Me hundo. A través del agua logró ver la luz que irradia la luna. Estoy a poca distancia de la superficie.
Me rindo. No espero que me salven después de todo lo que cause, desde el inicio fue culpa mía y de nadie más. Por más que quiero quitar la soga que me amarra, que me jala hacia el fondo es dificíl, el aire se acaba y pronto inconsciente estaré hasta morir.
Entonces noto algo, dos voces gritando mi nombre.
Aquí estoy...
—¡La encontré!—grita antes de saltar al agua—¡Te encontré! ¡Voy por ti!
Fue lo último que oí antes de cerrar los ojos.
Editado: 03.04.2019