Ella estaba completamente segura de su decisión, lo hacía para mantener a salvo a su amiga, solo quería alejarla antes de que pudiera acercarse más, antes de encariñarse aún más de la persona con la que intercambio correos por un largo tiempo.
Pronto Osa y Abeja se volverían un lindo recuerdo de momentos compartidos a través del Internet, después de todo seguían sin conocer sus verdaderos nombres, sus rostros y el lugar en el que vivían cada una.
Una de ellas es inocente, tiene una vida normal y tranquila, la otra es culpable por ser egoísta, por no permitir que conozca lo que en pasa en realidad, pero es mejor así, establecer un límite, despedirse y hacer como si nada hubiera pasado, así su única amiga no estaría en la lista negra del enemigo, no volvería a pasar, no lo permitiría.
—Scarlett—susurro cerrando su correo, estando en la soledad de la habitación—mi nueva amiga es distinta a ti, aunque corre el mismo riesgo, por ello dejaré de ser ingenua y aceptaré la realidad, estoy destinada a estar sola, a ser el premio mayor de esta guerra sin fin.
Editado: 03.04.2019