Sin Raza

Capítulo III

+JAKE+

Tengo sueño, demasiado sueño. Soy un ser que acostumbra a dormir doce horas al día como mínimo, no siete ¿Quién carajo duerme solo siete horas al día? Eso no es normal, eso ni siquiera debería de ser legal.

-¿Me estas escuchando?- Mi abuelo me continua riñendo, no sé cómo demonios se enteró de que estaba con Allegra el día de ayer y ahora me está echando la bronca por no decirle donde vive.

Como si yo lo supiera.

-Si- su mirada me deja claro que no debí de responderle, pero si no quiere que le responda ¿Para qué pregunta? Hay cosas que simple y llanamente no tienen ningún sentido.

-No me mires con esa cara, algo debes de recordar sobre cómo llegar hasta allí- dirijo mi mirada a mi abuela, pero ella solo se dedica a continuar bebiendo su café mientras el arrugado que está en la pantalla me continúa mirando con enojo.

-Ya le dije que solo fui transportado hasta allí, no se mas nada- mi celular suena en los bolsillos de mis pantalones de pijama y me permito tomarlo ignorando la mirada molesta que me lanza mi abuelo.

No puedo evitar que la sorpresa se abra paso por mi cara.

-¿Quién es?

Espero que no seas del tipo que se levanta tarde porque tengo hambre y quiero un delicioso desayuno antes de ir a la guerra del día. Te espero en Palace Island en una hora, está a dos kilómetros abajo de donde estábamos ayer, siempre me ha encantado esa cafetería. La cosa es que te espero allí, si no puedes llegar a tiempo entonces me avisas y te mando otro botón para que llegues en cosa de segundos.

Si no sabes quién soy, eres un idiota aburrido.

Tengo que leer dos veces más antes de que una sonrisa se abra paso por mi cara y le responda.

-Allegra- me permito reírme mientras me levanto y miro nuevamente a mis abuelos, esta vez mi abuela si está pendiente de la conversación y estoy seguro de que necesitara otra taza de café extra –Tengo que irme- dejo de ver el rostro sorpresivo y rojo de ira de mi abuelo y miro a mi abuela chiflada cafetera –Les mandare luego la información sobre donde deben de atacar- me dirijo a la puerta ignorando la mirada fulminante de mi abuelo –Y esta vez manden a alguien que si funcione para algo- la puerta se cierra automáticamente tras de mí.

Le mando un mensaje.

Te veo allí.

-(*)-

Cuando llego mi mirada se dirige de inmediato a una mesa en el centro de todo. La cafetería está plagada de humanos y hombres lobo, no hay mujeres lobo cerca y eso ya es extraño de por si dado lo territoriales que son.

Empiezo a caminar hacia ella y cuando solo me faltan dos mesas que rodear ella mira hacia mí y posa una sonrisa en su rostro, luego se levanta con toda la gracia y elegancia que alguien puede poseer y ya estoy frente a ella. Me da un rápido vistazo y yo a ella. Lleva un vestido celeste con una bolsa de lado de color y tacones negros, su pelo en ondulaciones y maquillaje simple. Yo llevo un polo gris y zapatos con pantalones negros.

-Es un alivio ver que eres capaz de vestirte bien- me da un rápido abrazo, se sienta, me siento, con una señal llama a la camarera y me hace señas de que no hable mientras pide panqueques con sirope de uva y batida de fresa, entonces es que habla –Sé que te preguntas para que te llamé aquí, pero es solo que pensé que ya que haga lo que haga tendremos que estar como aliados creo que es mejor que nos conozcamos desde ahora- la camarera ya tiene nuestros pedidos listos, los coloca sobre la mesa y ella le regala una sonrisa grandiosa, cuando se retira, vuele a hablar –Amo el servicio de aquí, ponen a vampiros y lobos a trabajar para que sea más rápido- se sirve un panqueque y le echa un montón de sirope mientras habla –Ya te he hablado de mí, háblame tú de ti- me acomodo, adivinando que esto puede ir más lento de lo que pensé.

Y también más aburrido.

-Hagamos algo mejor- se me ocurre una idea –Juguemos a las preguntas- me sirvo un panqueque, pero no le echo sirope, sino que empiezo a comérmelo así –Sin límites, solo hasta que nos cansemos el uno del otro- ella asiente.

-Comenzare a preguntar yo entonces- toma un trago de su batida y luego pregunta -¿Qué edad tienes?

-Veintidós, según tengo entendido tú tienes veinte- ella asiente y con una sonrisa de lado se mete un bocado a la boca -¿Cuáles son tus hobbies?

-Matar y hablar con mis hermanas ¿Los tuyos? - claro, matar es un hobbie.

-Dormir y dormir siempre que mis abuelos no me regañen por estar durmiendo todo el tiempo- tomo un trago y me sirvo otro panque a la vez que ella -¿Te gusta la historia o solo tienes un poster de la segunda guerra mundial porque te gusta el diseño?

-Me gusta la historia, pienso que es fantástica la manera en que cada pueblo se ha desarrollado a través de la historia del mundo.

-Aunque luego Vortex haya destruido todo ello hasta las cenizas- tomo otro trago de la batida y miro hacia el plato, ya no quedan panqueques puesto que todos están en su plato.

-Justamente eso- toma las fresas de la mesa y las pone dentro de los panqueques haciendo una extraña especie de hamburguesa de panqueques, la llena de sirope por encima y come tres panqueques de un trago, no dura dos segundos antes de volver a hablar -¿Cómo te describirías con tres palabras?- no dudo en responder lo primero que se me viene a la mente.

-Dormilón, haragán y astuto- tomo el sirope y el resto del tazón de frutas que tiene de todo menos fresa, echo el sirope en el tazón de manera que se vea más apetitoso y luego tomo el cubierto para empezar a comer.

-Te falto sádico- me mira con diversión y odio y disfruto su mirada cuando pongo un trozo de manzana con sirope de uva en mi boca –Muy sádico- le sonrió.

-Esto sucede cuando me dejas con solo dos panqueques de desayuno- rueda los ojos –Háblame de tus hermanas- le pido, aunque fui quien sugirió el juego no soy bueno investigando a otros a esta hora de la mañana, apenas y son las nueve.




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