Gracias por el cumplido. ¡Qué! No me invitas a una copa y a bailar. Te he traído un regalo.
--Vaya, es muy bonita la pulsera. - Pronuncia mirando la pulsera que le compré hace semanas grabando su nombre y el mío con la fecha en la que empecemos a salir.
- Déjame ponértela para ver cómo te queda. - Trato de ponerle la pulsera pero él inmediatamente la guarda como si le dirá vergüenza. Incluso mira hacia todos lados como si quisiera despacharme pronto.
-Después me la pongo. Gracias por el detalle no tenías porque molestarte. Mira, ve hacia esa mesa y bebe y come lo que quieras.
--¿No me acompañas? - Pregunto al borde de las lagrimas con una sonrisa fingida.
- Ahora no puedo, después voy. - Desaparece de mi vista para ir hacia un grupo de gente donde me percato que la caja con mi regalo está en el suelo.
La recojo y me voy hacia la mesa para comer algo y beber un zumo mientras espero a que llegue el momento de decirle adiós para siempre.
Espero un buen rato, de vez en cuando veo a Brandon venir y preocuparse de mí, pero no es su actitud como me tiene acostumbrada, como cuando estamos solos y nadie nos ve. Cuando hacemos el amor y me hace sentir especial y jugamos como niños y me trata con tanto cariño que siento que soy otra.
Ahora me siento tan frágil y humillada viendo la otra versión del que consideré mi novio, el amor de mi vida.